Al igual que hay un espacio de tiempo entre el contagio y el aumento de la presión hospitalaria o de los fallecidos, como ha quedado patente en esta segunda ola, también lo hay entre la toma de medidas y la consecuencia de estas. 

Es evidente ello al ver que la incidencia de Salamanca, pese a unas restricciones mayores durante esta semana que hace apenas cinco días no para de subir, y además a un ritmo que sigue siendo muy preocupante. No en vano, el jueves, cuando la consejera de Sanidad, Verónica Casado, anunció el confinamiento perimetral de Salamanca, lo basó en una tasa de incidencia de 504 casos por 100.000 habitantes cuando este martes, apenas cinco días después y en el cuarto de este confinamiento, ya se encuentra cerca de los 650. 

Lo mismo ha ocurrido en León o Palencia, donde también se tomaron las medidas tras pasar los 500 casos y ahora sobrepasan los 700. Precisamente por ello ha llamado a la tranquilidad Casado, poniendo de ejemplo a Miranda de Ebro, que ya pasadas las dos semanas está logrando bajar su incidencia, aunque se mantiene todavía excesivamente alta. 

Sobre Salamanca, además, también incidió en la "preocupación" de los colegios mayores y el trabajo conjunto con el equipo rectoral de la USAL para tomar medidas y recursos para las infecciones que se produzcan en estos. "Nos preocupa este tema porque se está disparando la infección. En Salamanca hay siete colegios mayores afectados y dos de ellos muy afectados".