Víctor Castro Robles, estudiante del Grado de Geografía y Ordenación del Territorio en la Universidad de León (ULE), ha dedicado su verano a desarrollar un interesante proyecto relacionado con los antiguos molinos de la cuenca del río Torío.
El trabajo corre bajo el nombre de ‘La usanza d’o Molín en la Cuenca del Torío: Memoria, Agua y Futuro’ y ha sido seleccionado en el marco del programa de las becas RALBAR, impulsadas por la institución académica y la Fundación Banco Sabadell.
En concreto, su labor se ha centrado en un detallado trabajo de investigación que, según han destacado desde la Universidad, ha constituido “un claro ejemplo de compromiso con la conservación del patrimonio cultural, el conocimiento del territorio y la recuperación de la historia, vinculada en este caso a los antiguos molinos de la cuenca del río Torío”.
Detalle de mecanismos de un molino
“Me motivaba especialmente la posibilidad de conocer mejor la zona y me ha permitido tener una visión más cercana y completa de su entorno, su gente y sus dinámicas”, ha explicado el estudiante.
Desde que comenzó a investigar sobre los antiguos molinos de agua que aún sobreviven en la zona citada, el joven estudiante de la ULE entendió que estaba “ante algo más que ruinas: son fragmentos vivos de nuestra memoria colectiva, testigos silenciosos de siglos de ingenio y trabajo rural”.
Y es que, el trabajo llevado a cabo ha permitido inventariar esos molinos, estudiar su estado actual y plantear vías para su restauración, uso cultural y puesta en valor como parte de un modelo de desarrollo local y sostenible.
Con ello, Víctor Castro afirma estar convencido de que los molinos del Torío “pueden convertirse en motores de identidad, cohesión y desarrollo, porque esta iniciativa no pretende solo conservar estructuras antiguas, sino activar procesos educativos, económicos y sociales que ayuden a afrontar problemas tan acuciantes como la despoblación, la pérdida de memoria colectiva o el desaprovechamiento de los recursos naturales desde una perspectiva sostenible”.
Finalmente, el joven ha querido expresar su agradecimiento a la ULE y la Fundación Banco Sabadell por ofrecer esta oportunidad única “a quienes creemos en la transformación del territorio desde el conocimiento, el compromiso y la acción”.
“Sin este apoyo no habría sido posible llevar a cabo este proyecto”, ha añadido.
Un reconocimiento que, además, ha extendido a la Asociación Consejo Cuenca del Río Torío y a personas comprometidas con el entorno, que, según ha apuntado, le han permitido desarrollar actividades que combinan investigación, acción comunitaria y divulgación.
Cabe destacar que el proyecto se integrará en un libro que está elaborando un historiador vinculado a la asociación, centrado en la historia hidráulica de la zona, lo que permitirá que la investigación trascienda el ámbito académico y llegue al público general.
