El Partido Animalista Pacma, ha presentado “un batallón de alegaciones en contra de las nuevas bases reguladoras del Torneo del Toro de la Vega mediante un documento de 20 páginas cuestionando la legitimidad del controversial festejo que no tenía lugar desde el año 2016 y que se pretende celebrar este 2022 con un nuevo desarrollo”, tal y como han informado a través de un comunicado.

Desde la organización han denunciado que “este sanguinario festejo señalaba internacionalmente a España y, concretamente, al pueblo de Tordesillas, con un espectáculo que representaba el mayor exponente del maltrato animal, hasta que, gracias a la enorme presión social expresada y ejercida contra el mismo, la Junta de Castilla y León aprobó el Decreto-Ley 2/2016, de 19 de mayo, mediante el cual se prohibía la muerte de las reses de lidia en presencia del público en los espectáculos taurinos populares y tradicionales en Castilla y León”.

Sin embargo, tras más de seis años desde que se celebró el último Torneo del Toro de la Vega, el Ayuntamiento de Tordesillas pretende regular un nuevo espectáculo como si fuera tradicional.

El Partido Animalista ha presentado a este respecto un completo dossier informativo argumentando que este festejo se podría haber venido celebrando de forma irregular y que, además, según la propia normativa, podría ser susceptible de prohibición definitiva.

Falta de continuidad y de rigor documental

Se entiende, por espectáculos taurinos tradicionales, “aquellos festejos populares con reses de lidia cuya celebración arraigada socialmente se venga realizando en la localidad de forma continuada desde tiempos inmemoriales, que son los que pueden acreditar una antigüedad de, al menos, doscientos años”. El conocido torneo “carecería de esa continuidad exigida”, ha declarado Eva Ramos, asesora jurídica de PACMA. “No se ha celebrado, que haya constancia, al menos, en dos periodos históricos (de 1966 a 1969 y de 2016 a la actualidad). Por tanto, no debería ser considerado espectáculo taurino tradicional”.

Además, el festejo “no consistía tradicionalmente en un torneo" en el que se alanceara a los toros, sino que se trataba de despeñar a los animales por la vertiente que había desde el mirador de los pobres al río Duero”, ha explicado Ramos.

El denominado como Torneo del Toro de la Vega se trataría pues de “un espectáculo con un desarrollo y desenlace diferentes cuya celebración carecería de la antigüedad requerida para poder ser considerado inmemorial y, en consecuencia, tampoco podría ser considerado espectáculo taurino tradicional.

Por otra parte, la modificación aprobada ahora por el Ayuntamiento comprende tantos y tan sustanciales cambios que no realiza una adaptación de la ordenanza, que era lo que permitía el decreto ley de 2016, sino la regulación de “un festejo diferente y nuevo”, ha subrayado la formación.

Mediante la modificación se pretende permitir la utilización de elementos específicamente prohibidos por la Ordenanza de 2013, como las garrochas y picas, al eliminar la prohibición expresa que contenía sobre su uso y porte. Desaparece también el capítulo dedicado al Régimen Sancionador, y, con éste, los artículos mediante los que la Ordenanza de 2013 regulaba las infracciones muy graves, graves y leves, las sanciones y graduación de las mismas. Tampoco se remite a otras normas para ello.

Los derechos del toro

Pacma afirma que el Capítulo IV titulado ‘Los derechos del toro’ es “una falta de seriedad y de respeto absoluto hacia estos animales y una burla hacia la ciudadanía”. Según dicho capítulo, “como principal participante, el toro tiene unos derechos que se le respetarán estrictamente, ya que así lo dicta el buen sentido y la costumbre”.

La organización añade que es indignante que una administración pública como un Ayuntamiento sea capaz de “semejante atrevimiento: afirmar que un animal tiene derechos en el mismo texto en el que se regula cómo alancearlo por una turba, hiriéndolo con punzones y dobles arpones. ¿Derecho a ser torturado?”.