Es fácil ver a Ángel Lévid (Valladolid, 54 años) en cualquier municipio de la provincia de Valladolid en el que se ensalce la figura indiscutible de algo muy nuestro, que viene de nuestros antepasados más lejanos, como es la música folk. Esa que debemos mantener y que no se puede perder.
El vallisoletano, nacido en el barrio de La Rondilla, ha estado desde pequeño influenciado por estos acordes y confiesa que escuchaba a Nino Bravo. Ahora prepara el lanzamiento de su séptimo disco y ha lanzado una campaña de mecenazgo para intentar que “todo sea más llevadero”, económicamente hablando.
Pasión por la música folk
“Soy un músico vallisoletano con una amplia trayectoria. Me defino como una persona sencilla, inquieta y que siempre tiene proyectos en la cabeza. Algunos son más factibles, a la hora de realizarlos y otros menos. Valor mucho la amistad y las cosas sencillas de la vida”, afirma Ángel Lévid.
Nuestro entrevistado se declara, también, “honesto y transparente”, nació en Valladolid, tiene 54 años y suma 30 en el mundo de la música. Un músico pucelano titulado en el Conservatorio Profesional de Valladolid, en la especialidad de guitarra.
Sigue formándose con distintos cursos de Zanfona, Rabel, Dulzaina y Percusión Tradicional… todo relacionado con la música Folk. De hecho, su inquietud personal y musical han llevado a nuestro protagonista a crear varias formaciones de estilos muy distintos.
En la actualidad está centrado en no perder la música folk y por ella apuesta con sus nuevas composiciones. Ha grabado un total de seis discos autofinanciados y ha participado en numerosos eventos que están relacionados con este tipo de estilo musical, nuestro y que merece la pena conservar.
Nino Bravo
Nacido en Valladolid, en concreto en el barrio de La Rondilla, reconoce que “desde pequeño” ha estado influenciado por este género musical, aunque él no se dio cuenta hasta que “fue adolescente” cuando se sorprendía “tarareando canciones que había oído a sus abuelos y padres”.
“Evidentemente, la música que escuchaba en casa desde pequeño me influenció. La que se cantaba en las reuniones familiares. Música de muy distintos estilos. Desde el Méster y Jarcha, pasando por Nino Bravo y hasta el disco de Nat King Cole en español”, asegura nuestro entrevistado.
Sobre su pasión por la música, afirma que “siempre ha cantado mucho” y que “intentaba imitar a Nino Bravo” pero el detonante final fue “una lesión que sufrió en la rodilla izquierda” y que le “tuvo en el dique seco casi un año”. En ese espacio de tiempo aprendió a tocar una guitarra que había por casa de su padre. Ese fue el punto de partida.
A los 20 años fue cuando comenzó a tocar la guitarra y a los 24 accedió al Grado Profesional en el Conservatorio de Valladolid. Se tituló a su término. Mientras tanto, compaginaba esto con distintos cursos y talleres vinculados a la música de raíz.
Ángel Lévid
Un “cantautor folk”
Nuestro entrevistado toca guitarras, principalmente, y se defiende bien con la zanfona, también la dulzaina, con la flauta y tamboril. “Ya se sabe lo que se dice entre bromas, aprendiz de mucho maestro de nada”, asegura.
“Un amigo me catalogó, en su momento, como “cantautor folk” porque todos los temas de mis discos son de nueva creación y, en su mayoría, muy personales. Sobre todo, en los últimos, que son nuevas composiciones y siempre bebiendo de la rítmica y timbres de nuestra zona. Es música de hoy con sabor de antaño”, añade.
Para Ángel la música es “un medio de comunicación básico en el que se encuentra muy cómodo”. Siempre que toca o crea un tema nuevo “es un subidón de adrenalina”. Ya cuenta con un total de seis discos, dentro del panorama de la música folk, todos autofinanciados.
Es un hombre muy implicado con este tipo de música y quiere que “nunca muera”.
El nuevo disco y un crowdfunding
“Actualmente estoy trabajando para que, en primavera, vea la luz el séptimo trabajo discográfico que se va a llamar ‘Sol y Luna’. Doce temas, todos de pura creación, al más puro estilo Lévid”, confiesa Ángel.
Ha lanzado una campaña de crowdfunding, de mecenazgo como le gusta llamarlo a él, con el objetivo de “aliviar un poco esa carga económica que tiene detrás la edición de un nuevo disco”.
Ya no solo la grabación sino también los gastos de la duplicación, la presentación del mismo y demás logística. Todo lo que sea sumar económicamente es bienvenido y más llevadero económicamente.
“Acabamos de lanzar la campaña y hay que esperar y crecer poco a poco. Todas nuestras tradiciones, tanto culturales como musicales y sociales, hay que mantenerlas. Marcan nuestro carácter y forma de entender la vida. Si queremos tener clara nuestra identidad, debemos tener claro nuestro pasado”, explica.
El futuro lo ve con “optimismo” y espera que su séptimo disco “sea bien recibido” y que “el público lo escuche”.