La imagen que mejor resume a Salamanca es un estudiante con la mochila acudiendo al Estudio. Porque Salamanca es Estudio, es Universidad. No se comprendería Salamanca sin la Universidad. Son ocho siglos en los que esta institución ha dado forma e historia a la ciudad del Tormes y, de paso, reconocimiento universal por ese casco viejo lleno de monumentos. Así, en 1988 fue nombrada Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y en 2002 Capital Europea de la Cultura.

La ciudad de Salamanca, considerada la ciudad renacentista española, es única por esta consideración, tanto por la estética urbana y arquitectónica en la ciudad antigua. Salamanca, con sus innumerables palacios, conventos por todas las esquinas, casonas de la rancia nobleza y plazas con un encanto especial, ponen de relieve la historia de esta ciudad en una época esplendorosa que, hoy día, ha sabido reconocer la UNESCO, por la riqueza de su patrimonio histórico artístico, el color de su piedra de Villamayor y su condición de ciudad viva, con la Universidad como eje central.

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Es que, además, el centro histórico, por donde se paseaban fray Luis de León, Francisco de Vitoria o Miguel de Unamuno, posee importantes monumentos arquitectónicos románicos, góticos, renacentistas y barrocos, que definen la ciudad y que, además, se pueden concretizar en la majestuosa Plaza Mayor con sus galerías, balconadas y arcadas.

Es su Universidad, como decíamos, sobre la gira toda la actividad, lo que la convierta en una ciudad viva. Sus estudiantes de antes y de ahora, las diversas curiosidades de sus leyendas e historias, como también ese aire de una ciudad moderna y cosmopolita, abierta a todas las influencias culturales y sociales de nuestros días, que conviven con los vestigios artísticos del pasado.

Es que, se mire como se mire, Salamanca es una de las ciudades más bellas de España, lugar de visita para cientos de miles de extranjeros. Es cuna de cultura, de saberes, de universidades, de pensamiento, de arquitectura, de arte y de historia. Es, también, la ciudad de la lengua española, que miles de estudiantes llegados de todos los puntos cardinales del orbe buscan aprender y conocer.

Monumentos declarados Patrimonio

Plaza Mayor de Salamanca. David Arranz Ical

La Plaza Mayor, del siglo XVIII, como acontecía en la Edad Media y el Renacimiento, y también en las ciudades árabes, es el punto neurálgico de la ciudad, es una de las más bellas plazas monumentales urbanas de Europa. Comenzó a construirse en 1729 a instancias del corregidor Rodrigo Caballero Llanes. El proyecto fue a cargo del arquitecto Alberto de Churriguera, al que siguió su sobrino Manuel de Lara Churriguera y fue finalizado por Andrés García de Quiñones en 1755, en estilo barroco.

Desde este lugar nos trasladamos, por calles por las que no ha pasado el tiempo, hasta la Clerecía, un monumento singular que alberga la Universidad Pontificia y la Casa de las Conchas, en la calle Compañía, que guarda todo el color, el trazado y la belleza renacentista. Después llegamos al conjunto catedralicio, con sus dos catedrales. La catedral de Santa María, conocida como catedral Vieja, fue fundada por el obispo Jerónimo de Perigord, y se empezó a construir en el primer tercio del siglo XII y se terminó a finales del siglo XIV, en estilo románico y gótico. La Catedral Nueva, adosada a la Vieja, se comenzó a construir en 1513, inaugurándose en agosto de 1733. En la promoción inicial intervinieron los Reyes Católicos, a petición del Cabildo Catedral, quien, con los obispos sucesivos, actuó siempre como principal promotor.

Catedral de Salamanca

Y cómo no, en ese lugar también se encuentran la antigua Universidad de Salamanca, con su fachada plateresca. Alfonso IX de León quiso tener estudios superiores en su reino y por ello creó en 1218 las 'scholas Salamanticae’, germen de la actual Universidad de Salamanca que cumple más de 800 años de historia ininterrumpida creando, promocionando y divulgando el conocimiento. Considerada como la más antigua de las universidades hispanas existentes.

Destacan especialmente el Edificio de Escuelas Mayores con su fachada plateresca, en el interior del cual se encuentra la Biblioteca General Histórica con 2.774 manuscritos, 483 incunables y alrededor de 62.000 volúmenes impresos entre los siglos XVI y XVIII. Visita obligada es también el Patio de Escuelas Menores que alberga en una de sus salas la conocida pintura del ‘Cielo de Salamanca’, obra atribuida a Fernando Gallego que recoge temas astronómicos y astrológicos.

Imagen de la fachada de la Universidad de Salamanca. Sociedad Española de Estudios Medievales

Además, tenemos el Puente Romano sobre el río Tormes, donde se ubica el verraco del Lazarillo de Tormes; la Casa Lis; los conventos de San Esteban y las Úrsulas, otras dos zonas arquitectónicas de mucho valor histórico y artístico. Como también los palacios de Monterrey y la Hospedería Fonseca, con la iglesia de la Purísima en medio y su cuadro del mismo nombre de autor José de Ribera.

Es el atardecer, los rayos de solo convergen sobre la piedra de Villamayor que la hacen destacar con un color dorado. Es el momento de perderse por callejas y plazuelas, por restaurantes y terrazas, y, entrada la noche, mientras puede sonar el ritmo de la tuna a su paso, es la hora de divertirse en los muchos lugares de ocio.

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