Los nombres de las ciudades y pueblos, en este caso de la capital de la provincia, no surgen porque sí. El paso y asentamiento de los diversos pueblos a lo largo de la historia hacen que su huella siga presente en nuestros días. El caso de celtas, romanos, visigodos, árabes y pobladores llegados del norte durante la Reconquista, que dieron origen al nombre que hoy tiene la ciudad y provincia de Salamanca.

Salamanca es famosa por acoger la universidad en activo más antigua de España, creada en 1218, que junto a la de Bolonia y París existieron las primeras en Europa, pero fue la de Salamanca la primera en el mundo en ostentar el título de Universitas. La ciudad es también un conjunto arquitectónico y de arte Patrimonio de la Humanidad, desde la edad antigua y la Edad Media, con una Plaza Mayor que está entre las mejores y más bonitas de Europa. Por tanto, es destino turístico cultural de primer nivel que visita España

Pero son pocos los que conocen de dónde viene su nombre. ¿Cómo surgió? ¿Por qué Salamanca? ¿Cuál es su origen? Un sinfín de preguntas que cada día se hacen cientos de personas y de las que pocos encuentran la respuesta.

El nombre de Salamanca procede del nombre que tenía la ciudad en época romana, aunque ya los griegos la llamaron Helmantiké, que significa ‘tierra de adivinación’. Sin embargo, existe una disputa por saber si este es su origen verdadero o si tiene su raíz en el latín. Claudio Ptolomeo dejó escrito que su nombre verdadero era Salmantica y provenía de una denominación prerromana, más específicamente, de los vacceos, el pueblo que se asentó en la cuenca del Duero.

Lo que queda claro es que el nombre romano Salmantica debió de ser una adaptación de otro nombre prerromano del que el significado exacto no se conoce. A todo ello, el filólogo clásico Martín Ruipérez Sánchez, que era natural de Peñaranda, intentó, sin demasiadas pruebas, ofrecer un significado a esa sal- inicial, como si fuera un elemento que haría alusión al vado de un río, y todo indica que el elemento -mantica se repite en algunos sitios donde se establecía la población celtíbera anterior, como eran los vacceos.

Estas son solo algunas de las teorías que podrían dar respuesta al origen del nombre de Salamanca. También se la conoce como la capital de los charros. Así, a finales del siglo XVIII, con la palabra charro se comenzó a designar a los jinetes que utilizando picas o garrochas conducían el ganado, y que en la provincia de Salamanca los hubo muy hábiles y numerosos. Por ello, el traje de charro salmantino es evidentemente un traje de jinete.

En definitiva, estas son solo algunas de las teorías, leyendas e historias que navegan por la ciudad del Tormes y que hacen entender de dónde viene su nombre. Historias que han ido pasando de generación en generación y que han terminado convirtiéndose en la explicación más sensata del nombre de Salamanca.