Uno, que tiene el orgullo de haber seguido a Roberto Domínguez desde la llegada a Valladolid, allá por 1987, cuando me hice cargo de Antena 3 de Radio y Roberto empezaba a ascender a la cumbre, hasta editar su biografía bajo el título “Roberto a Secas”, en 1992, han pasado años, pero el ahora apoderado de la gran figura del toreo actual Andrés Roca Rey, tras 11 años con otro figurón del toreo: Julián López El Juli, sigue estando en candelero, aunque desde la sombra, entre comillas.

Les ofrecemos esta amplia entrevista con Roberto Domínguez, extraída del programa taurino Vive Radio Toros CyL, emitido el pasado día 21 de diciembre. Fue realizada por teléfono, aprovechando que el apoderado vallisoletano pasaba unos días de asueto por su terruño y marchaba de inmediato a tierras sudamericanas para continuar la campaña con su poderdante; la actual figura del toreo como es Roca Rey.

P.- Primero, ¿cómo estás? Te sigues manteniendo en forma, porque la última vez que nos vimos estabas para reaparecer

R.- (Risas) ¿Eso parece, no? Yo creo que, como dicen los talleres, chapa y pintura, pero de motor regular.

P.- Por cierto, enhorabuena por tu nuevo estado

R.- Ah, muchas gracias

P.- Nos metemos en faena. Llevar los asuntos de la gran figura actual del toreo como es Roca Rey no es cuestión baladí

R.- Pues no, parece que es fácil y que todo está de cara. Pero la verdad es que son muchos inconvenientes y muchas complicaciones y muchas cosas que pensar para ver lo mejor para para él, y que no se tergiversen las situaciones ni las opiniones.

P.- Cómo resumirías la gran temporada que ha realizado Andrés

R.- Pues ha quedado un tanto empalidecida por las volteretas y los inconvenientes que ha tenido al final de temporada. Pero los números son apabullantes en cuanto a salidas en hombros, a orejas cortadas y a la asistencia de público para verle torear.

Las actuaciones tanto de Sevilla como de Valencia, Madrid y tantas y tantas otras en Francia, no han tenido el eco suficiente como lo tuvieron el año anterior, precisamente por esa racha de volteretas que, afortunadamente, no fueron de la gravedad que pudieron haber sido; tuvimos mucha suerte tanto en Santander como en otras plazas.

Y luego la cornada que sufrió en El Puerto, además de que reapareció antes de tiempo y tuvo una infección grande, con fiebre, por lo que estuvo arrastrando ese inconveniente en corridas posteriores. Fue una impotencia que, por su forma de ser y su carácter, no se dio a conocer. Pero eso fue lastrando su estado físico.

P.- Con qué te quedas de la temporada, qué tardes recuerdas que te haya dejado con plena satisfacción, como torero que fuiste y como apoderado actual

R.- Yo creo que la talla y la categoría de un torero se da en Madrid, independientemente de la Puerta del Príncipe de Sevilla o de tantas y tantas tardes que ha salido en hombros y que, al margen de la categoría de la plaza, se ha entregado a carta cabal y a pecho descubierto.

Pero la verdad es que la actuación que tuvo en Madrid, contestando a los intransigentes, con esa despiadada forma de despreciar el peligro e imponerse y hacer ver a las personas cabales que había en la plaza, que tenían que callar todas esas voces, pocas, pero discrepantes e incongruentes, y además intransigentes, pero la talla que dio esa tarde de Madrid fue total. Y la plaza reaccionó a su favor. Lamentablemente lo pinchó, pero su actuación fue extraordinaria.

Roberto se refería a la corrida del 11 de junio en la Feria de San Isidro ante un lote de Victoriano del Río junto a El Juli y Talavante.

P.- Se parece a un torero que yo seguía en los años 80 y 90, que también hablaba y triunfaba así en Madrid. Se llama Roberto Domínguez

R.- No, no, no tiene nada que ver. Madrid siempre ha sido exigente con las figuras y bueno, yo la historia que tengo con Madrid cuenta mucho más lo positivo que lo negativo. Lo negativo, afortunadamente, fue cuando yo ya era, pero cuando no era o podía ser, Madrid me apoyó siempre y eso es importante y es de agradecer.

Yo me reconozco como torero de Madrid. Las exigencias de intransigentes que vinieron posteriormente eran consecuencia de un puesto que ocupaba que para ellos les es molesto, pero no en mí, sino en cualquiera que llegue al triunfo. Madrid es muy particular de aupar a sus ídolos y machacarles después, pero no ha sido conmigo ni con nadie más, sino con todos.

Sin embargo, lo he padecido con El Juli. Esa intransigencia en los primeros años que apoderé a Julián, que le pitaban en el paseíllo y le decían unas retahílas impresionantes. El sobreponerse a eso, el hacer volver a que Madrid se entregue como lo ha hecho Julián siempre, y como ahora en su despedida que Madrid se ha rendido incondicionalmente.

Eso es lo que le tiene que alimentar a cualquier torero que lo esté sufriendo actualmente, como Andrés, sabiendo que, cuando uno se entrega de verdad y cuando uno tiene la categoría artística que tiene, al final Madrid, como cualquier plaza del mundo, se rinde.

P.- Cómo es Andrés, aunque es muy maduro, supongo que tu influencia, por tu experiencia en cuanto a consejos los tomará de buen grado. ¿Se deja aconsejar?

R.- Andrés es inteligente, como todas las figuras que han conseguido el puesto que tiene. Él quiere evolucionar y no se conforma con lo que ya le han reconocido, sino que su listón está mucho más alto, a pesar de que muchas veces roza el límite total del riesgo. Más que dejarse aconsejar, escucha. Lo que vale para un torero a lo mejor no es bueno para otro y tiene que marcar su propio destino.

Es una persona introvertida, se torea como se es y el misticismo y la intromisión que tiene su personalidad delante del toro la tiene también como persona. Es un hombre bastante hermético; es difícil llegar a él, pero cuando uno llega ve unos valores humanos y una sensibilidad que en mucha juventud ha calado, y por eso arrastra a tanta gente joven y a tantos niños que ven en él el ídolo a quién admirar.

P.- Y con la espada anda mucho mejor que tú en tu época dorada. Por eso decías que descabella vas bien porque matabas mal. ¡Cuántos triunfos perdidos, Roberto!

R.- (Risas) Sí, muchísimos triunfos. No es que Andrés mate mejor que yo, es que mejor que yo mata cualquiera, porque yo tenía una dificultad bastante grande y a lo mejor he malintencionado, pues lo del descabello fue un poco para paliar mis defectos con la espada.

P.- ¿Por cierto, cuántos kilómetros has recorrido con tus poderdantes?

R.- Muchos. Pero bueno, yo soy un alma inquieta también. Cuando estaba sin esta actividad de representación de tareas, como con Julián o con Andrés, pues tampoco he sido sedentario, no me he quedado en ningún sitio. Me gusta. Soy culo inquieto, como decimos los castellanos. Yo estoy siempre viajando y cuando no viajo por profesionalidad viajo por gusto. Me gusta mucho.

Yo creo que la mejor inversión que puede tener un hombre es conocer el mundo, conocer culturas, conocer distintas pareceres y sentidos y sentires de vivir. Me gusta mucho la naturaleza y explorar el mundo. Hay mucho mundo por explorar, no hay que quedarse en casita siempre que se pueda, hay que salir.