Existió una época, a mitad del siglo pasado -allá por los años 50 a 70-, en la que las ciudades estaban llenas de cines. Y Salamanca no fue una excepción, más dada su numerosa población estudiantil y universitaria y todo el personal docente y funcionariado. Tal es así, que la ciudad del Tormes fue todo un referente por la cantidad de salas que ofrecían tanto las mejores películas del momento -eso sí, permitidas-, como importantes funciones de teatro con las mejores compañías nacionales en sus giras. Esto último se daba con asiduidad y cantidad en las ferias de septiembre, con una cartelera teatral de primer nivel tanto por las compañías, las obras como los actores. Es que, años atrás, lo que en la actualidad son bares, restaurantes, salas de bingo en su momento, supermercados de 24 horas o tiendas de ropa, antaño eran patios de butacas donde se disfrutaba tanto del teatro como del cine.

La explosión de la televisión, en blanco y negro con sus telenovelas, y a continuación en color, y, siguiendo después la irrupción de los reproductores de vídeos caseros tanto en cintas de VHS como luego en DVD, hicieron que los cines fueran cerrando como tal, y convirtiéndose en locales que nada tenían que ver con el séptimo arte y el teatro. Dos ejemplos muy claros son el Teatro Bretón convertido en un infecto solar, y el Coliseum en el Pasaje, transformado en salas de usos varios. Por eso, haremos un repaso por lo que fueron los grandes cines de la ciudad de Salamanca, donde ahora tan sólo quedan tres: Van Dick y Van Dick Joven en Torres Villarroel, y Megarama Salamanca en Vialia Paseo de la Estación. Al margen de otras salas, como las ubicadas en El Tormes, pero ya en Santa Marta.

Aquellos cines de antaño

Cine Taramona, esquina de Federico Anaya con la Avenida de Portugal Archivo

La casi totalidad de las salas de cine de Salamanca estaban en el centro de la ciudad, a escasos metros unas de otras. Pero también existían algunas en los diversos barrios en la margen derecha del Tormes, como Pizarrales y Garrido. Siguiendo las opiniones de quienes conocieron y vivieron aquella época dorada del celuloide en la ciudad, recuerdan que el "mejor cine" de entonces, ya que se encontraba en el mismo centro -calle Vázquez Coronado-, "modernidad y elegancia", como explica David Rodero, era el Cinema Salamanca. La historia de esta sala se remonta hasta finales de la década de los cuarenta, abierta para los más pudientes de la ciudad, donde se proyectaban "las mejores películas", afirma Rodero. Esta sala tenía una capacidad que rondaba las 800 butacas, y estaba dividido entres pisos, patio de butacas, los palcos y el anfiteatro.

Ya en la década de los ochenta, el cine, cuando llegó la primera crisis del sector, cerró sus puertas, para convertirse en un multicine, muy común en aquella época con salas para públicos reducidos y varias películas. Ahora, no son más que locales comerciales en los bajos y viviendas y oficinas en las alturas.

En el centro, lugar de concentración de cines, también se encontraba el Cine Moderno, ubicado en la Cuesta del Carmen, cuya construcción data de 1909, conociéndose siempre como Salón Moderno, aunque Rodero también dice que popularmente se le llamaba "la bombonera del Don Cayo", personaje que se hizo cargo de la financiación de las obras. Además de cine, en el mismo se daban también funciones de teatro y espectáculos musicales. Ahora, de aquel lujo de antaño, solo quedan una buena cantidad de viviendas de alto coste.

Cine Coliseum, en el Pasaje Archivo

Muy cerca de este lugar estaba el Teatro Cine Coliseum, que tenía una entrada por la Plaza Mayor y otra por la calle Espoz y Mina. Esta importante sala, por el lugar donde se ubicaba, se construyó en el año 1933, en plena República, siendo el arquitecto salmantino Genero de No el autor del proyecto, destacando por su aforo de 1.500 plazas. Fue inaugurado con una extraordinaria representación de la obra 'Medea', a cargo de la compañía de Margarita Xirgu y Enrique Borrás, a partir de una adaptación de Miguel de Unamuno. Cerró sus actividades en 1988, tras más de 50 años de protagonismo en la cultura local. Esta sala fue el lugar de reunión festiva y exaltación franquista en los primeros años de la Guerra Civil, es decir, cuando las tropas rebeldes de Franco se instalaron en Salamanca.

También recordar, como se hizo en la introducción, que durante las Ferias de Salamanca, allá por septiembre, era el lugar donde los humoristas Zori, Santos y Codeso divertían, con su respectiva compañía de revistas y ese humor picantón, al público salmantino que tanto gustaba. El 14 de septiembre de 1970, tras 37 años de funcionamiento, el cine Coliseum sufrió un aparatoso incendio del que pudo ser restaurado. La puntilla para su desaparición en 1988 fue la llegada de los multicines, los videoclubs e incluso la televisión.

