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La catedrática del área de Ecología de la Universidad de León (ULE), Leonor Calvo, ha subrayado el papel “clave” de la ciencia en la lucha contra el cambio climático y ha insistido en la necesidad de “poner la investigación al servicio de las personas que tienen que tomar decisiones de planificación y de gestión”.

Calvo ha participado en la mesa de diálogo ‘Un modelo de gestión forestal adaptado a las realidades sociales’, celebrada en el marco de la Convención por un Pacto de Estado frente a la Emergencia Climática.

Un encuentro impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) que reúne en Ponferrada a representantes institucionales, empresas, entidades sociales, sindicatos, expertos y jóvenes, entre ellos el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Durante su intervención, la investigadora ha destacado la puesta en marcha del nuevo grupo de trabajo multidisciplinar para la Gestión Integral de Incendios Forestales, recientemente creado en el seno de la Universidad de León.

Este equipo reúne a profesionales de diversas áreas —como ecología, zoología, veterinaria, agricultura o sociología— con el objetivo de aportar conocimiento científico al diseño de políticas y estrategias eficaces contra los incendios.

Afortunadamente, después de muchos años, los gestores empiezan a preguntar a la universidad: qué opináis, ¿cómo podéis ayudar, podéis diseñar herramientas que nos sirvan para tomar decisiones?”, valora Calvo, quien considera este cambio de actitud “un paso importante” hacia una gestión basada en la evidencia científica.

La catedrática ha recordado que este verano se quemaron más de 100.000 hectáreas en la provincia de León, una situación que calificó de “alarmante” y que exige la toma de “decisiones inmediatas”.

“No se puede hacer restauración dentro de un año, cuando ya no tengamos suelo en parte de los sistemas que se han quemado”, ha advertido.

Zonas quemadas hasta ocho veces

Calvo ha alertado también sobre la vulnerabilidad de los sistemas rurales, al afirmar que “nuestros pueblos y entornos naturales no están protegidos, no tienen planes de autoprotección”.

En este sentido, apuntó que el 30% de los incendios registrados este año se produjeron en espacios con algún tipo de protección ambiental, lo que demuestra la fragilidad de los ecosistemas frente a la emergencia climática.

La investigadora ha aportado además un dato preocupante: “Solo un 15% del territorio se ha quemado una vez; tenemos zonas que se han quemado hasta ocho veces”. En esas áreas, señaló, la restauración y recuperación son especialmente urgentes, “porque son zonas muy sensibles a la pérdida de suelo asociada a la cantidad de incendios sufridos”.

Desde la Universidad de León, el grupo de trabajo que lidera Calvo está identificando las zonas que tendrán más dificultades para recuperarse, con el fin de priorizar las actuaciones de restauración ecológica y diseñar estrategias que integren tanto el conocimiento científico como las realidades sociales y económicas del territorio.