Hace 47 años Valladolid vio nacer a un niño que se crió en el barrio de Las Delicias, que creció entre sus calles y que durante su adolescencia se pateó todas las zonas de fiesta de la ciudad. Desde El Cuadro hasta San Miguel, sin olvidarse de la zona de Coca.
Hoy, poco queda de aquella etapa "maravillosa" en la que su gran preocupación era compaginar el disfrute y la diversión con sus estudios de Filología Inglesa, más allá de muy buenos y gratos recuerdos, y un sinfín de vivencias que le han convertido en quien es.
Un famosísimo actor con una brillante carrera interpretativa en televisión, pero también en cine y teatro, y en un padre de familia con las ideas muy claras y grandes retos por delante.
Dani Muriel, nacido en la ciudad del Pisuerga un 11 de mayo de 1977, iba para profesor, pero la sangre de artista que siempre ha corrido por sus venas, pese a no venir de una familia de artistas, terminó ganando la batalla.
Dani empezó a actuar desde bien pequeño, cuando se apuntó a clases de teatro en el colegio. Años más tarde, su profesora, María Velasco, le propuso formar parte de un grupo amateur llamado Mutis, que sigue funcionando actualmente. Una oferta que enseguida aceptó.
Dani Muriel en el hpotocall del estreno de la película 'Hotel Bitcoin'
Entonces, tenía unos 14 años y ni se imaginaba lo lejos que llegaría en esta profesión, pues si rondaba alguna idea laboral por su cabeza, esa era la de ser profesor.
Su paso por este grupo de teatro le hizo descubrir que se le daba bien y, sobre todo, que era algo que realmente le apasionaba al ver que era el único que siempre tenía el texto aprendido desde el primer día y que muchos de sus compañeros no se lo tomaban tan enserio, sino como un juego o una afición.
"Una etapa muy bonita en la que poco a poco fue tomando cuerpo la idea de poder hacer teatro de manera profesional", recuerda el actor en declaraciones a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León.
Sin embargo, dado que su familia no podía permitirse costearle su traslado a Madrid para estudiar Arte Dramático, nada más acabar COU el joven vallisoletano renunció a su sueño de ser actor para formarse como profesor, la que "podría haber sido otra de mis pasiones", aunque de manera temporal.
De hecho, ni siquiera acabó la carrera, sino que al término del primer año su vida dio un giro de 180 grados que le puso en el camino de la interpretación.
Fue a raíz de un viaje a Madrid por Navidad para visitar a su tía cuando sintió que realmente tenía que apostar por ser actor. "Fue como un 'flash', estaba paseando y me dije: 'Yo tengo que ser actor, tengo que probar'".
Entonces, al regresar a Valladolid se fue a la tienda de Telefónica que por aquel entonces había en la Plaza Zorrilla y pidió las páginas amarillas de Madrid.
"Busqué escuelas de arte dramático, vi la RESAD y pidiendo la beca pude irme a Madrid", revela, siendo esta la ciudad en la que continúa viviendo actualmente, pero de la que se escapa en cuanto puede para visitar a los familiares y amigos que aún conserva en la denominada ciudad del Pisuerga.
Salto a la fama
Una vez formado, el trabajo llamó a su puerta con tan solo 21 años y de la mano de un programa de La 2 llamado Autor autor, en el que realizaba diferentes pases de obras de teatro. "Esa fue la primera vez que pisé un plató", confiesa.
El siguiente proyecto que llegó a su vida fue Risas y estrellas, el programa que después se convertiría en Noche de fiesta, de José Luis Moreno, y que le hizo ganar gran popularidad.
Corría el 1999 y poco a poco Dani Muriel iba teniendo cada vez más peso en el programa, donde empezó interpretando pequeños papeles cómicos en los sketches de Cariño como te odio y terminó siendo un rostro habitual en las tiras cómicas que denominaron Matrimoniadas, cuando el formato adquirió el nombre de Noche de fiesta.
Así, estuvo cuatro años haciendo un trabajo que, sin él saberlo, le acabaría abriendo las puertas del proyecto que, sin lugar a dudas, le lanzó al estrellato: la mítica serie de Escenas de matrimonio.
El resto, es de sobra conocido, pues desde entonces Dani Muriel no ha dejado de cosechar éxitos, y no solo en la pequeña pantalla, sino también en el cine y el teatro, donde hasta ha hecho musicales.
Así, a las aclamadas series Gym Tony, Seis Hermanas, Servir y proteger y Amar es para siempre, se suman cintas como En tiempo de otros, Animal Within, Replay, Rotos, La paciencia del cazador, Como la espuma o la última, Las heridas del viento.
El actor Dani Muriel interpretando a un personaje para una película
Su andadura en los escenarios tampoco se queda corta, pues más allá de interpretar casi una veintena de obras, siendo Toc toc, Los miércoles no existen, Cabaret y Don Juan en Alcalá algunas de las más destacadas, el actor continúa haciendo del teatro su modo de vida.
De hecho, si tuviese que elegir uno de estos formatos, tiene totalmente claro que sería con el teatro "porque es de donde vengo, donde más disfruto, lo que siempre he trabajado y donde me han dado oportunidades más brillantes". Aunque asegura que "es donde menos se cobra".
Si bien, consciente de la difícil situación que atraviesa su profesión, ahora se quedaría "con el que me dé un proyecto bonito y un personaje que trabajar".
