El alcalde de León, Antonio Silván, rodeado de gran parte de su equipo –sólo faltaron los concejales De Benito y Torres, por vacaciones- abrió ayer el nuevo curso político municipal en un desayuno de trabajo con los medios de comunicación. El lugar escogido fue el Coto Escolar, quizá para destacar el tono didáctico, amable y positivo que en todo momento utilizó Silván durante su intervención.

“Estoy moderadamente satisfecho” con lo realizado en los dos años y alguna semana más de su mandato al frente del Ayuntamiento de León, donde su partido, el PP, gobierna en  minoría aunque con un pacto tácito con Ciudadanos. A pesar de ello, Silván no se refirió a sus socios para nada de forma directa en toda su intervención. Sí destacó, sin embargo, su talante de diálogo y de consenso, ya que “el Ayuntamiento está formado por seis grupos políticos distintos”, lo que le ha llevado a “lograr por encima de todo la estabilidad política del Ayuntamiento”, para lo que destacó su ejercicio de “diálogo, tolerancia, consenso, cercanía, honestidad y transparencia”.

Como punto de partida, Silván destacó la compleja situación política nacional con la que comenzó su mandato: varias elecciones generales e incertidumbre para formar gobierno, Presupuestos Generales prorrogados, fuerte crisis económica, alto nivel de desempleo, el problema catalán, todo cual generó clima de incertidumbre general. A pesar de ello, el alcalde se mostró “moderadamente satisfecho” y añadió que “hoy, León es una ciudad viva, atractiva, abierta”.

No hizo una profunda autocrítica ni se refirió a objetivos no logrados; tampoco los periodistas preguntaron por ello, de ahí que Silván enumerase con seguridad y decisión sus logros de estos dos años: soterramiento en marcha del ferrocarril y recorte del tiempo en unir por AVE León con Madrid; avance de las obras de integración de FEVE; impulso final el Palacio de Exposiciones;  disminución de la deuda municipal en más de 20 millones de euros (aún se deben 210 millones); obras de remodelación de la Plaza del Grano y aprobación del proyecto de reforma integral, que no peatonalización, de Ordoño II; generación de empleo y consolidación del Parque Tecnológico, con más de mil empleos estables; aprobación de un plan estratégico para la ciudad; renovación de todos los puntos de luz de la ciudad; aumento de las pernoctaciones e impulso al turismo de calidad; y, todo ello, sin aumentar la presión fiscal al ciudadano. Sólo al final, se refirió a un objetivo no alcanzado: la puesta en marcha de la Ciudad del Mayor.

“León es una ciudad en obras, lo que origina molestias”, por lo que Silván pidió perdón por adelantado a los ciudadanos. Las obras que el alcalde citó son las del Hostal de San Marcos, Catedral, San isidoro, Ordoño II, Palacio de Exposiciones, Plaza del Grano. Y no olvidó hacer hincapié en el proyecto financiado en parte por Europa para remodelar seis barrios del norte de la ciudad, con una inversión total cercana a los 28 millones de euros.

No olvidó el alcalde referencias al mundo de la Cultura, con la conmemoración del milenario del Fuero de León, la restauración de las  murallas, la potenciación del Camino de Santiago o el uso del Auditorio. “Ya no hay horas disponibles en el Auditorio” indicó, con enorme satisfacción, Silván.

Tras esta larga enumeración de logros, Silván confesó afrontar los dos años que restan de mandato con “inconformismo. Queremos más. Somos ambiciosos” y como objetivo inmediato destacó conseguir para León la capitalidad gastronómica 2018, fallo que se conocerá en el mes de octubre próximo.

Preguntado por sus futuros planes políticos, Silván dejó claro que “lo que me pide el cuerpo es seguir trabajando como hasta ahora. Me encanta trabajar para la ciudad. Estoy ilusionadísimo con mi trabajo. Mi sensación como alcalde es única, placentera” y no se pronunció sobre la posibilidad de que volviese a ser candidato a la Alcaldía dentro de dos años. “Dos años es mucho tiempo en política”.

Por último, destacó la cohesión y profesionalidad de todo su equipo de concejales, a los que agradeció su colaboración y trabajo.

Cerrados los micrófonos y servidos el café y la tortilla, Silván mostró su preocupación por las consecuencias políticas nacionales derivadas de la convocatoria del referéndum independentista en Cataluña. Para el alcalde, el cómo se afronte esta crisis institucional influirá en la marcha de todas las instituciones políticas nacionales, incluidos los ayuntamientos. Al hablar de Cataluña, a Silván se le borra la sonrisa y frunce el ceño. Muestra una gran preocupación.