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Navaluenga afronta desde el viernes el incendio más grave de esta campaña en Castilla y León.

A última hora de este sábado, el fuego sigue activo, aunque la Junta ha rebajado su gravedad a nivel uno dentro del Plan Infocal, al presentar una evolución “favorable”.

Con más de 1.500 hectáreas calcinadas, un perímetro de 26 kilómetros en forma de lanza y reproducciones puntuales durante el sábado por la tarde, el balance sigue siendo preocupante, pero la contención ha comenzado a dar sus frutos.

En esa contención hay cientos de personas implicadas, y entre ellas dos nombres con rostro propio: Miguel Ángel Martín Collantes, celador de Medio Ambiente, y Miguel Ángel Reguero, conductor de bulldozer.

Ambos han trabajado sobre el terreno en una de las zonas más complicadas del perímetro, donde las llamas alcanzaban hasta seis metros de altura y el terreno pedregoso hacía casi imposible el acceso.

“A mí me asignaron trabajar con el Delta y un bulldozer. Empezamos con ataque indirecto para perimetrar la zona que nos habían dado, pero hubo momentos duros, en los que se nos escapó por la cabeza del incendio”, cuenta Martín Collantes.

Aun así, consiguieron avanzar y asegurar casi por completo el flanco izquierdo. “No ha sido fácil, mucha piedra, mucha pendiente… pero donde entra una máquina, se quita muchísimo trabajo a las cuadrillas”, destaca.

Reguero, al mando de la maquinaria, coincide: “El terreno era durísimo, la llama muy fuerte y el fuego se aceleraba muchísimo. Lo atacamos de forma perimetral primero, y luego, cuando pudimos, de forma directa. Ahí sí conseguimos frenarlo”.

El operativo actual sigue contando con más de medio centenar de medios desplegados: tres helicópteros o hidroaviones, trece cuadrillas terrestres, nueve autobombas, cinco brigadas helitransportadas, dos bulldozer, diez agentes medioambientales y cinco técnicos, además de la UME, que se mantiene en la zona para reforzar la vigilancia del perímetro.

Las condiciones meteorológicas, más suaves de lo esperado, han permitido cierta tregua, aunque las reactivaciones en la cabecera del fuego durante la tarde complicaron el control.

Desde el Puesto de Mando Avanzado, el director técnico Alejandro Peñalvo señaló que “si los medios pueden trabajar esta noche, mañana la situación será mejor”.

En mitad de todo, dos testimonios dan voz al esfuerzo de muchos efectivos. “Ha sido duro, pero lo paramos”, resume Reguero.

Ellos son solo una parte de los que estos meses defienden el monte, los hogares y la vida en un entorno que, una vez más, ha demostrado lo vulnerable y valioso que es.

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