En este sentido, reconoce que cuando deja de hacer series, películas u obras, acaba echándolo de menos, así como que a él, personalmente, no le ha resultado fácil hacerse un hecho en el sector.
Todo o nada
Siente que en su caso ha tenido "bastante suerte", teniendo en cuenta que varios de los compañeros con los que empezó han tenido que buscarse la vida de otra manera.
"Yo llevo 26 años pagando mis facturas con este trabajo y además tocando muchas ramas, porque también he hecho doblaje y cosas que no tienen nada que ver con subirte a un escenario, pero que también son súper bonitas de experimentar y de trabajar en ellas", asegura.
Y es que todo eso es lo que le ha curtido como profesional y lo que le ha convertido en el actor que es hoy.
"Esta es una profesión de fondo en la que tienes que cuidar mucho tus elecciones y en la que tienes épocas brillantes y momentos bajos en los que te planteas tirar la toalla", confiesa.
Sin embargo, él esos momentos los ha superado apostando por su pasión y tratando de reinventarse buscando un nuevo camino. "Porque siempre acaba surgiendo algo", reconoce.
También centrándose en otras cosas, en su caso, aficiones que, además, le ayudan en su trabajo como "ir al gimnasio, dar clases de canto y de verso, o la esgrima".
Actividades que él nunca ha dejado de hacer y que en los momentos más flojos le han permitido seguir rutinas "para no desesperar en la espera".
Y, por supuesto, asumiendo que su profesión es así y "aprendiendo a vivir con el vértigo" que genera de manera continua, "porque muy pocas veces puedes saber qué va a ser de tu vida de aquí a un año".
"Para mí esto es como surfear olas, sabes que va a venir la siguiente, y solo tienes que descansar y esperar a que aparezca. No nos queda otra porque esta vida no es fácil", asegura.
De hecho, lo normal es que o no tengas nada, o lo tengas todo. Él, por ejemplo, ha tenido épocas en las que ha tenido que hacer una película, un musical y una serie a la vez, "y sufrir un ataque de ansiedad", "y otras en las que el teléfono no sonaba", aunque no tan largas como para desesperarse.
"Hasta el actor más renombrado ha pasado por esto", reconoce.
Camino al mejor momento
Haciendo balance de su extensa trayectoria profesional, revela que, aunque para él es "complicado" elegir su proyecto más especial, sí asegura que Escenas de matrimonio ha sido uno de los más importantes porque "es el que más relevancia me dio y por el que la gente me sigue conociendo".
También ocupan un lugar importante Servir y proteger por lo "bonito" que le pareció el personaje que interpretó, Amar es para siempre y Cuéntame cómo pasó, porque, a pesar de que solo hizo un capítulo, lo recuerda "con mucho cariño". "Me dio rabia que no fuera a más porque lo disfruté mucho", confiesa.
En lo que al presente más inmediato se refiere, el actor vallisoletano asegura que "puede que esté yendo hacia uno de los mejores momentos de mi etapa profesional, porque parece que lo que se viene puede colocarme en un momento muy importante de mi carrera".
Mientras tanto, continúa volcado en la obra Camino al zoo, un proyecto teatral en el que comparte escenario con Fernando Tejero y Ana Labordeta, y que está a punto de llegar a su fin tras más de un año de gira.
El actor Dani Muriel actuando en el teatro junto a Fernando Tejero
Este reconoce que le ha dado "muchas alegrías" y que "destaca mucho mi trabajo como actor" al tratarse de "uno de los personajes más complejos a los que me he enfrentado en toda mi carrera".
A esta obra se suman, además, dos nuevas aventuras laborales relacionadas con el teatro y la televisión, en las que se embarcará próximamente y con las que está "muy emocionado", así como sus pretensiones de volver a la música.
Porque es algo que, según ha confesado, "últimamente me llama mucho" y no por influencias de su suegro, el célebre cantante Joan Manuel Serrat. "No tiene nada que ver", asegura.
"Una familia preciosa"
Con todo ello, Dani confiesa que, además de al trabajo, su felicidad también se debe a lo bien que le van las cosas a nivel personal, de lo que también presume continuamente en sus redes sociales.
Y es que el actor, casado desde 2019 con Candela Serrat, ha formado junto a ella "una familia preciosa" que han ampliado este verano con Daniel, el segundo hijo de la pareja tras la llegada de Mérida, la primogénita, en 2020.
Ellos copan gran parte de su atención y en ellos intenta volcarse siempre que el trabajo se lo permite para contrarrestar las épocas en las que, por sus numerosos compromisos laborales, no puede "pisar casa".
Momentos en los que "sé que les voy a seguir echando mucho de menos", asegura, como también a su gato Shaky.
Candela Serrat y Dani Muriel
Porque, entre toda esa nube de felicidad, en los últimos días la familia ha recibido la amarga noticia de su fallecimiento.
Una realidad que les está haciendo sentir "tristes y un gran vacío", pero también "muy felices" por las numerosas muestras de cariño recibidas.
"Es complicado porque vas caminando por la casa y todo te recuerda a él, pero es ley de vida. Han sido 20 maravillosos años y ha sido muy bonito tenerlo con nosotros", ha expresado el actor confesando además que él siempre ocupará un lugar en su corazón.