Cuenta atrás para las elecciones autonómicas en Castilla y León. En marzo de 2026, dentro de cinco meses, tendrán lugar los próximos comicios en la Comunidad y todos los partidos han comenzado a engrasar su maquinaria de cara a unas elecciones determinantes y en las que el foco nacional se centrará en Castilla y León, salvo que el PP opte por activar el 'superdomingo electoral'.
En ese contexto, el Gobierno de la Junta, dirigido desde 2019 por el popular Alfonso Fernández Mañueco, ha presentado un ambicioso proyecto de presupuestos para el año 2026: los más altos de la historia de la Comunidad, dotados de 15.715 millones, casi un 8% más que en 2024, y que cuentan con un marcado carácter social, ya que ocho de cada diez euros van destinados a políticas sociales.
Se trata de unas cuentas con un evidente aroma electoral ya que Mañueco tratará de que la oposición se retrate en las negociaciones para su aprobación, que se iniciarán una vez salga adelante el techo de gasto en las Cortes autonómicas, y PSOE y Vox se verán obligados a medir su actuación a sabiendas de que el papel que jueguen será observado con lupa de cara a los comicios.
El Gobierno de la Junta utilizará la baza de estos presupuestos récord y sociales −que albergan importantes novedades, como aumentar el Bono Nacimiento hasta 5.000 euros o una ayuda de 300 euros para los autónomos− para presentarse como un Ejecutivo "eficaz" y recriminará a las formaciones de la oposición cualquier palo en la rueda que puedan poner para su aprobación, achacándolas, si boicotean su salida adelante, la imposibilidad de poner en marcha esas y otras ayudas.
Por su parte, PSOE y Vox tendrán que calcular sus movimientos ante las negociaciones conscientes de que una posición de bloqueo total de las cuentas podría perjudicarlos, al provocar que pudiesen dar la imagen de ser formaciones irresponsables ante los ciudadanos, pero también de que ser poco exigentes desdibujaría su posicionamiento frente a la Junta a solo cinco meses de los comicios.
Ambos partidos, pues, tendrán que medir milimétricamente hasta qué punto pueden estirar la cuerda, y qué condiciones inamovibles para dar su voto favorable a las cuentas pueden ser asumibles para su electorado, mientras que Mañueco alberga la tranquilidad de saber que podrá anotarse un tanto tanto si los presupuestos salen adelante como si la oposición boicotea su aprobación, al poder presumir de responsabilidad frente a sus rivales.
Unos presupuestos sociales de récord
Mañueco destacó durante la presentación de las cuentas, este martes, que estas serán las más altas de la historia de la Comunidad, con un total de 15.715 millones de euros, casi un 8% más que en 2024, y que ocho de cada diez euros irán destinados a políticas sociales. Un aviso a navegantes a la oposición de todo lo que podría perderse por el camino si se niegan a aprobar los presupuestos.
Además, anunció que la Consejería de Medio Ambiente es la que más aumenta sus partidas y que se iniciará la conversión del operativo contra incendios en público, con el reconocimiento de la categoría profesional de bombero forestal y una mejora en sus condiciones laborales, una de las medidas más exigidas por la oposición y con la que el presidente de la Junta tratará de zanjar las críticas a su gestión de los incendios de este verano.
Después de la votación del techo de gasto, que tendrá lugar en el pleno de las Cortes de la semana que viene, Mañueco señaló que comenzará el diálogo con los grupos para aprobar los presupuestos. "Será el momento de comprobar cuál es el compromiso real de los grupos con Castilla y León y su voluntad de sacar adelante unos presupuestos", afirmó, dejando claro que tratará de retratar a PSOE y Vox.
"Pedimos altura de miras, que destierren el electoralismo y que piensen en el interés general, eso se lo pido a Vox y al resto de fuerzas políticas. Desconozco cuál va a ser la postura del resto de fuerzas políticas porque las declaraciones han sido escasas. Tendremos que ir avanzando en el proceso e iremos viendo qué hacen las fuerzas políticas", añadió.
Retratar a la oposición
El presidente de la Junta confió en que, en esta ocasión, "no haya excusas ni rodeos" por parte de los grupos -después de que el año pasado la oposición criticase que el Gobierno autonómico no registrase las cuentas en las Cortes, algo que sí que ha sucedido este año- y aseguró que no tendrán "líneas rojas" a la hora de negociar.
"No contamos con la mayoría por eso recabaremos el apoyo de los grupos con mano tendida y voluntad de acuerdo y esperamos que en esta ocasión no haya excusas ni rodeos, que todos se sienten a dialogar para llegar a acuerdos en interés de nuestra tierra y de las personas de la Comunidad. Eso debería anteponerse a cualquier interés partidista", señaló, incidiendo en su advertencia a PSOE y Vox.
Mañueco destacó durante su comparecencia en que aprobar los presupuestos autonómicos es una de las tareas "más nobles" que se pueden llevar a cabo en política al dar respuesta con ellos a "las necesidades de los ciudadanos". "A lo largo de las próximas semanas sabremos si el resto de los grupos piensan de la misma manera. Gobernar no es gritar más fuerte", aseguró, presentándose como garante de estabilidad y moderación frente a los extremos.
Este mismo miércoles, el portavoz de la Junta y consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, antes de registrar los presupuestos en las Cortes, insistía en que el Gobierno autonómico tiene la mano tendida a los grupos de la oposición y aseguraba que asumen "todas las críticas".
