Fue un día gris, en el que la tragedia y la desgracia marcaron una jornada negra en nuestro país. Una de las mayores catástrofes naturales en la historia de España azotó con enorme dureza, sin ningún tipo pudor ni reparo en sus consecuencias, a la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía.
Aquel 29 de octubre de 2024 pasará a los anales de la historia como uno de los días más tristes que se recuerden. Hoy, tres meses y medio después, las secuelas son todavía patentes. Valencia, la provincia más afectada, continúa sumida en un proceso de recuperación.
Las vidas que la dana se cobró, más de 200, no se podrán recuperar, pero los distintos municipios valencianos que se vieron sorprendidos por las riadas tratan de volver a la normalidad. Detrás de cada desastre, eso sí, siempre se dice que hay una buena noticia. En este caso fue la respuesta de toda la sociedad española.
Todavía en la actualidad es mucha la ayuda que se necesita en Valencia para tratar de subsanar el tremendo destrozo que el agua dejó tras de sí. Una solidaridad en la que Valladolid ha estado muy presente desde un primer momento. Y que sigue estando.
Aún hoy, el Ayuntamiento de Valladolid continúa poniendo a disposición de los múltiples pueblos valencianos los medios materiales y humanos que necesitan. Lo hace a través de los distintos cuerpos municipales que tiene a su alcance.
Los bomberos fueron clave en los primeros días en las labores de rescate. Aquavall evitó un problema de salud pública con el desatasco del alcantarillado. La Policía Municipal continúa presente.
Desde el mes de diciembre, la Policía Municipal ha estado enviando contingentes semanalmente a los municipios de Sedaví, Benetússer, Massanasa, Alfafar, Paiporta y Catarroja. Son ya casi 70 efectivos los que se han desplazado hasta Valencia. Ahora, la novena comitiva se encuentra ya allí.
Del octavo contingente, que regresó el pasado 7 de febrero, formó parte José Manuel Andrés Álvarez, oficial de la Policía Municipal de Valladolid que atiende a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León para relatar cómo se encuentra la situación allí tres meses y medio después del desastre.
José Manuel Andrés Álvarez, agente de la Policía Municipal de Valladolid, atiende a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León para charlar sobre su experiencia en Valencia
Sedaví, Massanasa y Alfafar han sido los municipios valencianos donde José Manuel ha estado presente durante los ocho días que estuvo allí, desde el 31 de enero.
Unas labores de este policía municipal de Valladolid que se centraron en dar "sobre todo apoyo a los compañeros valencianos, que están bajo mínimos" a pesar de todo este tiempo, según apunta el oficial.
Según revela, todavía son "muchos" los compañeros de Valencia que están de baja o se han marchado a la academia. Por eso, bajo el mando de los jefes policiales del lugar, han estado colaborando en "las labores que ellos no podían hacer".
Trabajos sobre el terreno que permitieran, de esta manera, a los policías locales de estos municipios hacer las "labores administrativas que tenían muy atrasadas". También colaborar de esta manera en el "servicio ordinario que ellos al estar tan escasos no podían hacer".
Cada mañana, José Manuel y sus compañeros de Valladolid salían del hotel para distribuirse por los diferentes municipios encomendados. "Nos poníamos a su disposición y los que nos mandaran", recuerda.
Además de los cuerpos de seguridad locales, estos contingentes de la Policía Municipal de Valladolid han colaborado con la Unidad Militar de Emergenicas (UME). Control en las salidas y entradas de los colegios e institutos, ordenación del tráfico, vigilancia o protección de infraestructuras o labores de seguridad ciudadana son algunas de las tareas que les encomendaron.
En el caso concreto de José Manuel, su labor se ha llevado a cabo principalmente en las campas y en los colegios e institutos. Espacios donde le han tratado, según reconoce, "fenomenal", tanto la ciudadanía como sus compañeros de profesión en Valencia.
"Cada vez que nos veían nos daban las gracias, nos daban ánimos y el apoyo por ir a ayudarles. Continuamente era siempre agradecimiento hacia nosotros", apunta este oficial vallisoletano.
En el momento que desde dentro del cuerpo municipal de policía les propusieron ir hasta Valencia para colaborar, José Manuel no dudó en coger este 'tren' convencido en su "ánimo de ayudar a la gente que lo está pasando mal".
Han pasado tres meses y medio desde aquel fatídico 29 de octubre, pero recalca que "todavía hace falta mucha ayuda".
Los municipios comienzan, aunque todavía con un largo camino por delante, a recuperar su imagen. Aquellas estampas en las que los vehículos yacían inmóviles en las calles plagados de lodo deja ser habitual. Según apunta José Manuel, "ya no quedan muchos (coches)", pero sí que sigue habiendo otras necesidades.
Necesidades como la recuperación de las campas y "sobre todo lo referente a vivienda, locales, comercios y negocios". "Todo eso está todavía bastante mal", lamenta el oficial de la Policía Municipal.
De esta experiencia, José Manuel reconoce que es "muy gratificamente por la ayuda prestada", pero no oculta el "poco de bajón" que le ha producido ver in situ cómo están los municipios valencianos todavía a día de hoy.
En cualquier caso, la solidaridad vallisoletana sigue muy presente en Valencia. Lo hace a través de sus trabajadores públicos, que durante estos meses, y continúan, han brindado toda la ayuda posible que se ha necesitado.