Muchas cosas han cambiado en la Iglesia de la Vera Cruz desde el pasado 25 de junio de 2024, día en el que se derrumbaba la cúpula del templo, una de las joyas de la ciudad vallisoletana, de estilo renacentista y del año 1581.
La iglesia ultima sus trabajos dentro, con los obreros trabajando para retirar los andamios, y con el objetivo de recobrar la normalidad cuanto antes. Las tallas que se desplazaron de la iglesia tras el suceso volverán a su sitio y con ello los cofrades volverán a hacer vida normal en el templo.
La Semana Santa también será normal en el lugar, lo que parece otro milagro tras la restauración, en tiempo récord, de su cúpula y todos los trabajos en el interior, que han sido muchos.
EL ESPAÑOL de Castilla y León se cita con Raúl Díez Segovia, presidente de la Cofradía de la Vera Cruz, y con Beatriz Tovar Zamora, la secretaria. Tomaron posesión de sus cargos en mayo del pasado año y han tenido que afrontar este gran contratiempo, echando horas y agradeciendo que, tras el derrumbe, no se produjeran ni heridos ni víctimas mortales.
Un milagro. La Vera Cruz lucirá con todo su esplendor en la Semana Santa de Valladolid 2025 que está apenas dos meses de arrancar.
Raúl y Beatriz en la Iglesia de la Vera Cruz, atienden a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
El día del derrumbe
“Soy cofrade de toda la vida. Desde pequeño. Sumo más de 40 años en la Vera Cruz. Pasé por la sección de carroza, di el salto como vicepresidente y, desde mayo, soy el presidente. La verdad es que fue duro que, nada más llegar a nuestro nuevo puesto, sucediera lo que aconteció”, afirma, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Raúl Díez Segovia.
Al presidente, como a Beatriz Tovar, nunca se les olvidará ese 25 de junio. Pasaban las 13.30 cuando a la secretaria le llamó Raúl informando de que se había caído la cúpula. Salió corriendo de su despacho y pudo ver, casi a su llegada y a lo lejos que un estandarte de la iglesia y de Valladolid no estaba.
“Entré corriendo. Estaban los operarios sentados tras el derrumbe y totalmente abatidos. Me asomé y estaba todo lleno de polvo, como si hubiera caído una bomba. Lo primero de lo que me quise cerciorar es de que todos los trabajadores estaban bien. Eso fue un alivio”, añade la secretaria de la cofradía.
Eso fue “lo más importante”, como recalca el presidente. Contaron varias veces para cerciorarse de que los seis operarios se encontraban sanos y salvos, antes de entrar a valorar daños materiales.
Trabajos en la Iglesia de la Vera Cruz
“Nos quedamos sin cúpula, los operarios estaban bien y las imágenes no estaban dañadas, pero, al final, el destrozo fue cuantioso. Por si no fuera poco todo esto, esa semana las lluvias también nos golpearon. La suerte fue que esa acción provocó que desapareciera el polvo del lugar”, afirma Raúl Díez Segovia.
No hay mal que por bien no venga, dicen.
Traslados de las imágenes y ayuda institucional
“Desde el primer momento contamos con el apoyo de las instituciones. Del Arzobispado, de la Parroquia de San Miguel, de la Junta de Cofradías, de la Fundación Edades del Hombre, del Ayuntamiento de Valladolid. Fue de agradecer porque acabábamos de aterrizar en el cargo y encontrarnos con esto fue impactante (o resultó un impacto), añade Beatriz Tovar.
Las cofradías también tuvieron una importancia supina. Fueron muchas las que se ofrecieron para albergar las increíbles tallas con las que cuenta la Vera Cruz. Rápido fueron trasladadas y, en breve, volverán a su lugar.
“Para San Miguel se fueron ‘Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna’, el ‘Ecce Homo’, además del ‘Lignum Crucis’ y de ‘Nuestra Señora de la Vera Cruz’. Mientras que a la Catedral se transportaron ‘La Oración del Huerto’, ‘El Descendimiento’ y el ‘Santo Cristo del Humilladero”, explica el presidente. ‘La Borriquilla’, en ningún momento salió del lugar, ni tras el derrumbe.
Tras reuniones varias y decisiones importantes se comenzó con el trabajo de reconstrucción de la cúpula. Se decidió apostar por la réplica original, aunque había otras opciones.
“Hemos aprovechado para, en la cúpula, añadir ocho ventanas, como estaba en los años 90. Se recuperan los mismos colores ocres que tenía y todo va a continuar como se conocía, hasta la bola que es el símbolo de la reconstrucción, se recuperó, y se puso unos días antes del derrumbe”, explica Raúl Díez Segovia.
Una bola que tiene un componente simbólico para nuestros dos entrevistados. El resurgir de la cúpula de la Vera Cruz. De hecho, la linterna de la misma era una realidad ya el 21 de enero de 2025. Apenas medio año después del suceso.
Una gran alegría
“Cuando volvimos a ver la cúpula instalada sentimos una gran alegría. Todo ha ido muy rápido. Veíamos la final del túnel y que la normalidad estaba punto de recuperarse en el lugar. Aunque es una réplica prácticamente exacta de la que teníamos, la veo más bonita que antes”, añade la secretaria tras meses duros.
Mientras charlamos con nuestros protagonistas los obreros continúan con los trabajos de limpieza, ya sin andamios, lo que provoca que se pueda volver a disfrutar de un espacio único en una iglesia histórica de Valladolid.
Los andamios en la Iglesia de la Vera Cruz
“La idea pasa por conseguir que, a mediados de marzo, podamos empezar a traer las imágenes. Esas son las fechas que nos marcamos. Ha sido todo muy rápido, pero con mucho trabajo por detrás. Decisiones, licencias… pero vemos la luz al final del túnel”, añade el presidente de la cofradía.
Las obras arrancaron la primera semana de noviembre, tras conseguir la licencia el 29 de octubre y el 21 de enero, la cúpula ya era una realidad. Parece sencillo, pero no lo es. La solidaridad y la unión entre instituciones han provocado que el milagro se haya hecho realidad. Ojalá siempre así.
Un símbolo de la ciudad y la Semana Santa de 2025
“La reconstrucción de la nueva cúpula forma parte del compromiso de todas las instituciones de recuperar el legado artístico e histórico. Creemos que no solo es un símbolo para nosotros, los cofrades de la Vera Cruz. Lo es de toda la ciudad. Es un símbolo”, asegura Beatriz Tovar.
Todo el mundo entendió, desde el primer momento, que había que recuperar este trozo de la historia vallisoletana, aunque han sido “muchas noches sin dormir” apunta la secretaria que añade que la Fundación Edades del Hombre ha llevado a cabo un “gran trabajo limpiando sus tallas”.
Además de las tallas, que en principio vuelven a mediados de marzo, también se anunciará cuando se podrá volver a celebrar misa en el lugar, en breve, para recuperar esa normalidad tan ansiada.
“’La Borriquilla’ se va a poder disfrutar como siempre en Semana Santa. Los cultos, durante la cuaresma, si que van a variar por el tema de las fechas y, en principio, celebraremos la Novena de la Virgen el 2 de abril”, finaliza Raúl Díez.
Un milagro en la Vera Cruz. Primero, tras evitar las víctimas mortales y los heridos durante el derrumbe y, segundo, por la premura para su reconstrucción.