Hoy se cumplen nueve días desde que Javier Gaizka Redondo, guardia civil vallisoletano de 42 años destinado en Santoña desde hace seis meses, desaparecía en la zona costera de Isla y Ajo, tras salir a pescar con sus perros.
De hecho, ese mismo miércoles, 5 de febrero, en el que se denunció su desaparición y se arrancó con la búsqueda, aparecían sus mascotas y también aparejos de pesca, pero nada se sabe del paradero del vallisoletano desde entonces.
Las labores de búsqueda continúan en el lugar con helicópteros, GEAS y varios agentes que quieren que la familia del pucelano dejen de vivir esta pesadilla y encontrar el cuerpo del agente.
De momento, y como confirman fuentes de la Benemérita en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, no hay novedades y nada se sabe del rastro del vallisoletano.
El padre del desaparecido, en declaraciones a este periódico, aseguraba que “estaba muy apenado y triste” porque “es un palo muy gordo” y definía al desaparecido como “una persona brillante”.
“Deseamos que aparezca para darle sepultura”, añadía en unas declaraciones sumamente tristes que hacen ver la agonía que vive la familia tras la desaparición de Javier Gaizka Redondo.
Continúa la búsqueda para dar con su paradero.