Dos meses en casa pero cobrando. El sueño de muchos. 60 peones forestales contratados este verano por la Diputación de Salamanca han comenzado a mediados del mes de agosto a trabajar, a pesar de que los contratos de trabajo se firmaron a mediados de junio.
Según la versión de una fuente cercana, los empleados llevan alrededor de 70 días en casa, dados de alta en la Seguridad Social y percibiendo un salario público sin haber ido a trabajar.
Ahora, la Diputación de Salamanca ya confirma que están todos realizando sus funciones. Eso sí, dos meses después.
Estos peones forestales forman parte de un plan anual que las Diputaciones de toda la Comunidad convoca con financiación del programa Montel de la Junta de Castilla y León. Para Salamanca lo que se ha destinado es un total de 780.000 euros, que son gestionados a través del ECYL (Servicio Público de Empleo de Castilla y León).
Esta ayuda se destina a la contratación de trabajadores desempleados inscritos como demandantes de empleo, no ocupados.
Su función es realizar labores de desbroce en accesos a los pueblos, limpieza de entornos urbanos, mantenimiento de zonas verdes y actuación en espacios etnográficos o de interés municipal.
En este caso, no hay una titulación académica obligatoria única, pero es cierto que es esencial contar con los cursos de formación específicos y la experiencia en el manejo de maquinaria, por ejemplo, de la motosierra.
Estas cuadrillas actúan en toda la provincia durante seis meses, desarrollando labores esenciales para la prevención de incendios forestales, mejora y adecuación de infraestructuras de uso público, apertura de sendas y caminos rurales, tratamientos selvícolas, adecuación de áreas recreativas y de riberas y otras acciones de interés general y social.
Cada cuadrilla está formada por un capataz y cuatro operarios, dotados de vehículos todoterreno, desbrozadoras, motosierras y otros medios manuales.
Seis meses
En este caso se trata de más de medio centenar de peones y capataces que son contratados para trabajar durante seis meses, entre junio y diciembre, para desbrozar las cunetas de las carreteras de la Diputación y terrenos públicos cercanos a los cascos urbanos de los pueblos para prevenir incendios forestales. Algo muy útil, como se ha podido comprobar durante las últimas semanas.
Pues bien, los trabajadores denuncian que los dos primeros meses están en sus casas, cobrando sin trabajar, y luego ya se les asignan tareas, cuando ya ha pasado lo peor de las campañas de incendios forestales, como ha ocurrido este verano. Por eso, son muchas las voces que exigen que estos trabajadores comiencen antes.
Se trata de trabajos muy demandados por los ayuntamientos, sobre todo en época estival, dado que muchos municipios carecen de personal y presupuesto para este tipo de tareas.
Según la documentación a la que ha tenido acceso este medio, los trabajadores firmaron el contrato el 15 o 16 de junio, pasaron un reconocimiento médico y hasta hoy.
Según el testimonio de una fuente cercana, esta situación no es nueva: el año pasado ya ocurrió con 57 contratados, que permanecieron en casa dos meses sin trabajar.
Coste económico
El coste económico de esta inactividad es también relevante. “Estamos hablando de unos 2.000 euros por trabajador al mes entre sueldo y cotizaciones. Eso supone cerca de 300.000 euros en dos meses y medio, sin contar el posible alquiler de vehículos y maquinaria que también lleva aparejado el plan”, advierte la misma fuente.
“Con todo lo que estamos viviendo te das cuenta de la incapacidad que tienen desde la administración, es una dejadez tremenda para algo tan vital como es la seguridad”, asegura esta fuente.
La respuesta de la Diputación
Consultada por este medio, la Diputación de Salamanca ha negado tajantemente la acusación. Desde la institución aseguran que los 65 trabajadores contratados en la convocatoria ya se encuentran en activo y que el tiempo transcurrido desde la firma de los contratos hasta su incorporación responde a los procesos habituales del programa.
“Trabajar, están trabajando ya”, señala un portavoz de la Diputación, que explicó que, como cada año, tras la contratación es necesario completar cuestiones administrativas, dotar de equipos específicos a cada trabajador, disponer de los vehículos y realizar la formación obligatoria. Y es esta formación la que lleva más tiempo.
“Ese proceso puede llevar un mes y medio, aproximadamente. Pero todos los trabajadores ya están en sus puestos”, zanja.
También se escudan en que esta campaña no dura solo en verano, se alarga hasta diciembre por lo que “todavía hay tiempo para elaborar sus funciones, lo primero era formarse y preparar los temas burocráticos”, afirma.
Sin embargo, no deja de ser curioso que esta formación no se realice anteriormente y no en plena ya campaña de extinción de incendios.
Además, la Diputación recuerda que los peones forestales no trabajan en cualquier terreno ni a petición inmediata de los pueblos, sino únicamente en aquellos municipios que solicitaron previamente la actuación de estos equipos dentro del programa Montel por lo que no podrían haber ayudado de manera específica en los incendios que han asolado estos pasados días a la provincia de Salamanca.
“Los trabajadores solo pueden llevar a cabo tareas en parcelas y solares de titularidad municipal definidos por los ayuntamientos”, precisan.
En toda la Comunidad
En este caso, la Consejería de Empleo ha concedido una subvención directa, por importe total de 6.528.000€, a las Diputaciones Provinciales de Castilla y León y el Consejo Comarcal del Bierzo, que contraten mediante contratos para la mejora de la ocupabilidad y la inserción laboral en el marco de los programas de activación para el empleo, a personas desempleadas e inscritas como demandantes de empleo no ocupados en el Servicio Público de Empleo de Castilla y León.
La Consejería de Empleo de Castilla y León presentó el pasado mes de marzo el Plan Montel de este año 2025, por el que, en dos fases repartidas entre marzo y junio, emplea a casi 8000 desempleados considerados como 'vulnerables' en su condición de edad o acceso al mercado laboral, para ejecutar trabajos forestales en entornos rurales o periurbanos, coordinados por las diputaciones y ayuntamientos
En una de las presentaciones que la consejera de Industria, Comercio y Empleo, Leticia García, hizo en León el pasado mes de mayo afirmó que el trabajo forestal, además de no estar exento de riesgos, “exige esfuerzo físico y adaptación al entorno en condiciones ambientales muy diversas por lo que es fundamental dotar a los operarios de los medios técnicos y logísticos necesarios para facilitar su labor y garantizar que desarrollan su trabajo en condiciones de seguridad”.
Desde su inicio en 2016, las cuadrillas han cubierto cada año toda la provincia gracias a una red estratégica de equipos que aseguran actuaciones continuas y polivalentes en espacios públicos municipales y de competencia de la propia institución, asegura la Junta en su página web.
