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Volver a Salamanca no es un paso atrás para Francisco Lorenzo-Martín, sino el inicio de una etapa decisiva en la investigación del cáncer.

A sus 35 años, este biotecnólogo extremeño regresa al Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca (CIC) para poner en marcha un proyecto que puede marcar un antes y un después en la forma de estudiar el cáncer colorrectal.

Su propuesta: crear modelos en miniatura del colon humano que reproduzcan el tumor real de cada paciente, utilizando células vivas y herramientas de última generación como la microfluídica y la ingeniería de tejidos.

Todo ello será posible gracias al respaldo de la Fundación CRIS contra el Cáncer, que le ha concedido 400.000 euros dentro del programa Líderes Emergentes, una iniciativa destinada a impulsar carreras científicas jóvenes con ideas transformadoras. Lorenzo-Martín dirigirá desde Salamanca un laboratorio propio centrado en lo que define como “microecosistemas tumorales de nueva generación”.

Un colon realista para estudiar mejor el cáncer

Pregunta: ¿En qué consiste exactamente el proyecto?

Respuesta: Lo que queremos es desarrollar modelos más precisos para estudiar el cáncer colorrectal. Hasta ahora, se han usado cultivos en 2D, que son muy simples, o modelos en 3D como los organoides, que mejoran algo, pero no reflejan fielmente cómo es un colon real.

Nosotros queremos construir una versión en miniatura del colon, con su estructura tubular, sus criptas, y poblarla con células del tumor del paciente y con otras del microambiente que lo rodea. Eso nos permitirá entender el cáncer tal y como se comporta en el cuerpo.

El objetivo es claro: personalizar la investigación para adaptarla a cada caso. Frente a las clásicas líneas celulares inmortalizadas, muchas obtenidas hace décadas, propone usar muestras derivadas directamente de pacientes actuales. Así, se podrán estudiar los tumores en un entorno mucho más representativo y generar conocimiento útil para la medicina personalizada.

P: ¿Y por qué es tan importante incluir también el microambiente tumoral?

R: Porque el tumor no actúa solo. Su comportamiento está muy influido por lo que tiene alrededor: células inmunes, fibroblastos, vasos… Todo ese entorno interactúa con el tumor y puede cambiar por completo su evolución. Hasta ahora se ha tendido a ignorar eso, pero es clave.

Tecnología, precisión y ética: una combinación exigente

Para llevar a cabo esta investigación, el equipo combinará técnicas de ingeniería de tejidos y microfluídica, lo que permitirá diseñar estructuras muy precisas en las que crezcan las células tumorales. Será como construir un colon funcional en el laboratorio, donde observar cómo se desarrolla el cáncer en condiciones reales.

P: ¿Qué retos plantea este enfoque?

R: Técnicamente, es muy exigente. Cada paso debe hacerse con precisión, desde el aislamiento celular hasta el cultivo. Y éticamente, todo se hace con consentimiento informado y anonimización de los datos. Es fundamental encontrar el equilibrio entre proteger la privacidad del paciente y avanzar en una investigación que, en el fondo, busca beneficiarle directamente.

El proyecto tiene una duración de cinco años, aunque los primeros resultados relevantes podrían llegar en el tercero. Y aunque está centrado en el cáncer colorrectal, su enfoque es extrapolable a otros tipos de tumores, especialmente los epiteliales.

El investigador Francisco Lorenzo-Martín en una entrevista para EL ESPAÑOL de Castilla y León Luis Cotobal

Una vuelta a casa con visión de futuro

Lorenzo no aterriza en terreno desconocido. Fue en el propio CIC donde se formó como investigador antes de iniciar su etapa postdoctoral en la EPFL de Suiza. Ahora regresa como investigador principal y líder de laboratorio, con un bagaje técnico puntero y una mirada multidisciplinar.

“Me he sentido muy bien acogido. Aquí hice mi tesis, y volver ahora con un proyecto propio es muy especial. Además, este centro está perfectamente ubicado: junto al hospital, dentro del campus biosanitario y conectado con la Universidad. Es el lugar ideal para desarrollar un trabajo como este”.

P: ¿Qué papel ha jugado la Fundación CRIS en este salto profesional?

R: Fundamental. Sin esta ayuda, sería muy difícil montar un laboratorio competitivo desde cero. En España hay buenas ideas, pero falta financiación. Iniciativas como esta marcan la diferencia, sobre todo para poder estar al nivel de los centros punteros de Europa.

Su visión del futuro pasa por equipos de trabajo cada vez más integrados: “La investigación del cáncer ya no será solo cosa de biólogos. Habrá físicos, ingenieros, informáticos… La complejidad de la enfermedad exige una ciencia sin compartimentos”.

P: ¿Y qué le dirías a quienes hoy están luchando contra un cáncer?

R: Que tengan esperanza y mantengan su confianza en nosotros. A veces se espera una solución rápida, una pastilla milagrosa, pero el progreso es real.

Se avanza paso a paso, y si uno compara cómo estábamos hace 20 años, los datos son mucho más alentadores. Estamos cada vez más cerca de comprender mejor esta enfermedad. Y, por tanto, de tratarla mejor.

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