Muy cerca de la Plaza Mayor, concretamente en la calle Toro, por así decirlo, se encuentra el Teatro Liceo de Salamanca. El edificio es de nueva planta y ocupa el solar donde se levantó en 1843 el originario Teatro Liceo, del que se reproduce el diseño de la sala y la sencillez en la construcción y la decoración. Incluso se conserva como muro de fondo del escenario una gran pared del Convento de San Antonio el Real, del siglo XVIII. 

El teatro Liceo cerró en 1992, y tras la adquisición a la familia Torres por el Ayuntamiento de Salamanca, este teatro a la italiana, que fue rehabilitado a fondo y vuelto a inaugurar en marzo de 2002, coincidiendo con la Capitalidad Europea de la Cultura, es el tercero en capacidad de Castilla y León, con una 732 butacas, y una moderna dotación escénica.

Ha acogido representaciones teatrales clásicas y contemporáneas, dancísticas en sus diferentes géneros, musicales y operísticas, especialmente de la época barroca. Su rehabilitación se completó con la edificación de nuevos volúmenes en la parte que da a la calle Pozo Amarillo. Además, dispone de salas anexas que completan sus funciones: sala de ensayos, sala de prensa, etc. Elegante y acogedor, es uno de los emblemas culturales de la ciudad.

Salas en el segundo círculo de la ciudad

Teatro Bretón Archivo

Dejamos el centro histórico para encaminarnos a la Gran Vía. Antes de subir esta principal vía urbana, a la derecha, concretamente en la calle San Justo hasta la plaza de Bretón, tenemos el Teatro Cine Bretón, todo un emblema, derruido de malas formas, de la cultura de la ciudad de Salamanca que, según diversos historiadores, fue Patio de Comedias, de donde deriva una calle adjunta. La historia de este edificio data de 1596, donde existía un corral de comedias. Luego pasó a llamarse Teatro del Hospital, para financiar al Hospital de la Santísima Trinidad. Ya en 1878 pasó a titularidad privada, pasando a llamarse Teatro Bretón en 1890, sufriendo una remodelación en 1919, con nuevas obras interiores en 1940.

Sí ha pasado a la historia un hecho importante en la vida intelectual de España y de Salamanca, en concreto. Ya que en 1935 el rector de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno, asistió a un mitin de José Antonio Primo de Rivera, líder de La Falange, que estuvo acompañado por Francisco Bravo y Rafael Sánchez Mazas. Este hecho sirvió de disculpa, en parte, para que Falange Española se apropiase de su funeral y casi también de su pensamiento.

Además, antes de su cierre en 2003, en el Teatro Bretón se estrenó la película 'Octavia', de Basilio Martín Patino, en 2002, Año de la Cultura en Salamanca. En esta época el teatro volvió a abrir sus puertas para acoger diversos actos programados para celebrar la Capitalidad Europea de la Cultura, como la película de Martín Patino.

Desde 2003 hasta su derribo, en 2012, en una lucha de poder entre quienes querían este contenedor con fines socioculturales y quienes buscaban la especulación urbanística, incluso con la Junta de Castilla y León descatalogándolo de por medio, es un solar donde anida la basura y las ratas. El caso es que durante las excavaciones se han encontrado restos arqueológicos, estructuras residuales de cimentación, desagües y depósitos del antiguo Patio de Comedias, previo a la construcción del Bretón. Es que existen documentos del funcionamiento del teatro durante el Siglo de Oro, por lo que es casi probable que por él pasaran literatos como Lope de Vega o Calderón de la Barca, con estancias documentadas en la ciudad.

Se autorice el uso que se quiera, que no es harina de este guión, lo cierto es que tras el derribo del Teatro Bretón, el 26 de mayo de 2009 con el inicio de la demolición, quedó marcado en el calendario como un día negro para la cultura y el patrimonio cultural de Salamanca.

Un poco más arriba, en la misma plaza de Bretón se abrió el teatro Patio de Comedias ante la ausencia del Teatro Bretón, que duró lo que duró. Teatro de funciones serias, matinales de radio, mítines, asambleas agrarias y revistas y, cine, mucho cine donde, además, acudían los universitarios a divertirse cultural y de la otra manera a la zona del Patio de Comedias.

