Recuerdan los vecinos de Tordesillas el martes 3 de agosto como una dolorosa fecha marcada en rojo en el calendario de la localidad. Fue el día en el que una de las hijas de Teodoro se dio cuenta de que su padre había desaparecido sin dejar rastro.

"Como todas las mañanas iban a prepararle el desayuno y se dieron cuenta de que no estaba en casa y de que no había pasado la noche allí", recuerda el alcalde de la localidad, Miguel Ángel Oliveira.

Con la esperanza de identificarlo lo antes posible, inmediatamente llenaron el pueblo de carteles en los que aparecía la fotografía de Teodoro Sánchez, un vecino de 95 años del que se desconocía su paradero. Las cámaras del banco cercano a su casa no detectaron su salida, "pudo haber caminado en tora dirección porque sí que se vieron movimientos otros días, pero aquel martes no", explica el regidor. 

Han pasado más de dos meses y la investigación se encuentra en la casilla de salida. Los numerosos medios técnicos y humanos que han intervenido en reiteradas ocasiones no han dado los frutos esperados.

A medida que pasan los días disminuye la esperanza de la familia de Teodoro, "están desesperados y, evidentemente, siendo realistas las esperanzas de encontrarlo van menguando", señala el edil que mantiene el contacto con los familiares del nonagenario desaparecido.

"Se ha hecho todo lo que se ha podido", sentencia Oliveira remontándose a las dos grandes búsquedas en las que se implicó el pueblo de Tordesillas y también las localidades cercanas para dar con su paradero. Pero no ha sido posible.

La población se ha volcado para tratar de dar con Teodoro, al igual que lo han hecho los agentes de la Guardia Civil implicados en la investigación. "Se revisaron las cámaras de los bancos cercanos, se estuvo buscando por los edificios abandonados del pueblo, por los caminos, por los terrenos, por la orilla del Duero durante kilómetros, con perros especializados en rastreo... Se emplearon a fondo con drones, con buzos, con decenas de voluntarios de Protección Civil, con agentes que vinieron de Madrid, con los bomberos de Diputación y con prismáticos los agentes buscaron zonas donde hubiera aves carroñeras. Se han puesto todos los medios técnicos y humanos posibles y no ha sido posbilé dar con él", lamenta Oliveira. 

Falsa alarma

Apenas habían pasado diez días desde la misteriosa desaparición, cuando un alertante daba el aviso a las autoridades de que habían visto a Teodoro en Valladolid, "pero enseguida se desestimó esa pista porque se comprobaron cámaras y los datos y la Policía Local descartó los indicios, no era él", explica el edil tordesillano.

Oliveira agradece la implicación que han tenido los vecinos tanto en las búsquedas organizadas por la Guardia Civil como en las salidas voluntarias de la población para encontrar a Teodoro. "En total se habrán rastreado cinco kilómetros a la redonda, tierras, caminos, zonas con maleza... lo que calculamos que podría caminar una persona de su edad. Están avisados desde entonces los grupos de cazadores de la zona y tanto la asociación de caballistas como los jugadores del Atlético Tordesillas se volcaron en encontrar a Teodoro", señala Oliveira.

Investigación abierta

Sin un resultado tras la incansable búsqueda, la investigación continúa abierta "y ahora esta en un proceso de cruzar datos con otras comisarías de otras comunidades por si cabe la posibilidad de que alguien se lo llevase y para ver si hay algún cadáver sin identificar en otros puntos, porque Teodoro salió sin documentación aquel día. Aunque aún no sabemos nada", señala Oliveira.

Aunque hayan pasado más de dos meses en el pueblo le siguen recordando, "algunos vecinos nos escriben por redes sociales y siguen preocupados con él y con esperanza aún de encontrarlo sano y salvo, porque es algo que ha conmocionado a todo el pueblo", finaliza el alcalde, quien añade además, "que están a disposición de la Guardia Civil para cualquier nueva búsqueda que se suceda en la localidad".

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