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Emanciparse es cada vez un reto mayor para los jóvenes de España y, más aún, para los de Castilla y León. Tanto es así que la tendencia negativa se ha consolidado en la Comunidad, con una bajada de dos puntos en el último semestre de 2024 con respecto al anterior hasta situar la tasa en un 13,8%, por debajo de la media nacional.

Así se desprende de los datos autonómicos que arroja el Observatorio de Emancipación elaborado por el Consejo de la Juventud de España (CJE) y que se ha presentado este jueves en el Consejo Económico y Social de Castilla y León (CESCyL).

Un acto que ha contado con la participación del secretario en materia Socioeconómica y Derechos Humanos del CJE, Javier Muñoz, la presidenta del Consejo de la Juventud de Castilla y León (CJCyL), Sandra Amez, y el presidente del CESCyL, Enrique Cabero.

"La emancipación no puede ser un privilegio", ha defendido la presidenta del CJCyL. Y es que existe una situación "preocupante" por los datos del observatorio. En Castilla y León, la edad media de emancipación se sitúa en 30,4 años, es decir, cuando "ya no se tiene el estatus de juventud".

Además, el trabajar ya no es sinónimo de tener la oportunidad para irse de casa, pues la "precariedad laboral" y el estado del acceso a la vivienda impiden poder hacerlo. El precio medio de alquiler ha crecido un 10% en solo un año, hasta los 680 euros, lo que supone que un joven asalariado tenga que destinar, en caso de querer vivir solo, un 61,2% de su sueldo neto.

Esta cifra supera el 82% en el caso de los jóvenes de entre 16 y 24 años. A ello hay que sumar los gastos de suministros y servicios básicos que alcanzan los 183 euros y todo ello con un salario mínimo medio que se sitúa en unos 13.344 euros.

"Después de pagar el alquiler y suministros apenas le quedarían 200 euros para compra u otros gastos mensuales", ha explicado Sandra Amez. Ante esta realidad, no sorprende que la "solución habitacional sea compartir una vivienda".

Pero, aún así, para compartir piso un joven tiene que dedicar el 40% del salario, mientras que la recomendación es que nunca supere un 30%.

Asimismo, el 30,9% de los jóvenes de Castilla y León está en riesgo de pobreza o exclusión social. Llama la atención que tener un empleo "no te garantiza no estar en riesgo", ya que el 21% lo están. En el caso del paro el porcentaje sube hasta el 47,1%.

"¿Quién se emancipa? Esa es la pregunta que nos hacemos", ha subrayado Amez al ser preguntada por el perfil del joven que puede abandonar su residencia original.

Si hablamos de comprar una vivienda, se convierte en "ciencia ficción". Un joven tendría que dedicar 8,3 años de su salario anual para poder hacerlo, viéndose obligado además a afrontar una entrada inicial que supone 2,5 veces de lo que cobra al año.

Todo un contexto que se da a pesar de que "hay datos que van mejorando en el ámbito laboral", como es el aumento del salario medio. "Antes acceder al trabajo significaba que era relativamente sencillo poder acceder a una vivienda de alquiler o compra. Ahora no", ha lamentado Javier Muñoz.

La responsable autonómica del Consejo de la Juventud ha contextualizado los datos apuntando que "solo" el 13,1% de la población de Castilla y León son jóvenes de entre 16 y 29 años, un "indicador especialmente preocupante" que se agrava ante la pérdida anual de estas personas hacia otras comunidades autónomas en busca de oportunidades.

La tasa de emancipación en Castilla y León del 13,8% supone, al igual que a nivel nacional, el dato más bajo desde que comenzaron a anotar los registros en 2006. Todo ello mientras el acceso a la vivienda también está en sus máximos de dificultad desde que se elabora el observatorio.

Sandra Amez también ha destacado que "no todo el mundo tiene las mismas oportunidades", ya que el nivel educativo del joven influye de "manera significativa" a la hora de irse de casa de los padres. Mientras quienes tienen estudios superiores superan el 20%, aquellos que únicamente cuentan con la ESO apenas se emancipan el 12,5%.