La Formación Profesional es, en la actualidad, una gran vía para encontrar trabajo. La base de su éxito radica en los conocimientos teóricos, pero, sobre todo, en los prácticos, los que ayudan a desenvolverse y a tener esa soltura en cualquier trabajo y ante cualquier ambiente laboral.
Cada vez son más los jóvenes que, en lugar de estudiar una carrera universitaria deciden apostar por una FP, dentro del amplio abanico de posibilidades existente, con el fin de obtener, en el menor tiempo posible, los conocimientos necesarios para lanzarse al mundo laboral.
Un claro ejemplo es Alann Miranda, que nació en Nueva York y que llegó a Valladolid allá por el año 2016. Con solo 20 años consiguió sacarse la ESO para, posteriormente, completar el Ciclo de Dirección de Cocina en el Centro de Formación Profesional Alcazarén.
Amante de los videojuegos, de escuchar música, muy variada, pero sobre todo electrónica, ensalza la labor de aprendizaje que le han inculcado en el centro vallisoletano y ahora trabaja ya en el Restaurante Alquimia de Valladolid, liderado por Álvar Hinojal y que cuenta con una merecida Estrella Michelin.
El Centro de Formación Profesional Alcazarén apuesta por una formación de excelencia dando el mejor cuidado y unos grandes conocimientos a sus alumnos para que puedan entrar de la mejor forma posible a un mercado laboral sumamente competitivo.
La vida de Alann y la cocina
“Me considero una persona perfeccionista y que trata de dar lo mejor de sí mismo sin importar la situación. Me gusta superarme y disfruto mucho encontrando retos que me motiven a seguir adelante”, asegura nuestro entrevistado en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Alann cocinando
Alann Miranda nació en Estados Unidos. Concretamente en Nueva York. Allí estuvo hasta los cuatro años y después se marchó a vivir, con su madre, primero a Venezuela y después a Polonia antes de llegar a Valladolid allá por el año 2016.
“De pequeño pensaba que me gustaría ser paleontólogo, pero era mucho lío. A medida que fui creciendo me empezó a gustar mucho también la informática. Finalmente aposté por la cocina. Mi madre es cocinera, de toda la vida y me picó el gusanillo”, confiesa nuestro entrevistado.
Fue entonces, en el año 2022, cuando decidió comenzar el Ciclo de Dirección de Cocina en Alcazarén. Dos años después, su vida ha cambiado radicalmente, para bien, y él está feliz.
Unas prácticas únicas en el Restaurante Alquimia
“Comencé con las clases teóricas por septiembre de 2022. Eran clases muy instructivas. Yo tenía ya una cierta base en cocina y aprendí bastante. En el Centro de Formación Profesional Alcazarén te abren la mente. En mi Ciclo de Dirección de Cocina te enseñan pastelería, cocina básica, cocina mediterránea y te sientan las bases de todo”, asegura Alann.
Nuestro entrevistado no duda en afirmar que “volvería a elegir el Centro Alcazarén” para “completar sus estudios”. Tenía clases de seguridad e higiene, de sala, para ver cómo se maneja un camarero y tener conocimiento de sala, impartidas por profesores que “refuerzan la buena educación”, confiesa.
“Fue el 7 de febrero de 2024 cuando comencé a hacer las prácticas. Propuse poder completar esta formación en el Restaurante Alquimia. Hice la entrevista con Álvar Hinojal, le dije que me gustaba su cocina y proyecto. Me encanta trabajar con picos de sabores, comidas exóticas y demás y allí comencé”, explica.
Imagen del interior del Restaurante Alquimia en Valladolid
Los primeros días, señala Alann, Álvar Hinojal le enseñaba “lo básico” con el fin de “ir aprendiendo, ayudando a todos”. “Poco a poco fue subiendo y entré en la zona de degustación, la que cuenta con la Estrella Michelin. La mitad de las prácticas estuve en la zona de Gastrobar y la otra en la de Degustación. Fue una experiencia muy positiva”, señala.
Un gran trabajo, el que desarrolló nuestro entrevistado, que acabó con premio.
Contrato indefinido para Alann
“Fueron cinco días antes de acabar las prácticas, por junio del pasado año, cuando Álvar me dio la noticia. Me dijo que le gustaba como trabajaba, como me movía y me dio la posibilidad de trabajar en el Restaurante Alquimia. Al día siguiente de finalizar las prácticas ya era uno más de la plantilla con contrato indefinido”, añade nuestro protagonista.
El joven de 20 años se muestra “muy contento” y apunta que “no podría haber deseado un lugar mejor para trabajar y formarse en el mundo de la cocina” que el Restaurante Alquimia con esa Estrella Michelin que brilla en Valladolid.
Imagen del Restaurante Alquimia en Valladolid
Ahora está de segundo de cocina. Es la mano derecha de Sandra Lama, la jefa de cocina. Allí “disfruta cada segundo” y aprende de cada uno de los consejos que le dan sus compañeros.
“Para mí la cocina es una forma de expresarme a través de platos. De hacer feliz a la gente con un concepto que tenga en la mente. En Alquimia disfruto de cada segundo. He conseguido mucho en muy poco tiempo. Mi madre está muy orgullosa de mí”, añade nuestro protagonista.
El sueño futuro de Alann, en el medio y largo plazo, pasa por “tener su propio restaurante”. Mientras tanto toca crecer en un restaurante propicio para ello como es Alquimia.