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Desde las primeras médicas que rompieron barreras hasta las investigadoras que hoy lideran proyectos punteros en hospitales y laboratorios, la presencia femenina en la ciencia ha recorrido un largo camino.

Sin embargo, el reconocimiento y la visibilidad siguen siendo retos vigentes en muchas especialidades. En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, María Díez Campelo, subdirectora médica del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (CAUSA), hematóloga e investigadora del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL), ofrece a EL ESPAÑOL de Castilla y León su visión sobre la evolución del papel de la mujer en la medicina y la importancia de la investigación como pilar fundamental de la profesión.

Pregunta: ¿Qué te llevó a elegir la medicina como profesión y, en particular, la especialidad de hematología y hemoterapia?

Respuesta: Desde pequeña siempre tuve la vocación de ayudar a curar a las personas enfermas. “De niña entendía la medicina únicamente como una cirujana, eso quería ser”, recuerda.

Sin embargo, al avanzar en sus estudios, descubrió que sus aptitudes encajaban mejor en otras especialidades médicas. La decisión de dedicarse a la hematología llegó tras una experiencia personal: dos familiares cercanos sufrieron hemopatías malignas y ese contacto directo con la enfermedad la marcó profundamente.

“Me apasionó por lo complejo y grave de las mismas, pero también por lo humano de los profesionales que conocí”, explica.

P: ¿Cómo influyó tu etapa de formación en la Universidad de Salamanca y en tu residencia MIR en tu carrera actual?

R: La Universidad de Salamanca tiene una gran trayectoria docente e investigadora, y desde el inicio nos inculcaron que un médico debe investigar”, comenta.

Durante su residencia en hematología en el Hospital de Salamanca, vivió una experiencia intensa que definiría su forma de trabajar y de entender la medicina.

“Quería formarme en el mejor sitio de España y Salamanca lo era. Trabajábamos con jornadas maratonianas, pero siempre con el paciente en el centro, tanto en el trato personal como en la investigación para mejorar el conocimiento científico”, destaca.

A lo largo de su trayectoria, Díez Campelo ha compaginado la práctica clínica con la docencia y la investigación. Es profesora asociada desde 2017 y miembro de la Real Academia de Medicina de Salamanca.

Para ella, la enseñanza es una pieza clave en su día a día: “Intentamos trasladar a los estudiantes los conocimientos teóricos, a la vez que la vocación y los valores de la profesión médica”.

Desde su nombramiento como subdirectora médica del CAUSA en 2022, uno de sus principales objetivos ha sido potenciar la investigación dentro del sistema público de salud.

Considera que la búsqueda de calidad asistencial está directamente vinculada a la labor investigadora: “En ambos casos, analizamos los procesos para mejorarlos y volver a evaluarlos hasta alcanzar el máximo nivel posible”, explica.

Bajo su liderazgo, se ha trabajado en reforzar la seguridad del paciente y en fomentar la investigación traslacional, con el propósito de que los avances científicos se apliquen directamente en la práctica clínica.

Ahora estamos comenzando a realizar investigación en gestión sanitaria para mejorar la eficiencia de los centros hospitalarios

Pero compaginar su rol directivo con su labor como investigadora y docente no es sencillo. “Parece que tengo dos trabajos, uno por la mañana y otro por la tarde, y se entremezclan constantemente”, reconoce.

La clave para mantener el equilibrio está en la organización y, sobre todo, en la pasión por lo que hace: “Disfruto mucho con mi trabajo, y por supuesto, cuento con el apoyo de mis equipos y de mi familia”.

 

Referente en la investigación de la mielodisplasia

Díez Campelo es una de las mayores expertas en el estudio de los síndromes mielodisplásicos (SMD), un grupo de enfermedades hematológicas de pronóstico complejo. Desde 2009 ha liderado investigaciones que han mejorado la comprensión de estas patologías, permitiendo anticiparse en el tratamiento de ciertos subtipos y ofreciendo mejores opciones terapéuticas a los pacientes.

Como presidenta del Grupo Español de Mielodisplásicos (GESMD), ha impulsado proyectos clave como la creación de una base de datos interoperable con más de 19.000 pacientes registrados.

Gracias a su labor, España ha avanzado en la medicina personalizada aplicada a estos síndromes. “Hemos logrado que cualquier paciente, esté donde esté en España, tenga acceso a técnicas avanzadas de diagnóstico con financiación pública”, subraya.

Además, bajo su dirección, el GESMD ha desarrollado guías clínicas para unificar el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad, dirigidas tanto a médicos como a pacientes y cuidadores. “Es fundamental que los propios pacientes comprendan su enfermedad y las posibles complicaciones”, enfatiza.

El papel de la mujer

A lo largo de su carrera, ha sido testigo de la evolución de la presencia femenina en la ciencia. “En la facultad y en el hospital ya somos más mujeres que hombres”, señala.

Sin embargo, destaca que el mayor obstáculo no ha sido el género, sino la falta de reconocimiento de la investigación en la profesión médica. “No se reserva tiempo para investigar dentro de la jornada laboral, y en muchas ocasiones se hace fuera del horario y con esfuerzo personal. Es un problema estructural que debemos cambiar”, denuncia

P: ¿Qué mensaje darías a las niñas y jóvenes que sueñan con dedicarse a la investigación científica o a la medicina?

R: Que sigan adelante, que se esfuercen. Es una profesión maravillosa si la vives con pasión”, afirma. Para Díez Campelo, la clave está en disfrutar del día a día y en comprender que la medicina además de un trabajo, es una vocación de servicio a los demás.

Respecto a la igualdad de género en la investigación, reconoce que ha habido avances significativos, aunque advierte que la clave no es el género, sino la excelencia. “Debemos ser reconocidos por nuestro trabajo, no por ser de un género u otro. La prioridad siempre tiene que ser la calidad profesional”.

Con una trayectoria marcada por la excelencia clínica, la investigadora y docente, María Díez Campelo se ha convertido en un referente en el campo de la hematología.

Su historia es un testimonio de sacrificio, vocación y compromiso con la medicina. Y, sobre todo, una prueba de que la pasión por mejorar la vida de los pacientes sigue siendo la mejor brújula para cualquier profesional de la salud.