El pleno del Ayuntamiento de Salamanca ha aprobado definitivamente con el apoyo de todos los grupos la Estrategia para el Desarrollo de una Infraestructura Verde, un plan de protección de la biodiversidad con 277 medidas a ejecutar en los próximos años.

Esta iniciativa, impulsada por el Patronato Municipal de la Vivienda y Urbanismo (PMVU) con la colaboración de la Universidad de Salamanca y la aportación de un equipo de arquitectos e ingenieros "de reconocido prestigio", integra trabajos previos como la Estrategia para el Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (EDUSI) Tormes+, el Plan Director de la Ciudad Vieja o el Plan de Movilidad Urbana.

Según ha explicado el concejal delegado del área de Fomento, Juventud y Patrimonio, Daniel Llanos, la estrategia sitúa a Salamanca "a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático" y se convierte en "la primera Ciudad Patrimonio de la Humanidad" con un plan de este calibre.

Además, tal y como ha añadido, la ciudad se adapta así también a las nuevas necesidades planteadas tras la pandemia del coronavirus, con propuestas para tener más espacios saludables y seguros para los ciudadanos.

ESTRATEGIA 



La Estrategia de la Infraestructura Verde en Salamanca define 277 actuaciones para los próximos quince años en toda la ciudad, "desde el centro hasta los nuevos barrios de la periferia y los límites con todos los términos municipales del alfoz de Salamanca".

Las primeras 88 medidas ya cuentan con un presupuesto estimado en 10,7 millones de euros, a ejecutar durante los próximos cinco años, y se han adoptado "con la participación" de los ciudadanos y colectivos, ha apuntado Llanos.

Entre estas medidas se encuentran la plantación de más vegetación y la ampliación de las zonas verdes para conectar corredores y mitigar el impacto de la emisión de gases de efecto invernadero, así como la creación de viveros y cultivos ecológicos.

En el río, la estrategia aprobada promueve la incorporación de refugios para aves y de elementos para la reserva de la biodiversidad y la fauna, o la recuperación de molinos y acequias con fines educativos.

Dentro de la ciudad, el documento aboga, entre otras medidas, por favorecer la integración de las energías renovables en los edificios, y la transformación de espacios con más paseos arbolados, micropaisajes o muros verdes.