Se dice que el corazón comercial de las ciudades late más fuerte en los barrios, allí donde el trato siempre tiene nombres y apellidos.
Y, en la capital salmantina, pocos nombres suenan con tanto peso como el de Pedro Sáez, fundador de Eurocalzados. Cuatro décadas después de abrir su primera tienda, este comerciante de alma inquieta e ideas visionarias ha convertido su proyecto en un referente del sector, una historia de trabajo, intuición y familia que sigue marcando su paso con sello propio.
Recibe a EL ESPAÑOL de Castilla y León, en la puerta de su negocio, en el número 70 de la Avenida de Villamayor. Y mientras unos y otros no dejan de parar a saludarle, nos cuenta que toda esta historia comenzó en Ávila, tras la mili. Pero fue en 1982 cuando Pedro y su hermano decidieron dar el salto definitivo a Salamanca.
“Vimos que hacía falta un establecimiento donde estuviera todo el mundo del calzado. Desde zapatillas de estar por casa hasta zapatos de boda. Y allí arrancamos”, recuerda emocionado.
Un concepto pionero
Desde el principio, Eurocalzados apostó por algo tan simple como revolucionario: acercar el producto al cliente con un trato humano, personalizado, familiar. “Fuimos los primeros en Salamanca en lanzar una tarjeta de cliente con descuentos. Queríamos fidelizar a las familias que venían una y otra vez con sus hijos”, explica. Era 1986. “Ahora todos lo hacen. Pero entonces era rompedor”.
Pedro Sáez, fundador de Eurocalzados en una entrevista para EL ESPAÑOL de Castilla y León
Ese enfoque cercano, unido a una reinversión continua en el negocio, les permitió crecer hasta contar con 58 empleados y varias tiendas en la ciudad. Fabricantes de toda España venían a ver cómo trabajaban. “Incluso los Querol de Barcelona se pasaron por aquí en 2004 para conocer nuestro modelo. Algo debíamos estar haciendo bien”.
Pregunta: ¿Cuál fue el momento clave?
Respuesta: “La década de los 90. Fue la etapa más potente. Abrimos en la avenida de Villamayor, ampliamos la tienda madre en Paseo de la Estación y construimos un gran almacén en carretera Ledesma. Nos convertimos en referentes para proveedores y competencia”.
Más allá del negocio, Pedro Sáez ha sido uno de los rostros más visibles del comercio salmantino. Participó activamente en asociaciones, impulsó ferias y defendió sin descanso al comercio de proximidad. “Hace barrio, hace calle, da vida. Ni la mejor oferta online puede competir con la relación que construyes con quien te ve crecer”, asegura.
Del barrio al mapa de lo emblemático
Hace apenas unos días, Eurocalzados ha sido reconocido como Comercio Emblemático de Castilla y León, convirtiéndose en el primer establecimiento de Salamanca en entrar en esta red autonómica que distingue a negocios con historia, identidad propia y arraigo local. El galardón fue entregado por la Junta de Castilla y León y la Confederación de Comercio en el marco del I Congreso de Comercio celebrado en Valladolid.
“Es un premio que sabe a barrio, a confianza de toda la vida, a generaciones que han pasado por la tienda y que siguen volviendo”, asegura.
Galardón Comercio Emblemático de Castilla y León otorgado a Eurocalzados
“Lo recibimos con humildad, pero también con orgullo. Porque esto no se hace en un día: se hace con años de levantarse antes de abrir y cerrar después de que todos se hayan ido”.
Se trata de un galardón que, además de reconocer su trayectoria, también lleva el vínculo emocional que ha creado con su clientela. Y eso, en palabras de Pedro, “vale más que cualquier escaparate”.
Un legado con nombre propio
Con 64 años y a meses de la jubilación, Pedro prepara el relevo con una tranquilidad poco común. Su hija Vicky Sáez, formada en gestión, escaparatismo y diseño de interiores, ya lidera la nueva etapa. “Lo ha mamado desde niña. Tiene don de gentes, preparación y otra mirada. Sabe que esto no es solamente vender zapatos, es cuidar a los de siempre”.
Pedro Sáez, fundador de Eurocalzados junto a su mujer y su hija
Y mientras muchos bajan la persiana frente a las grandes plataformas, él insiste en resistir con dignidad. “Lo nuestro no es volumen, es confianza. Hay clientes que calcé para su boda y ahora vienen con sus nietos. ¿Qué algoritmo compite con eso?”.
Zapatos que cuentan historias
El secreto, dice, está en el alma que se le pone a cada par. “Un zapato malo te arruina el día. Un buen zapato, te acompaña sin que lo notes. Y si encima lo compras donde saben quién eres, entonces no solo caminas mejor, también caminas acompañado”.
Sáez se despide sin estridencias, con la serenidad de quien ha dejado huella. “Me gustaría que me recordaran como alguien que luchó por su barrio, por su gente y por dignificar un oficio. Y si puede ser, con los zapatos bien puestos”.
Después de más de cuarenta años al frente de Eurocalzados, ya encauza dejar la primera fila con la serenidad de quien ha hecho mucho más que vender zapatos: ha construido un comercio con alma y con nombre propio.
Pedro Sáez, fundador de Eurocalzados en una entrevista para EL ESPAÑOL de Castilla y León
Durante toda nuestra conversación no ha presumido de cifras ni de escaparates. Lo suyo, dice, son las miradas de los clientes que vuelven, los saludos desde la calle, aquellos niños que ahora entran con sus hijos.
“Me gustaría que me recordaran por haber hecho bien mi trabajo. Y por no haberme rendido”, dice. Nada más. Y nada menos.
Porque cuando uno ha defendido su barrio, ha cuidado a su gente y ha decidido comenzar a marcharse sin hacer ruido, te regala una lección y un legado que, por suerte, ya ha encontrado relevo.