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Este jueves, 12 de junio, es un día trascendental para miles de estudiantes de Castilla y León, pues, a lo largo de la jornada, todos ellos conocerán la nota que han sacado en Selectividad, también llamada PAU e incluso EBAU.

Tal día como hoy hace justo un año, Miguel Mudarra, nacido en Madrid, pero afincado en Salamanca desde hace tiempo, era uno de esos alumnos que esperaban ansiosos la calificación de los que, para muchos, son los exámenes más complicados e importantes de sus vidas.

Él, por su parte, estaba tranquilo "porque sabía que me había salido bien la EBAU", confiesa en declaraciones a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León.

Lo que no esperaba era que iba a ser el mejor de Salamanca. Pero así fue.

"No tenía la confianza de que iba a ser el primero", pero el alumno del I.E.S. Lucía de Medrano, ubicado en la ciudad charra, logró un 9,89 en Selectividad (fase general), y un 13,85 sobre 14 contando las específicas (fase voluntaria)

Podía estudiar la carrera que quisiera, así que, en cuanto supo su nota y la celebró, se puso a pensar qué era a lo que realmente se quería dedicar.

Así, tras barajar varias opciones entre las que se encontraban las carreras de Biotecnología, el doble grado de Física y Matemáticas y alguna Ingeniería, finalmente, se decantó por Física en la Universidad de Salamanca (USAL).

Acaba de terminar su primer año y, aunque el balance es positivo, reconoce que "no esperaba tanto cambio, sino que hubiera menos salto de nivel al que realmente ha habido".

En este sentido, asegura que para él este curso "ha sido complicado". Así, explica que no se trata de una carrera sencilla y que le ha costado "bastante" por "la dificultad de las asignaturas", aunque "haya sido más relajado que segundo de Bachillerato y haya aprobado todo".

"No he estudiado tanto como en Bachillerato, pero las asignaturas me han resultado mucho más difíciles", sostiene.

De hecho, tal ha sido la complejidad que ha encontrado en este grado, que en ocasiones se ha sentido "inseguro" con su elección, al ver cómo es la carrera de Física, el trabajo que puede tener al terminar los estudios y teniendo en cuenta que "también tenía otras opciones en mente".

"Pero conforme ha ido pasando el tiempo me ha ido gustando más. Además, dicen que el primer año no suele ser el que más gusta porque es todo como más general, entonces creo que también hay que acostumbrarse y entender que es todo distinto", reconoce.

"Al final lo importante es disfrutar de lo que haces, aunque tenga menos salidas que otras carreras que te planteabas". Por ello, confiesa que, "de momento", su idea no solo es seguir cursando Física, sino también terminarla.

Las claves del éxito

Hoy, cuando ya ha pasado un año desde que se examinó de la EBAU, Miguel revela que además de a su esfuerzo, constancia y dedicación, su triunfo en las Pruebas de Acceso a la Universidad también se debió a la preparación que le dieron en su instituto, el I.E.S. Lucía de Medrano.

"Es verdad que no tuvimos mucho tiempo para prepararnos la EBAU, pero a lo largo de los dos cursos de Bachillerato nos prepararon de tal forma que luego, en mi caso, tampoco tuve que estudiar tanto".

"Lo que haces durante esos años es fundamental y también influyeron mucho los profesores que tuve, aunque sí creo que lo que más marca la diferencia es el trabajo que hace cada uno", expresa.

Sostiene que también tuvo mucho que ver el hecho de que, por lo general, le tocasen exámenes "normales". Porque, aunque sí recuerda alguna pregunta "algo más complicada o rara que las de otros años", las pruebas no le resultaron demasiado complejas.

De hecho, agradece haberse examinado el año pasado. Esto, teniendo en cuenta que este 2025 el modelo ha cambiado en muchos aspectos.

Así, opina que "hacer un examen tan importante en un año en el que justo cambia todo, supone muchos más nervios y mucha más presión".

Por ello, se siente afortunado de haber realizado las pruebas con un modelo con el que considera que "salimos ganando porque podíamos descartar mucho temario y dentro del examen teníamos varias opciones para elegir".

"Además, tampoco había las preguntas competenciales que hay ahora. Era un modelo que podíamos practicar con exámenes de años anteriores, al contrario que los que se han examinado este año".

"Para ellos ha sido todo nuevo, no tenían referencias y eso lo hace todavía más complicado", explica.

Sea como fuere, lo que está claro es que, sin ni siquiera esperarlo, Miguel triunfó y no por suerte o casualidad. Él es el vivo ejemplo de que todo esfuerzo tiene su recompensa y de que con constancia y dedicación se puede llegar muy lejos. Y en ese camino está.