La relación bilateral entre España y Portugal es tan amplia y profunda como su antigüedad misma. “Prisioneros de la geografía”, los dos países comparten escenarios geoestratégicos, pertenecen a las mismas organizaciones internacionales en las últimas décadas y sus mercados son los más integrados del espacio europeo. Si la relación político-institucional vive excelentes momentos, esta sintonía todavía no acompaña el potencial de un mejor conocimiento mutuo al nivel económico, social, cultural y educativo.

Tanto es así que, en estos días, aún siguen celebrándose la reunión de mugas. Es decir, la firma de las Actas de Reconocimiento de Fronteras entre el Municipio de Mogadouro (Portugal) y los ayuntamientos de Fermoselle, Aldeadávila de la Ribera, Villarino de los Aires, Pereña de la Ribera y Masueco.

La frontera nacional entre estos municipios está marcada por el cauce del río Duero. El reconocimiento de los límites fronterizos es una obligación legal, que debe ser cumplida todos los años, a través de la firma del correspondiente acta de confirmación de los límites territoriales entre los municipios portugueses y españoles.

Este acta tiene su origen en el Tratado de Límites entre España y Portugal, firmado en Lisboa el 29 de septiembre de 1864, por eso es conocido como el 'Tratado de Lisboa'. Una vez firmada el acta, es remitida a la autoridades gubernamentales de los respectivos Estados, concretamente, al Ministerio dos Negócios Estrangeiros, en Portugal, y al Ministerio de Relaciones Exteriores, en España.

Una vez realizado el protocolo institucional, el presidente de la Câmara Municipal de Mogadouro tuvo la ocasión de presentar el concejo a los alcaldes de los ayuntamientos que visitaron el Municipio, destacando "la necesidad de estrechar relacions entre las administraciones locales situadas en la línea de la frontera, para crear una estructura sólida de cooperación transfronteriz, que nos ayude a todos a conseguir índices de desarrollo y sostenibilidad, que aseguren el bienestar de las tierras y de las personas que en ellas viven".



Firma de actas de fronteras en Mogadouro

Tratado de Lindes de Lisboa

El Tratado de Límites entre España y Portugal, firmado en Lisboa en 1864, consti-

tuye un paradigma de los modernos tratados de fronteras interestatales. En él se fijaron definitivamente, en parte, las fronteras vigentes actualmente entre Portugal y España, desde la desembocadura del río Miño hasta la desembocadura del río Caya en el río Guadiana. Los marcos fronterizos desde ahí hasta la desembocadura del Guadiana quedaron por determinar en este primer tratado de límites, ya que Portugal no reconocía la soberanía española sobre Olivenza; del resto, el tramo entre la desembocadura del río Cuncos en el Guadiana hasta la desembocadura de este fue demarcado mediante un nuevo tratado de Límites, en 1926, dejando por delimitar el área fronteriza en torno a Olivenza.

En este tratado se firmó la desaparición del Coto Mixto, que quedó integrado en España, recibiendo Portugal la soberanía sobre los denominados pueblos promiscuos (aldeas en las que parte de sus casas estaban situadas en la antigua línea fronteriza hispano-portuguesa utilizada como burladero por sus moradores delante de las autoridades gubernamentales y aduaneras de ambos países, ya que no estaba clara su pertenencia exclusiva a uno de ellos): la aldea de Cambedo (en la actual freguesia de Vilarelho da Raia), la freguesia de Soutelinho da Raia y la de Lama de Arcos.

Art. XVIII. Desde el sitio de las Tres Marras irá la línea por la divisoria de aguas de la sierra de Bouzas al molino de la Raya en el río de Alcañices, subirá de aquí al alto del Cañizo en la sierra de San Adrián, y pasando después por la pirámide geodésica, marcos de Nuestra Señora de la Luz, de la Aparición de Prado Pegado o puente del Palo, de la Platera y de la Noguera, entrará en el río Duero cerca de la confluencia del arroyo Castro. Desde este punto la línea internacional irá por el centro de la corriente principal del Duero hasta su confluencia con el Agueda, por cuyas aguas remontará hasta su unión con el Turones, que a su vez demarcará la frontera hasta un punto próximo al molino de Nave Cerdeira.