El presidente de la Diputación de Salamanca, Javier Iglesias, tiene claro que "un pueblo sin bar es un pueblo sin vida, además de ser un lugar social". Y, como los pueblos están irremediablemente en fase profunda de despoblación, nada mejor que destinar 600.000 euros para convertir locales de los ayuntamientos o municipales en bares. Cada Ayuntamiento de la provincia de Salamanca recibirá una subvención de hasta 35.000 euros, que, explica Iglesias, llegará hasta el 90% del total del presupuesto de obra que presente cada Consistorio.

Las bases del Plan de Bares para combatir la despoblación ya están listas y mañana aprobará el mismo la Junta de Gobierno. Además, a tener en cuenta que solo habrá hasta 5.000 euros para equipamiento y también podrán acogerse a este plan las entidades locales menores.

Javier Iglesias explicó que este Plan de Bares se crea para ayudar a los municipios que no dispongan de este servicio de hostelería para que puedan abrir uno y paliar así una de las consecuencias de la despoblación: “La soledad no deseada”. En esta comparecencia, también estuvo el diputado de Presidencia, Carlos García Sierra.

Iglesias explicó que se trata de un programa que contará con un presupuesto inicial de 300.000 euros y que, en función de la demanda, podrá ampliarse, en principio, hasta esos 600.000 euros. "Tenemos la intención de que nadie que lo desee se quede sin una subvención directa para el bar", dejó claro el presidente de la Institución, explicando que, según las estimaciones de la Diputación, hay "entre 50 u 80" municipios sin establecimiento de hostelería de ningún tipo.

No tienen que tener bar en el pueblo

En cuanto a las formalizaciones, pueden acceder a este plan de forma prioritaria los ayuntamientos y entidades locales menores que no dispongan de ningún establecimiento de hostelería en activo, por tratarse de "un lugar de encuentro y que fomenta la socialización entre los vecinos". También y si el crédito disponible lo permite, lo podrán solicitar los ayuntamientos para adecuar un establecimiento municipal que ya esté operativo como servicio de bar.

Entre los requisitos para solicitar la ayuda se establece un compromiso de apertura durante todo el año de al menos dos días a la semana y un periodo de actividad de al menos tres años. “Ya está el expediente fiscalizado y mañana se va a aprobar en la Junta de Gobierno. Estará listo, como tarde, a principios de abril”, fechó el presidente, quien incidió en que la medida va “al corazón” de la lucha contra la despoblación. “Hablamos del bar como punto de encuentro, un espacio donde se socializa y que el pueblo hace suyo”, refirió.

Podrán solicitar estas ayudas los ayuntamientos que quieran abrir un establecimiento de hostelería a lo largo del año 2024 en un local de titularidad municipal y la gestión del mismo podrá ser “directa o indirecta”, según matizó Iglesias, y en este último caso, la adjudicación del mismo debe hacerse a través de un sistema que garantice la concurrencia competitiva.

“El cierre del bar es un problemón para los pueblos más pequeños. Y, desde aquí, estamos haciendo una política con alma, que no es frívola, sino que tiene que ver con las personas. Si no hay bar, el pueblo se muere, así que esta medida que va a la parte medular de la despoblación. Es el antídoto contra la soledad no deseada. Son los propios alcaldes lo que me han dicho una y otra vez que el cierre del bar es el principio del fin de un municipio”, concluyó Iglesias.