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Madrid no es el único lugar que ha robado el corazón de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sino que también lo ha hecho un pueblo de Ávila con el que comparte un vínculo muy estrecho y especial, y al que se escapa cada vez que tiene ocasión: Sotillo de la Adrada.  

La célebre y controvertida política y militante del Partido Popular, que lleva desde 2019 al frente de la Comunidad madrileña, siempre ha hecho alarde de la capital española, por ser esta su tierra natal.

Sin embargo, del municipio abulense también ha hablado maravillas y presumido de sus gentes y su valioso patrimonio cultural, arquitectónico y gastronómico, llegando a definirlo como "un pueblo maravilloso", entre otros piropos. 

Sotillo de la Adrada es un pueblo de poco más de 5.000 habitantes y ubicado en plena Sierra de Gredos y, más concretamente, en el Alto Valle del Tiétar, que parece haberse convertido en el lugar favorito de la presidenta de la Comunidad de Madrid para relajarse, desconectar, escapar de las exigencias de la vida política y disfrutar de la naturaleza fuera de la capital.

Es, para ella, un auténtico remanso de paz. Pero, ¿de dónde viene exactamente la relación de Díaz Ayuso con este pueblo? 

Es la tierra natal de su familia paterna, de ahí que la política y también periodista haya pasado en él muchos veranos, no solo de su infancia y juventud, sino también de su etapa adulta, además de múltiples fines de semana y vacaciones. Y lo sigue haciendo. 

Isabel Díaz Ayuso en Sotillo de la Adrada, Ávila @isabeldiazayuso Instagram

A todo ello se suma que allí dio sus primeros pasos en el periodismo. En concreto, en Onda Tiétar, la emisora local del Valle del Tiétar con estudio en Sotillo de la Adrada. "Los comienzos del periodismo tienen todo que ver con mis raíces", reveló en su día la presidenta. 

En Sotillo su familia también regentó el bar El Leonardo, en alusión al nombre de ambos. Hoy este sigue en funcionamiento. Sin embargo, ya en manos de otros dueños y con otro nombre que nada tiene que ver con la familia, pese a que los vecinos sigan refiriéndose a él como "el bar de los Díaz".  

Todo ello ha hecho que Isabel se sienta "mitad madrileña, mitad abulense", tal y como ha llegado a confesar ella misma, demostrando, además, el gran cariño y aprecio que siente por Sotillo y sus vecinos, quienes, en su gran mayoría, siempre han apoyado y mostrado cierta predilección por la que muchos conocen desde niña y la que parece haberse convertido en su vecina más ilustre. 

Así se lo hacen saber en cada una de sus visitas, que, pese a que su padre falleció hace más de una década, siguen siendo muy regulares durante todo el año.

Y es que, al parecer, cuando va, la política se aloja en la casa familiar ubicada en la localidad, a la que se escapa cada vez que puede, normalmente, junto a su perro, con el fin de huir de la rutina, recargar fuerzas y también reconectar con sus raíces. 

Si por algo se caracteriza la presidenta madrileña es por ser una persona muy celosa de su vida privada, que siempre ha intentado mantener este ámbito de su vida en un discreto segundo plano. Sin embargo, como en todo, siempre hay excepciones.