El majestuoso Cine Gran Vía Archivo

Regresamos a la arteria principal para llegar al gran Cine Gran Vía, otra de las grandes salas de la ciudad de Salamanca que, hay que decirlo, competía en calidad y en grandeza con el Cinema Salamanca de Vázquez Coronado. Esta espectacular sala, de cuatro plantas, inició sus emisiones el 6 de septiembre de 1946, es decir, en las mismas Ferias. Daba cabida a 1.400 espectadores logrando subsistir más de cuatro décadas, hasta que otro septiembre de 1986 fue reconvertido en edificio de viviendas, no sin antes haber sido bingo, y, además, muy concurrido.

El cine, en su estructura exterior, es recordado por las escalinatas que finalizaban en las tres puertas de acceso. A ambos lados de las escaleras, las taquillas. Además, ya en inmenso interior, en su cúpula colgaba una inmensa araña con cientos de colgantes que esparcían luminosos destellos.

A nadie que haya vivido en la ciudad durante esos cuarenta años de vida de esta sala se le olvidará cuando se convertía en el Teatro Gran Vía, eso sucedía en las Ferias de Salamanca, durante el mes de septiembre, porque esta ciudad siempre presumió de sus Ferias y Fiestas, sus teatros y su ferial, sin dejar de lado sus toros. Pues en esas fechas, quién no recuerda a los actores Ángel de Andrés y Antonio Casal, con esos espectáculos tan del gusto de la época mitad comedia mitad revista.

Este recorrido por el primer círculo de la ciudad finaliza en la plaza de España, frente a La Alamedilla -el parque más conocido de la ciudad- donde estaba el Cine España, en cuya fachada colgaba un inmenso cartelón vertical con la palabra C I N E. Estaba situado un número antes que la discoteca Atenas, donde ahora existe una sucursal bancaria. Esta emblemática sala, dotada con modernos sistemas de proyección, se inauguró el 1 de marzo de 1956 con la emisión de la película 'Tarde de Toros' recién estrenada en España. Fue dirigida por Ladislao Vajda e interpretada por Domingo Ortega, Antonio Bienvenida, Enrique Vera, María Asquerino y Manolo Morán entre otros. Algunos de sus protagonistas asistieron a la inauguración y, al parecer, según relatan medios de la época, llegaron con retraso porque había temporal.

Este cine tuvo una enorme publicidad en los medios de comunicación, por la modernidad de su edificio, de estilo historicista con gusto de los años 50, fue fechado en 1954 por los arquitectos Francisco Gil y Buenaventura Vicente Miñambres, lo confortable de las butacas y los avances tecnológicos de proyección. Tenía una capacidad para 1.000 espectadores. En su primera etapa, su programa estaba dedicado al cine de estreno, pero luego se desvió a reposiciones, programas dobles y matinales de domingo. El Cine España cerró en junio de 1985, cuando comenzó la gran crisis de las salas por motivos que ya hemos explicado como los multicines, la televisión y las nuevas tecnologías que permitían ver el cine en casa.

El cine periférico de los barrios

Nuestro recorrido por los cines de antaño de Salamanca también tiene en los barrios sus salas, y algunas de prestigio. Eso sí, no muchas, y todas no muy lejos del cinturón urbano. Solo recordar que en aquella época de los años 50 y 60, la ciudad no sobrepasaba los cien mil habitantes. Además, eran los años del bum inmobiliario con la construcción de miles de viviendas sociales, lo que dio lugar a barrios como San Bernardo, entonces se llamaba Salas Pombo (1942), Vidal (1943), Ciudad Jardín (1950) y La Vega (1951).

Estos cines, por lo general, exhibían películas de tramas sencillas, en las que, por cierto, no había mucho que pensar. Podemos decir que se podría tratar del conocido como el cine B o cine serie B. Casi todas películas de acción, en la que las del Oeste tenían su valor. Además, también estaba el género de las comedias de humor y las eróticas o X.

Cuando todavía existían los cines de barrio y los géneros cinematográficos estaban en su momento de esplendor, los espectadores iban a ver una del oeste, una de aventuras, una policíaca, una romántica... o una de romanos. Y eso también aconteció en los barrios de Salamanca.

Cines Llorente en la calle Gargabete Archivo

Y empezamos con los Cines Llorente, que se encontraban en la calle de Gargabete, con mucha gloria en la década de los setenta. Eran las cintas de Terency Hilla y Bud Spencer, las de kárate y el cine quinqui español que hacía furor en los barrios de todas las ciudades españolas. Cómo no recordar 'Perros Callejeros' (1977), dirigida por José Antonio de la Loma y protagonizada por Ángel Fernández Franco, alias El Torete. Eran, por así decirlo, las pandillas de barrio y, de eso, en Garrido había una importante historia. Pero el tiempo no pasó en balde, cerraron y tuvieron una pequeña apertura allá por 1980, otra vez con la misma fórmula de cine serie B.

