El Ayuntamiento de Valladolid se suma a las ‘Ciudades por la Vida, contra la Pena de Muerte’ en este miércoles 30 de noviembre que conmemora la 20.ª edición de la Jornada Mundial contra la Pena de Muerte. El acto ha tenido lugar en el Salón de Plenos y ha estado presidido por la concejala de Servicios Sociales y Mediación Comunitaria, Rafaela Romero Viosca, la concejala delegada especial de Convivencia y Mediación Comunitaria, Carmen Jiménez, y representantes de Amnistía Internacional.

Esta jornada se convoca desde 2002 para impulsar la abolición de la pena capital en todo el mundo y viene a conmemorar la primera vez que fue prohibida, en el Gran Ducado de Toscana en 1786.

En esta lectura del manifiesto han recordado que participan más de 2.300 ciudades en la iniciativa, en España más de 30 promueven eventos en la calle, escuelas o universidades. Todas ellas se tiñen de amarillo para “rechazar la pena de muerte” y recuerdan que en la Declaración Universal de Derechos Humanos se especifica que “todo individuo tiene derecho a la vida”.

Desde el Ayuntamiento de Valladolid han afirmado que son “conscientes” de que el respeto a los derechos humanos es “fundamental”. Ante este hecho que se trata de una condena “brutal e innecesaria”, así como un castigo que tildan de “cruel e inhumano”, el Ayuntamiento promueve distintas actividades de sensibilización para que la sociedad sea consciente de lo que la pena de muerte supone.

Algunas de ellas son: una pancarta de color amarillo que perdurará durante 15 días en el edificio municipal de San Benito y la iluminación en color amarillo de la Cúpula del Milenio. Pero no solo Valladolid, sino que 19 ayuntamientos de Castilla y León se han unido a la iniciativa.

A pesar de que se siga aplicando la pena de muerte en muchos países como Irán o Arabia Saudí, el total de ejecuciones de 2021 representa la segunda cifra más baja que ha registrado Amnistía Internacional desde 2010. Al concluir el pasado año, se tenía constancia de 28.670 condenas. Un hecho que “demuestra más de 2/3 de países del mundo ya la han abolido” y, por ende, que son "conscientes de lo que esta pena supone".

Para que esto continúe, han afirmado que están para “oponerse a este hecho en todos los casos, sin excepción”. Y han finalizado el discurso con un mensaje alto y claro: “No hay justicia si no hay vida”.