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El fuego sigue asolando Castilla y León varias semanas después de desatarse la tragedia. La Comunidad vive un terrorífico verano a causa de numerosos incendios forestales que ya han arrasado miles de hectáreas, provocado un gran número de desalojos e incluso cobrado varias vidas, dejando, además, varios heridos, algunos de ellos en estado crítico.

Este martes, 19 de agosto, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, afirmó la "evolución favorable y estabilización" de los diferentes fuegos que a día de hoy continúan devorando la región.

Sin embargo, quienes se encuentran en primera línea luchando contra el fuego advierten de que "aún queda mucho trabajo por hacer", así como que se avecinan "unas semanas muy complicadas".

Así lo ha confesado en declaraciones a este periódico Sara Mateos, agente medioambiental en León, directora de extinción y representante de los trabajadores en CSIF.

La profesional, de 42 años y natural de Puente Castro, explica que desde dentro lo están viviendo "muy mal". A ella aún no le ha tocado dirigir un incendio de gran magnitud, si bien, ha recibido la llamada de numerosos compañeros que han estado a punto de quedar atrapados por el fuego y de profesionales de otras provincias que aseguran no estar preparados para enfrentarse a las llamas.

A algunos "les meten en incendios super grandes, con unas condiciones meteorológicas malísimas y encima en zonas que ni siquiera conocen, cuando precisamente el conocer el territorio es lo que te da cierta seguridad", revela Sara.

Del mismo modo, denuncia que "la gente está muy cansada". "Los profesionales llevan muchos días trabajando entre 14 y 16 horas diarias, viviendo situaciones muy complicadas y durmiendo muy poco".

Además, confiesa que en estos momentos un gran número de incendios "están sin control porque no se están atendiendo", principalmente, por falta de medios.

"Se están limitando a defender las poblaciones y ni siquiera estamos llegando a todas. Hay pueblos a los que directamente no ha ido nadie", lamenta.

Un operativo "desmantelado"

Sara culpa de este problema a la Junta de Castilla y León y, en concreto, a la Consejería de Medio Ambiente, liderada por Juan Carlos Suárez-Quiñones, a quien responsabiliza de que bomberos forestales y agentes medioambientales se hayan visto "en una situación muy caótica, de supervivencia y de salir del paso".

"Si hubiera habido prevención y un operativo bien dimensionado, esta situación no se hubiera dado, porque en ese caso se hubiesen podido mandar medios suficientes con los que evitar que los incendios adquiriesen la magnitud que han alcanzado", apunta.

Pero esto no es todo. La agente medioambiental también revela que, aunque no ha trascendido, "todos los que trabajamos en el operativo de incendios sabíamos que no estábamos preparados para una situación así y llevábamos mucho tiempo avisando a la Consejería de Medio Ambiente de que esto iba a pasar". En concreto, "dos años", "pero nos ignoraron y miraron para otro lado". 

Sara Mateos, agente medioambiental en León, luchando contra un fuego

Según explica, es algo que "se veía venir" desde que la Junta, "lejos de mejorarlo, desmanteló y precarizó todavía más el operativo, quitando puestos de vigilancia, eliminando más de 1.300 guardias de agentes medioambientales y empeorando las condiciones laborales a raíz de los incendios de La Culebra".

Con ello, no quiere decir que no haya habido inversión, sino que "no se han gastado el dinero en lo importante". "Han comprado cámaras de vigilancia, han destinado dinero a alquilar camiones a la Comunidad de Madrid, pero no se han gastado el dinero en cubrir bajas, en tener gente suficiente trabajando y, en definitiva, en tener un operativo bien dimensionado", critica.

"Precariedad absoluta"

A todo ello suma otros tantos asuntos como el hecho de que "hayan puesto como directores de extinción de estos incendios a 113 agentes de nuevo ingreso que se incorporaron hace escasamente un mes y medio, dándoles un curso de una semana", o que "pretendiesen que estuviésemos 24 horas disponibles para responsabilizarnos de todo lo que pasa en un incendio por 70 euros".

Algo que finalmente no se llevó a cabo "porque los sindicatos dijimos que eso no lo negociábamos".

Si bien, añade que "los agentes medioambientales tampoco cobramos horas extra y, además, pueden ponernos y quitarnos guardias a su antojo, avisándonos a última hora". "Y los bomberos forestales, más de lo mismo", apunta la representante sindical.

"Ellos encima trabajan para empresas privadas que tampoco les pagan las horas extra, también les llaman de un día para otro e incluso les quitan vacaciones. Y todo eso por 1.200 o 1.300 euros. Las condiciones en las que se encuentran es de precariedad absoluta y los empleados públicos, parecido", afirma.

En este sentido, Sara ha aprovechado la ocasión para desmentir al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, al negar que el personal de la Administración regional cobre "entre 1.800 y 2.000 euros, tal y como él mismo dijo el otro día". "Eso no es verdad, ningún agente medioambiental ni ningún bombero forestal cobra ese dinero", aclara.

Reivindicaciones

Por todo ello, Sara, en calidad de representante de los trabajadores en CSIF, centra sus reivindicaciones en "un operativo 100% público, dado que las empresas privadas lo que hacen es precarizar el servicio, al menos en Castilla y León".

Pide, además, que sea un operativo "que trabaje todo el año, bien dimensionado y acorde a las necesidades del territorio, y que ofrezca unas condiciones laborales dignas que permitan la profesionalización, la formación y poder vivir de esto".

De este modo, recuerda que "en Castilla y León, la Ley Básica de Agentes Medioambientales y Bomberos Forestales del Estado se tendría que haber desarrollado antes del 8 de noviembre de 2024".

Sin embargo, lamenta, "todos los intentos que ha habido para desarrollar esa ley han sido bloqueados por la Junta de Castilla y León", a la cual acusa directamente de plantear "condiciones irrisorias".

A lo que añade: "Hemos propuesto otra ley de agentes medioambientales para su tramitación y también están haciendo todo lo posible para que no salga" por motivos que ella, personalmente, desconoce.

En cualquier caso, confía y espera que lo ocurrido este mes de agosto sirva de algo al Gobierno regional porque, de no ser así, explica, "nos volveremos a encontrar otra vez con la misma situación". Si bien, recuerda que "ya pasó y tampoco sirvió de nada".