Otro cine que también cerró sus puertas y pasó al más completo olvido, concretamente en la frontera entre Garrido y María Auxiliadora, fue el Cinema Taramona. El contratista salmantino Juan de Taramona, en un solar de su propiedad, situado entre la avenida Sánchez Ruano (hoy María Auxiliadora antes Avenida de Federico Anaya) y la llamada Cruz de Antón, inmediato al apeadero de la línea del ferrocarril a Portugal, construyó un sencillo salón con capacidad para unos setecientos espectadores transformable de cine a salón de baile a voluntad.

La inauguración del nuevo cine tuvo lugar el 12 de septiembre de 1933 con una película hablada en español titulada 'Carne de Cabaré' e interpretada por Ramón Pereda y Lupita Tovar. El cine Taramona funcionó bien, porque emitía un programa doble de películas y, además, en sesión contínua de las típicas películas americanas, muchas de ellas del oeste y las de romanos, que también canta Sabina en 'Una de romanos': 

Has visto un ciclo en televisión de cine en tiempos de franco
Yo soy aquel chaval que creció en la fila de los mancos
Si un dedo acariciaba una pierna, un cuello, un sujetador
Bramaba la temible linterna del acomodador.
Si estrenaban Cleopatra y pedían el carnet
Yo iba con corbata y pomada que cura el acné
Hasta que aquella bici de mi niñez se fue quedando sin frenos
Y en la peli que pusieron después nunca ganaban los buenos

Las proyecciones cinematográficas se acompañaron a veces con otros espectáculos artísticos de cante y baile. Al establecimiento no solo acudieron los vecinos del barrio sino que se sumaron muchos espectadores del centro. El cine Taramona cerró en 1982, tras casi 50 años de actividad, cuando se proyectaba la película 'Emmanuelle', era ese mundo de deseo. Una película francesa erótica de 1974 dirigida por Just Jaeckin y protagonizada por la actriz Sylvia Kristel. El tiempo había relegado el cine a sala S, cine de reposición, serie B y programas dobles.

Cine Taramona Archivo

Y, finalmente, el Cine Victoria. Situados en la Carretera de Ledesma en el cruce con la Avenida de Portugal, en el barrio de Pizarrales, también tuvieron su historia en los cines de barrio. Unas salas que pasaron de cine serie B a ser auténticos lugares de cine S, más concretamente como se dice, cine porno o X. De este cine, pocos recuerdos quedan.

Como apostilla final, no cabe duda de que Salamanca tiene fama de ser una ciudad de cine. Las pocas salas con las que cuenta la ciudad reciben estrenos de películas nacionales y extranjeras a la vez que otras con mayor población. Las ahora pequeñas salas siempre tienen un público fiel que 'devora' cine, del que tiene mucho que decir una ciudad universitaria.

Final

El cineasta y director salmantino Basilio Martín Patino @Fundación Basilio Martín Patino

No está de más recordar que, ya en 1955 el director salmantino Basilio Martín Patino impulsó 'Las Conversaciones de Salamanca', un foro de reflexión sobre el cine español que se celebró en esta ciudad entre el 14 y el 19 de mayo de 1955. Las organizó el Cine Club Universitario de la ciudad, a cuyo frente estaba Martín Patino, quien años después se convertiría en uno de los principales directores españoles de lo que se llamó 'nuevo cine español' ('Nueve cartas a Berta', 'Canciones para después de una guerra', 'Caudillo', 'Queridísimos verdugos'…).. Y, de paso, que sirva este recuerdo para el mejor director de cine que ha dado esta provincia.

Fernando Fernán Gómez, Luis García Berlanga, Basilio M. Patino y Manuel Bermejo, asistentes a las Conversaciones de Salamanca, 1955 @Fundación Basilio Martín Patino

Los cines desaparecidos quedan en nuestra memoria con recuerdos de buenas películas, aunque otras no tanto. En el caso de este periodista, dada su tempranera y larga estancia en la capital de España, sólo pude disfrutar, como verdadero recuerdo, de 'La naranja mecánica' (1971) en el Cine Taramona, una de las obras maestras de Stanley Kubrick. Fotograma a fotograma, es una reflexión única sobre la violencia y la alienación de la juventud en la cultura pop. Una de las películas más violentas de la historia del cine y que, como dije, animó la creación de bandas en los barrios.

Y, como cantaba Luis Eduardo Aute, 'Cine, cine' (1984):

Cine, cine, cine
Más cine por favor
Que todo en la vida es cine
Que todo en la vida es cine
Y los sueños
Cine son.

Zori, Santos y Codeso en el Cine Coliseum cuando las Ferias de septiembre, en una dedicatoria para "Tomás" Archivo

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