Al menú navideño nunca le pueden faltar los dulces. Llega el momento de pensar en la sobremesa familiar en la que los polvorones, los mazapanes o los turrones ponen el colofón final a las cenas y comidas para estas fechas. Además, para facilitar esta tarea, la Guía Repsol ha elaborado un año más su lista de Soletes de Navidad.
Unos premios que por primera vez incluyen a 27 conventos de toda España por su tradición repostera y que son una opción perfecta para completar las bandejas de dulces para esta Navidad. Entre ellos, están 7 de la Comunidad y destaca el Monasterio de Santa Cruz, en Sahagún (León).
Este convento de monjas benedictinas es conocido por sus "dulces gloriosos". "Nunca mejor dicho", ironizan desde la Guía Repsol. De sus productos destacan los amarguillos, "una exquisitez que justifican ellos solos la visita" y que puede ser una original forma para endulzar esta Navidad.
Unas pequeñas pastas o galletas con textura crujiente por fuera y tierna por dentro. Aquí los elaboran a base de almendra y azúcar y su nombre viene por una pequeña porción de este fruto con sabor amargo. Pero este último es únicamente un matiz, siendo más bien un sabor intenso a almendra y dulce.
Además, los amarguillos que elaboran estas religiosas de Sahagún son sin gluten y sin lactosa, por lo que podrás también dar una alegría a aquel familiar que sea intolerante o alérgico a estos ingredientes. El precio de la caja, de algo más de medio kilo, es de 11,50 euros.
"Están buenísimos. Se nota que lo hacen con amor e inspiración divina", apunta una de las reseñas en la página oficial del Monasterio de Santa Cruz.
Otro de los usuarios que lo han probado incluso da las instrucciones para disfrutar al máximo de estos dulces: "Cerrar los ojos. Dar un bocado y mientras lo masticas lentamente pensar intensamente en que estos manjares han sido tocados por las manos santas de estas monjitas".
Aunque los amarguillos son el producto estrella de este convento para la Guía Repsol, en este obrador de monjas benedictinas también elaboran otros dulces que nos servirán para completar la bandeja navideña para la sobremesa.
También venden polvorones de almendra y avellana, el medio kilo por 16 euros y los 250 gramos por 8, y empiñonados, una "auténtica joya de la repostería artesanal", según destacan las religiosas de Sahagún.
Estas últimas son unas figuras de almendra, cuidadosamente recubiertas de piñones seleccionados, que destacan por su "sabor único y textura irresistible". Cabe resaltar que este producto lo elaboran en pequeñas cantidades y solo en momentos especiales, por lo que no son fáciles de conseguir. En las cajas entran 12 unidades y se presentan como una opción perfecta para Navidad.
Pastas de té por 8,5 euros la caja, mantecadas por 8, hojaldres sin frutos secos por 8,5 o almendras garrapiñadas por 5 completan la oferta de este obrador seleccionado por la Guía Repsol.
Otros productos curiosos son los coquitos, unas delicias de yema, coco y azúcar que harán las delicias del paladar de los más amantes del dulce. O los crujientes de hierro, unas galletas con un inconfundible sabor a vainilla que es uno de los tesoros de la repostería tradicional de la zona.
Además de la repostería del obrador, para los más atrevidos también ofrecen una botella de licor por 20,50 euros que es elaborada por los monjes del Monasterio de Leyre con hierbas de la zona, aunque este es un producto del que actualmente se encuentran sin existencias, por lo que habrá que esperar a que lo repongan.
Origen del Monasterio y labor repostera
El Monasterio de Santa Cruz fue fundado el 3 de abril de 1546 por Antonia Enríquez Orense, una mujer adinerada de la villa de Sahagún que posteriormente se convertiría en la primera abadesa del cenobio. Ahora bien, no fue hasta un año después cuando ella y otras mujeres profesaron sus votos y comenzaron a habitar el templo.
En agosto de 1958 comenzaron a dedicarse a la elaboración de caramelos, con el objetivo de poder sustentarse sin abandonar el ritmo litúrgico de la comunidad religiosa. Fue en 1980 cuando esta pequeña fábrica dejó de pertenecerles y tuvieron que buscar otro modo de vida.
Así surgió un año después la elaboración de repostería, que aún perdura hasta nuestros días y cuya trayectoria les ha valido para ser reconocidas por la Guía Repsol, ensalzando así su buen hacer en el mundo del dulce y que las coloca ahora como una opción perfecta para estas navidades.
