En el mediodía del 21 de julio, comenzaron a producirse las primeras quejas en base a los malos olores procedentes de un domicilio de la Plaza Juan XXIII.

Bajo la autorización de la propietaria del inmueble ocupado, se realiza con la ayuda del servicio de Bomberos la entrada en dicha vivienda donde se encuentran gran cantidad de basura, desechos humanos y animales, así como restos de comida y ropa que lo convierten en un gran espacio insalubre.