Era el pasado miércoles, 5 de febrero, cuando se perdía el rastro de Javier Gaizka Redondo, el guardia civil vallisoletano de 42 años, en la zona costera de Isla y Ajo, en Cantabria, después de que saliera a pescar con sus perros antes de entrar a trabajar.
Era ese mismo día, a las 18.30 horas, cuando se iniciaba el operativo de búsqueda. Se encontraba a sus perros y aparejos de pesca, pero ni rastro de Javier.
Los trabajos de la Guardia Civil a lo largo de este mes han sido grandes peinando la zona en busca de Javier. Aún se trabaja en el lugar, pero el tiempo pasa y no se da con el cuerpo del guardia civil desaparecido a principios de febrero.
Javier Gaizka Redondo nació en Valladolid capital y estudió la carrera de periodismo como confesaba, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León su padre, apenas días después de confirmarse su desaparición.
Hace seis años y medio entró a la Benemérita. Primero estuvo destinado en Castellón, durante seis años y después se marchó a Santoña, donde trabajaba en la actualidad.
Hijo único y con dos perros con los que vivía. Un hombre deportista al que le apasionaba la pesca. Muy querido por todos.
Un mes después no se encuentra a Javier. Pese al trabajo de todos y la agonía de la familia.