“Hasta la muerte del toro he participado en todos los torneos del Toro de la Vega desde el año 1988 pero este año no lo voy a hacer”, confiesa en declaraciones a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León José Antonio Rico Ovejero, tordesillano de nacimiento que vive también en la bella localidad vallisoletana desde hace casi 50 años.

Corneado gravemente en el festejo del año 93, Ovejero consiguió ganar el torneo en el año 2001 pero es crítico con la nueva ordenanza y con la sociedad actual. Por ello, y a pesar de “mamarlo desde pequeño”, como indica, no participará este año en un festejo que vuelve tras años de parón por el coronavirus.

Amante de los toros y del atletismo, cuenta con 15 maratones de 42 kilómetros a sus espaldas, todas nacionales, con una media de tres horas y nos justifica su decisión de no estar en el próximo Toro de la Vega en la siguiente entrevista:

P.- Remontándonos al pasado. ¿Cómo valora el Real Decreto de la Junta de Castilla y León del año 2016 que prohibía la muerte del Toro de la Vega por alanceamiento?

R. Si yo estoy en mi casa y alguien entra de fuera a cambiarme las cortinas porque no le gustan y además me coloca la cocina como él quiere te acabas por preguntar: “¿Qué está pasando?”. Creo que es una aberración total a la libertad de obrar de un pueblo, no solo de Tordesillas, le hablo en general. Es algo que está ocurriendo en nuestra sociedad.

José Antonio Rico Ovejero

P.-El Ayuntamiento de Tordesillas ha aprobado una nueva Ordenanza para que el Torneo del Toro de la Vega perdure en el tiempo. ¿Cómo la ve?

R.- Lo veo como una limpieza a nivel político. Lo hemos hecho mal una vez y con esto “light” parece que se hace bien. No lo veo claro y, por eso, paso de ello. No me interesa. Lo bonito del torneo era que existiera el riesgo del enfrentamiento, de poder a poder, entre el hombre y la bestia. Que exista ese miedo a jugarte la vida por algo. Era o la vida del toro o la tuya.

P.- Son 50 las personas que pueden entrar a participar en el torneo este año. ¿Va a estar usted?

R.- Son 50 las personas que pueden colocar la divisa. En cuanto al número, me parece un poco exagerado. Pienso que, en los tiempos que vivimos, todo se masifica. Dentro de la organización del festejo creo que habría que haber limitado el número de caballistas con el fin de que el que vaya a pie tenga las mismas posibilidades. Lo veo desorbitado, en todos los sentidos.

Este año no voy a participar porque para mí no es el Torneo del Toro de la Vega. Como no lo es, me voy a marchar de vacaciones. En el pasado se ha vendido una moto que no era real, a nivel de prensa, político y social. He llegado a leer en la prensa que todo el mundo perseguía al toro con las lanzas y que se la arrojábamos al animal. Era un tornero con unas normas. Estaba estipulado el número de personas que podía participar y el resto de los aspectos. Al final, los que nos jugábamos la vida éramos unos pocos.

P.- Entonces no va a participar este año en el torneo.

R.- No. Bajo a Andalucía a disfrutar de mi familia con mi mujer y mis hijos. A una persona que ha mamado el Toro de la Vega como yo algo le hace pensar que ha ocurrido alguna cosa que ha hecho cambiar el chip para no celebrar este festejo taurino como antes y no me gusta. Ojos que no ven, corazón que no siente.

P.- Le veo muy desencantado con la nueva normativa.

R.- No es con la normativa. Es con la sociedad en la que vivo y en la que voy a dejar a mis hijos. Ya no solo yo sino el resto de las personas de este país. ¿Qué futuro le espera a mi hijo de diez años a nivel cultural y social en un país que ha suprimido estudiar filosofía o cuándo hay una Comunidad en España donde obligan a hablar la lengua de la misma olvidándose de la oficial? ¿Qué es esto?

P.- ¿Cómo ve que ya no se utilicen lanzas y sí divisas en el Torneo del Toro de la Vega?

R.- Antes sabías que te jugabas la vida y que si le dabas al toro con la lanza te librabas porque le matabas tú y no él a ti. Le hablo desde la experiencia porque tengo una cornada muy fuerte de un toro desde hace 29 años. Salvé la vida de milagro, pero al final era el toro o yo y así ha sido siempre. Ahora te juegas la vida sin saber el peligro que hay. Puedes clavarle al toro la divisa y la va a sentir como un aguijón de avispa. Antes, con la lanza, te librabas porque con la lanza conseguías matar al animal, pero ahora, en el momento en el que lo pinches y se dé cuenta va a ir a por ti y te juegas tú vida.

P.- Se han rechazado esas 24 alegaciones que se han presentado contra la ordenanza nueva. ¿Cómo lo valora?

R.- Alegaciones de quienes durante todos estos años han vivido del cuento. Sujetos que sobreviven del rollo social que nos encontramos en la calle. Veganos o animalistas que viven por intereses y subvencionados por empresas que tienen alimentos para animales o que son veterinarios. Al final es un circuito cerrado de intereses económicos y sociales. A uno se le quitan las ganas de todo ante esto.

P.- Usted ha participado en el Torneo del Toro de la Vega desde 1988 y hasta el 2016. ¿Cuándo fue la cornada?

R.- Fue en el Toro de la Vega de 1993. Al entrarle al matar me destrozó el muslo izquierdo. He conseguido recuperar la movilidad, estoy perfectamente recuperado. He corrido maratones con buenas marcas, incluso.

José Antonio Rico Ovejero en la cogida de 1993. Fotografía cedida a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León por José Antonio

P.- Ha ganado un torneo, si mal no tengo entendido.

R.- Uno oficialmente. Fue el día del atentado de las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001. Maté a un toro que se llamaba Linoso de la Cadenilla. En el balcón del Ayuntamiento, ese día, dije que el vencedor del torneo era el pueblo de Tordesillas que año tras año cumplía con la costumbre y la tradición. Yo me llevaba la satisfacción de devolver lo que hicieron por mí en el año 1993 porque salvé ese año a dos compañeros.

P.- ¿Qué era para usted el Toro de la Vega?

R.- Si yo me juego la vida y recibo cornadas por ello… Es un conjunto de muchas sensaciones. Mucho arraigo y tradición, de mamarlo desde pequeñito y de esperar durante un año para que llegara un festejo de 10-15 minutos. Tiene mucho significado.

P.- ¿Qué significado tiene o tenía para Tordesillas?

R.- Hasta 2016 era el eje de las fiestas del pueblo. Ha movido tanto al municipio, a la comarca como al resto del país en lo que a festejos taurinos se refiere.

P.- ¿Cómo se preparaba para el Torneo?

R.- Siempre he estado corriendo encierros, haciendo cortes y demás. 15 días antes de las fiestas bajaba a correr por la zona para ver cómo estaba el pinar. Para reconocer el terreno.

P.- Sin ganas de participar este año en el torneo, ¿Ve con ganas a los vecinos de Tordesillas?

R.- Si a un perro le das con un periódico en el morro muchas veces porque está haciendo algo mal, al final ese mal no lo va a hacer. Nosotros igual. Si durante diez años ha estado viniendo la prensa, para insultarnos y humillarnos, se nos quitan las ganas.

Además, las Fuerzas de Orden Público, cuando han venido, han defendido a los de fuera en lugar de a los vecinos de Tordesillas cuando recibíamos insultos y demás. Al final uno se cansa también de encender la televisión y ver cómo nombraban al pueblo y a los tordesillanos faltándonos al respeto. No hay derecho.

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