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Turégano es un pueblo mágico y medieval que está lleno de historia y que atesora un encanto cultural, patrimonial e histórico destacados. Se ubica en la provincia de Segovia y cuenta en la actualidad, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) con una población de 1.017 habitantes.

Los orígenes de la localidad segoviana están relacionados con el yacimiento hallado en Prado del Burgo, junto a las instalaciones deportivas, que se remontan al Bajo Imperio Romano y que podrían anunciar la existencia de una villa.

En septiembre de 1965 el lugar sufrió un incendio que, en tal solo ocho horas arrasó con un total de cien casas de labradores en un suceso que tuvo un gran eco a nivel nacional y que contó una gran reacción solidaria para reconstruir lo calcinado.

Todo Turégano mira de frente a su castillo que se sitúa sobre un pequeño promontorio. Más allá del cinturón defensivo de sus murallas de tapial, se dejan ver extensos campos que dejan un horizonte despejado. Todo, para que ningún enemigo les sorprendiera sin tener tierra de por medio.

Del origen del Castillo de Turégano, que se remonta al siglo XII, cuando la reina doña Urraca donó la villa al obispo de Segovia, de su historia y de un curioso prisionero que allí estuvo durante dos años, charlamos con Daniel Herrero Encinas y Pilar Merino Arroyo, los técnicos de Turismo del Ayuntamiento de la localidad segoviana.

Imagen del castillo de Turégano Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León por la Diputación de Segovia

Cuentan a EL ESPAÑOL de Castilla y León muchos secretos de una joya única de España en general y de la Comunidad en particular, que esconde leyendas que merece la pena conocer.

Desde enero de 2021 a octubre de 2023 estuvo cerrado por trabajos de restauración, pero ahora hacemos visitas guiadas de 90 minutos que merecen mucho la pena”, confiesa en declaraciones a este periódico Pilar Merino Arroyo.

Un poco de historia

“El encastillamiento de la iglesia de San Miguel, a lo largo de sucesivas etapas constructivas, tuvo como resultado un edificio de una gran belleza que ha sido reconocido internacionalmente. Su origen hay que buscarlo en el siglo XII, después de que la reina doña Urraca donara Turégano al obispo de Segovia”, nos cuenta Daniel Herrero Encinas.

Fue a finales de ese siglo, cuando tuvo lugar la batalla de Alarcos (1195), cuando posiblemente en aquel momento, se decidiera construir una muralla rodeando el cerro en el que se había empezado a construir la iglesia romántica de San Miguel.

La iglesia se terminó en el siglo XIII, cuando se añadieron las naves en un momento ya de transición al estilo gótico. El primer documento que menciona la existencia de un castillo son las actas del sínodo, en 1440. Era obispo fray Lope de Barrios. Por los estudios arqueológicos se puede pensar que entonces sólo existía la cerca exterior”, añade Pilar Merino Arroyo.

Sería el obispo Juan Arias Dávila el que decidiría construir un castillo sobre la iglesia con el fin de defender las rentas y también las posesiones del obispado. Bajo su mandato se construyó la muralla interior que rodea el castillo.

Con la muerte de Arias Dávila queda claro que la iglesia no dejó de ser nunca tal. Varias capellanías se mantuvieron hasta el siglo XVII. Sería Juan Arias del Villar, su sucesor, el que mandó continuar las obras inacabadas para levantar los muros y las torres que rodean las naves de la iglesia mientras se creaban nuevas estancias en las naves laterales.

El castillo de Turégano apenas tuvo más uso defensivo que ser el refugio de Arias Dávila y de su invitado ocasional, Fernando el Católico, pero contó con el principal de ejercer como una cárcel, tanto episcopal, como de Estado.

Turégano y su castillo al fondo Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León por la Diputación de Segovia

Una cárcel VIP

“Durante los siglos XVI y XVI el Castillo de Turégano fue una prisión de estado, una cárcel real. Pero no venía hasta el lugar gente de medio pelo. Eran personas muy relevantes y personajes de la corte. Podríamos decir que era una cárcel para presos VIP”, asegura la técnica de Turismo del Ayuntamiento de Turégano, Pilar Merino Arroyo.

Explica que por aquel entonces “la iglesia estaba fortificada” y “en la fortaleza es donde se encontraban los presos” entre los que destacaron “el hijo del Duque de Osuna y Antonio Pérez, el secretario de Felipe II”, explica la técnica de Turismo.

Antonio Pérez fue, sin lugar a duda, el preso más famoso. Llegó a Turégano a cumplir una pena de dos años de encierro allá por 1585. En su primera estancia estuvo en la torre norte, pero consiguió que le trasladaran al lado sur.

“Se dice que le pidió al rey cambiar de zona porque hacía mucho frío en la primera y menos en la segunda. Tenía todo tipo de lujos. Estaba con su familia y tenía hasta criados para darle todo tipo de comodidades”, apunta Daniel Herrero Encinas.

Los partidarios del secretario de Felipe II intentarán asaltar la fortaleza para liberar a Antonio Pérez sin conseguirlo, lo que colmará la paciencia del rey. Perdió sus privilegios al intentar fugarse. La tradición dice que terminó preso en un calabozo sórdido junto al absidiolo de la epístola.

“Esta fue la gota que colmó el vaso del rey. Se llevan presa a su familia y a él le encierran en una celda que no tenía nada que ver con la de Turégano. Este episodio contribuyó a agrandar la leyenda negra de Felipe II”, apunta Pilar Merino Arroyo.

El Castillo de Turégano desde arriba Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León por Turismo Turégano

La espadaña y la actualidad

El castillo estaba en desuso en el siglo XVII, tras dejar de ser cárcel VIP, pero la parroquia seguía en funcionamiento. Fue en 1703 cuando se realizó la última gran obra, la gran espadaña barroca que preside el conjunto y que parece querer reivindicar la preeminencia de la iglesia sobre la fortaleza.

Fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931 y está incluido en la Ruta de los Castillos de la Comunidad. Conservado a la perfección le convierten en una de las grandes fortalezas de Castilla y León.

“En la actualidad hacemos visitas guiadas que llaman mucho la atención de los visitantes que hasta aquí se acercan. También sirve de lugar de culto en momentos puntuales como la Semana Santa”, añaden nuestros entrevistados.

Las visitas guiadas son de miércoles a domingo y festivos, mañanas a las 10, 11.30 y 13 horas y tardes a las 16.00. Se puede reservar en el número 634460215. Máximo 20 personas por visita con duración aproximada de 90 minutos y precio de 8 euros por persona. Hay precios especiales para grupos y los jóvenes de hasta 10 años entran gratis.

Un lugar mágico que merece la pena ser visitado en la provincia de Segovia por sus leyendas y basta historia.