La calle Dulzaina 18, detrás del Hospital Río Hortega, ha sido el lugar elegido por el Ayuntamiento de Valladolid para la construcción de un Centro de Atención Humanitaria, “un espacio que acogerá a personas de otros países que solicitan asilo o protección internacional”. Así lo ha anunciado hoy el alcalde de Valladolid en un acto en el que ha estado acompañado por el concejal de Urbanismo, Manuel Saravia, así como por la concejala de Servicios Sociales, Rafi Romero.

“Aunque es inevitable centrar esta rueda de prensa en el contexto del conflicto internacional que vivimos en Ucrania, quiero que se abstraigan de ello y pensemos que los refugiados existen constantemente”, ha precisado Puente. En este contexto ha indicado que “llevábamos ya tiempo trabajando en el tema porque estábamos pendientes de ser parte de la solución de este problema”.

Así, la construcción del edificio se hará en el marco de un proyecto del Gobierno de España que “cuenta con 176 millones de euros de la Unión Europea para la edificación de este tipo de centros”. Ahora mismo, España solo cuenta con cuanto “que son insuficientes” y se quieren realizar “diez más, uno de ellos en Valladolid que contará con 200 plazas”. Actualmente, la ciudad cuenta con 188 refugiados repartido en diferentes pisos, así como con otros 43 en Peñafiel.

El centro, que se espera que esté operativo en 2024, necesitará de 15 trabajadores propios y 25 empelados externos, una plantilla que, unida a la que construya el edificio y los 3,5 millones de euros que tendrá de gasto anual en ventas, “producirá un retorno económico de cinco millones de euros”. Al margen quedará lo que el Ministerio pague por la parcela, que aunque está valorada en cinco millones de euros, “se venderá por un precio aproximado de una cuarta parte de ese valor”.

Respecto a los posibles problemas de convivencia que alguien pueda ver en este edificio, Puente ha aclarado que serán “nulos”. Porque además de las viviendas para los refugiados, la parcela albergará “zonas de ocio y deportivas que se compartirán con los vecinos del barrio”. Y es que el regidor ha aclarado que la mayoría de las personas que acuden a estos centros “son niños siempre acompañados por sus padres, abuelos o familiares. Atenderá siempre a personas con órdenes de protección internacional”.

Esas áreas comunes servirán, según el alcalde, “para facilitar su integración social y que tengan más sencillo realizar su proyecto vital”. Porque la idea es que solo tengan que estar seis meses para después poder desarrollar su vida de forma normal en la provincia o en cualquier otro lugar de España.

Un problema cada vez más grave

El Ayuntamiento considera que es un proyecto social y humanitario de vital importancia para resolver un problema que, desgraciadamente, se agrava tras la guerra desencadenada por Rusia en Ucrania, que ha provocado el mayor éxodo de refugiados desde la II Guerra Mundial. A fecha de hoy casi 900.000 ucranianos han huido a otros países y Acnur calcula que las personas refugiadas llegarán a cuatro millones.

El suelo urbano de más de una hectárea ofrecido por el Ayuntamiento, que puede tener una edificación de cuatro plantas, se comprará por el Gobierno de España “porque es obligatorio hacerlo según se marca por la ayuda de Europa”. Eso sí, “en el caso de que hubiera sido necesario ceder la parcela, lo habríamos hecho de forma gratuita”, ha subrayado.

Porque ha remarcado que este centro responde al incremento del número de solicitantes de asilo, que en España se ha multiplicado por veinte en los últimos seis años. “Es una obligación atender a todas las personas que solicitan protección internacional, sea por asilo o cualquier otra forma de protección, durante el periodo que transcurre desde la presentación de la solicitud de asilo hasta la resolución definitiva”.

En este proyecto Valladolid se une a Soria, Albacete y Azuqueca de Henares que también han solicitado la construcción de estos centros en sus municipios.