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La Policía Nacional ha detenido en Valladolid a seis personas como presuntas autoras de los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, favorecimiento de la inmigración clandestina, delitos relativos a la prostitución y pertenencia a organización criminal.

Todo dentro de la Operación Chaturanga que arrancó en el mes de octubre de 2024. La Unidad Contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales de la Brigada Provincial de Extranjería lograba información sobre una víctima de trata que podría haber huido de un club de alterne de un municipio de la provincia.

Tras gestiones, se tuvo conocimiento de que la víctima, de origen sudamericano, había sido engañada por una organización criminal para su traslado a España. Una vez en nuestro país la explotaron sexualmente en un club de alterne.

La Policía Nacional añade, además, que no era la única mujer que había sido traída desde su país de origen por engaño y aprovechándose de su situación de necesidad para ser explotada en ese club.

La investigación ha durado cinco meses y ha logrado desarticular a la organización criminal de origen español, paraguayo y colombiano que a captado a estas cinco mujeres.

Una vez en el club de alterne eran informadas de la elevada deuda que habían contraído con la máxima responsable y también eran informadas de las duras condiciones en que tendrían que ejercer la prostitución con el fin de saldar la deuda.

El proceder de “La Mami”

“La mami” o “La jefa” era la máxima responsable. Una mujer española que hacía uso de los otros miembros del entramado criminal para captar en sus países de origen a las víctimas, que por su extrema pobreza y vulnerabilidad estaban dispuestas a llegar a España y ejercer la prostitución.

Los viajes de las víctimas eran gestionados por los captadores, que tras convencerlas, las aleccionaban para asegurarse que lograran entrar en España de forma exitosa. Sin embargo, todos los viajes eran financiados por “La Mami”.

Una vez en España, las víctimas pasaban la primera noche en uno de los pisos que la jefa controlaba en Valladolid, todos ellos, lugares de ejercicio de la prostitución. En la mañana siguiente eran trasladadas al club.

Tras su llegada, “La Mami” informaba a las víctimas de la cuantía de las deudas que habían contraído con ella con cantidades que iban de los 3.000 a los 4.500 euros y les informaba de que tenían que devolver el dinero ejerciendo la prostitución bajo unas estrictas condiciones, penosas, de obligado cumplimiento.

No quedaba ahí la cosa. Y es que las víctimas debían pagar por el alojamiento en el club y para disponer de luz. También existía un sistema de multas que debían pagar cuando incumplían una norma.

Condiciones lamentables

Las víctimas debían permanecer en la sala del club desde las 17 a las 3.00 horas de la madrugada, las 5.00 los fines de semana o más si la líder se lo ordenaba y no podían negarse a mantener relaciones sexuales con ningún cliente. Además, debían hacerlo sin protección si estos lo solicitaban.

Las tarifas también eran las que la jefa de la organización estipulaba y los clientes se lo debían abonar a ella o miembros de la organización. Estos se encargaban de controlar a las víctimas para que no se fugaran.

En el club no había días libres, ni estando las víctimas enfermas. Tampoco podían abandonar el lugar sin permiso. El club carecía de calefacción, las mujeres no disponían de dinero y comían lo que “La Mami” les daba, alimentos en mal estado y muy escasos. El agua era turbia y muchas mujeres enfermaron por beberla.

Además, las víctimas debían cocinar y realizar la limpieza del club de alterne, sin recibir ninguna remuneración por ello y además se les animaba a la venta de sustancias estupefacientes a los clientes de servicios de prostitución.

 Los miembros de la organización se aseguraban la total sumisión de las víctimas amenazándolas y atemorizándolas continuamente, consiguiendo que todas ellas temieran profundamente a la señora y se sometieran a su control.

Detenciones

La fase ejecutiva de la Operación Chaturanga se ha llevado a cabo a lo largo de las tres primeras semanas del mes de febrero, lográndose la desarticulación de la organización criminal y el cese total de su actividad delictiva, si bien no se descartan nuevas detenciones.

El número de víctimas liberadas asciende a cinco, siendo todas ellas víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual.

La líder de la organización criminal ha ingresado en prisión provisional sin fianza, quedando los otros cinco detenidos en libertad, todos ellos como presuntos autores de los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, favorecimiento de la inmigración clandestina, delitos relativos a la prostitución, y pertenencia a organización criminal.