Una patrulla de la Policía Nacional que realizaba labores de vigilancia en una zona de ocio de Salamanca se topó el pasado fin de semana con un caso que acabó en algo más que una identificación rutinaria.
Un hombre, que trabajaba como portero en uno de los locales, trató de esquivar la presencia policial con ciertos movimientos sospechosos. Una actitud, que fue suficiente para que los agentes decidieran interceptarlo.
Al registrarlo, descubrieron que no era un trabajador al uso.
Ocultos entre su ropa llevaba varios envoltorios de drogas: más de tres gramos de cocaína distribuidos en tres paquetes y 1,59 gramos de ‘speed’, todos ellos preparados para una supuesta venta.
Junto a las sustancias, portaba una defensa extensible, un arma prohibida para el uso civil, fabricada en metal, de gran ocultación y facilidad de despliegue.
Los agentes también le requisaron una cantidad significativa de dinero en efectivo, en billetes de distinto valor, distribuidos por diferentes bolsillos.
Lejos de colaborar, el hombre mantuvo en todo momento una actitud desafiante con los agentes, que procedieron a su detención inmediata.
El varón fue detenido como presunto autor de un delito contra la salud pública y otro de tenencia ilícita de armas.
Tras ser trasladado a comisaría junto a todo lo intervenido fue puesto a disposición judicial tras la tramitación de diligencias.
