Se habla mucho en la provincia de Valladolid del chef que se encarga de preparar un churrasco que quita el sentido. También elabora los mejores pescados. Todo dentro de un menú diario de calidad y del que se puede disfrutar por solo 12 euros, algo prácticamente impensable hoy en día. Más si todo lo que se degusta es casero.

La fama del Mesón Buenavista es única. Sus clientes son la mejor publicidad para un establecimiento hostelero que cuenta con 30 años de vida. 17 de ellos con Miguel Ángel Corado González a la cabeza. Él cogió las riendas en el 2007, cuando la crisis del ladrillo y la burbuja inmobiliaria golpeaban al país.

El Mesón Buenavista está situado en plena N-601 (carretera Adanero-Gijón), dentro del término municipal de Becilla de Valderaduey. Una localidad ubicada en la parte centro-norte de la comarca de Tierra de Campos que cuenta con una población, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), de 218 habitantes.

Es lugar de paso de camioneros que llegan procedentes de Francia o de Portugal y que paran en el lugar para disfrutar del buen comer y, también, de la hospitalidad que ofrece Miguel Ángel y también su mujer, Rocío, que es parte importantísima del negocio, junto al resto del equipo. Son cuatro en total.

Conocemos un poco más de un mesón histórico al que todavía le queda mucha historia por escribir en un futuro que se antoja positivo.

Entrada del Mesón Buenavista en Becilla de Valderaduey Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Toda una vida dedicada a la hostelería

“Soy una persona normal, sin alardes. Me defino como un cocinero que tiene cuatro hijos y una mujer maravillosa. Ella es parte muy importante del Mesón Buenavista. Yo me encargo de la cocina y Rocío (su mujer) de la barra. El trabajo de todo el equipo hace que hoy sigamos en pie ante el cierre de bares y restaurantes que, tristemente, estamos padeciendo”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Miguel Ángel Corado.

Nacido en Madrid y con el negocio en Becilla de Valderaduey, nuestro entrevistado vive en Mayorga, a escasos kilómetros. Tiene 52 años y suma 40 en el complicado y laborioso mundo de la hostelería. Antes estuvo en Medina del Campo, también en San Vicente del Palacio, entre otros municipios, para llegar a Becilla de Valderaduey.

“El Mesón Buenavista tiene 30 años de historia. Yo cogí las riendas en el año 2007, hace ya 17 primaveras, cuando llegó la crisis del ladrillo. Sin embargo, y hablando de nuestros inicios, nosotros no notamos problema. Cuando todo el mundo estaba fastidiado, nosotros echamos a andar con un gran número de clientes”, explica el hostelero.

Barra del Mesón Buenavista en Becilla de Valderaduey Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Por allí pasaban turistas y trabajadores. Incluidos los que en verano partían rumbo a las piscinas de Valencia de San Juan, a algo más de 30 kilómetros, para disfrutar de las exquisiteces que tanto Miguel Ángel como Rocío preparaban a sus clientes.

Un menú del día a 12 euros sin nada congelado

Ahora, y a pesar de la subida en el precio de las energías como la luz, el gas, o el de las materias primas que tanto están golpeando al sector hostelero, en el Mesón Buenavista “siguen trabajando bien”. Llegaron a ser un total de 10 los empleados que allí daban servicio, pero tras una restructuración quedan cuatro.

“Nosotros ofrecemos desayunos fuertes, también bocadillos y raciones por la mañana. Por la tarde es otro mundo. Hemos llegado a dar de comer a 80 comensales. Nuestro punto fuerte es el menú del día. Es todo casero, nada congelado. Ni croquetas o empanadillas congeladas. Aquí, todo lo hacemos nosotros”, apunta nuestro entrevistado.

Miguel Ángel asegura que el precio del menú del día es de “12 euros sin incorporar el café”. El comensal puede elegir entre unos cinco primeros y otros tantos segundos. La sopa castellana es uno de los baluartes del lugar. La carne guisada, el churrasco, pescados varios o los huevos con chuletas también están en dichos menús.

“Tenemos una gran variedad que cambiamos día a día. También ofrecemos lechazo y tostón por encargo. Intentamos dar la mejor variedad a nuestros clientes. Nos llama la atención que, hasta en verano, muchas de las personas que nos visitan piden sopa castellana. También vendemos mucho churrasco porque está buenísimo”, añade orgulloso.

El comedor del Mesón Buenavista en Becilla de Valderaduey Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

El futuro y la importancia de hacer las cosas bien apostando por lo casero

El Mesón Buenavista sobrevive gracias a hacer las cosas bien. Son muchos los que no se lanzan a la aventura de abrir un negocio en el mundo rural por lo que pueda pasar, pero, dentro del mundo hostelero, si se apuesta por el buen producto y la comida casera, el éxito está asegurado. Además, así debe ser.

“No es difícil mantener un negocio en un pueblo. Hay que trabajar mucho y crear una clientela fiel que nosotros tenemos porque conocen lo que ofrecemos y siempre vuelven. Somos un cruce de caminos y eso ayuda y nos viene muy bien”, finaliza Miguel Ángel.

Un mesón, el Buenavista, con mucha historia y la que le queda por escribir. A tenor del optimismo y el saber hace de los dueños, va a faltar tinta para hacerlo.

 

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