"El Parlamento consiste en esto, en debatir, hacer críticas y propuestas e intentar llegar a acuerdos. Los grupos nos pidieron que presentáramos el presupuesto, presumiblemente se debatirá la semana que viene el techo de gasto, será positivo que los consejeros puedan ir explicando en las Cortes el contenido de cada sección presupuestaria y una vez se haya explicado detalladamente se abre un foro para intentar llegar a acuerdos", afirmaba.
El consejero ha asegurado que la Junta ha hecho "lo que tenía que hacer" y que ha presentado "un buen presupuesto" aunque ha reconocido que, al no tener mayoría, necesitará, al menos, la abstención de algunos grupos y que trabajará en esa dirección. "Yo mismo trataré de llegar a acuerdos con cada uno de los grupos políticos", afirmaba.
La encrucijada del PSOE
Conscientes de que Mañueco parte desde una posición ventaja con los presupuestos, al poder anotarse un tanto tanto si salen adelante como si la oposición los boicotea, los dos principales rivales electorales del PP, PSOE y Vox, miden su estrategia de cara a unas negociaciones que se presentan complejas y que podrían hacérselos cuesta arriba a ambas formaciones.
Durante la negociación de los presupuestos para 2025, que finalmente no salieron adelante, cada partido optó por una estrategia diferente. El PSOE, con el renovado liderazgo de Carlos Martínez, optó por la mano tendida y permitió que saliera adelante el techo de gasto con su abstención, pretendiendo presentarse como un partido de Estado proclive a los grandes acuerdos.
Con todo, los socialistas pusieron una serie de condiciones al Gobierno de Mañueco para votar a favor de los presupuestos que la Junta consideró inasumibles y, finalmente, la negociación quedó encallada.
En esta ocasión, el PSOE ha asegurado que será "exigente" al negociar y ha calificado de "acto electoral" la presentación de los presupuestos de Mañueco. "Trata de cubrir el expediente", señaló este mismo martes el secretario de Organización de los socialistas de Castilla y León, Daniel de la Rosa, mientras que el dirigente socialista, Carlos Martínez, acusaba a Mañueco de "montar un acto electoral, igual que el año pasado".
Con todo, la vicesecretaria general del partido, Nuria Rubio, ha recordado este miércoles que su partido mantiene la "mano tendida" a la Junta, no solo para negociar las cuentas sino también para impulsar medidas prioritarias para la formación como la Ley de Violencia de Género. Pero ha insistido en mostrar su rechazo al "acto propagandístico del PP" al presentar las cuentas.
A cinco meses de las elecciones, la situación ha cambiado y el PSOE sabe que no puede permitirse aparecer desdibujado y que necesita que su proyecto de alternativa tenga presencia de cara a los comicios. Una situación que anticipa que Martínez será más duro en sus condiciones para los presupuestos habida cuenta, además, de que los socialistas han exigido la dimisión de Mañueco por su gestión de los incendios.
Dar carta blanca o ser excesivamente suave en sus condiciones a un jefe del Ejecutivo a quien han pedido que dimita sería incongruente pero, por otro lado, el PSOE es consciente de que plantear exigencias de máximos y bloquear la negociación podría perjudicarlos electoralmente.
Si sus condiciones son inasumibles eso podría dar argumentos a Mañueco para acusarles de boicotear la aprobación de unas "buenas cuentas" para los ciudadanos habida cuenta, además, de que los presupuestos contemplan la conversión del operativo contra incendios en público, una de sus principales reivindicaciones. Una dura encrucijada para Martínez a menos de medio año de los comicios.
PP y Vox, puentes rotos
Durante la negociación de los presupuestos para 2025, hace ahora un año, Vox optó por una estrategia radicalmente diferente a la del PSOE. La formación encabezada en las Cortes por David Hierro desde la dimisión de Juan García-Gallardo, en febrero de 2025, planteó duras condiciones al Gobierno de Mañueco para negociar la aprobación de unas cuentas que, finalmente, no salieron adelante.
Vox, que gobernó con el PP en coalición en la Comunidad entre 2022 y 2024, exigió al Gobierno de la Junta que se comprometiera a luchar contra la inmigración ilegal y masiva y que rectificara su acercamiento a los sindicatos y, ante su ausencia de respuesta, se negó a sentarse con el portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo.
De hecho, el techo de gasto terminaría siendo aprobado gracias a la abstención del PSOE y con Vox votando en contra y manteniéndose firme en sus principios ante lo que consideraban unas cuentas "progres" del Gobierno de la Junta. Dos posiciones, pues, cada vez más enfrentadas y casi irreconciliables.
Además, el propio Mañueco hizo gala de esa ruptura y de ese distanciamiento arrugando y tirando al suelo las condiciones de Vox en las Cortes solo unos días después de que el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, aceptase unas exigencias similares de los de Santiago Abascal en ese territorio para aprobar las cuentas autonómicas. Unos hechos que llevaron a Hierro a asegurar que el PPCyL era "el peor PP de España".
Un año después, no es previsible que Vox suavice sus exigencias a la hora de negociar los presupuestos para 2026. Los de Hierro son conscientes de que su ascenso a nivel nacional podría tener su eco en la Comunidad −donde hasta hace meses firmaban llegar a los 10 procuradores y ahora aspiran a mantener o incluso superar los 13 que obtuvieron en 2022− y su posición de dureza con el PP ha sido clave para ese auge.
La decisión de la dirección nacional de Vox de salir de los gobiernos que compartían con los populares, hace ya casi año y medio, se ha demostrado efectiva −al evitar de esa manera quedar desdibujado y absorbido por el PP, como le sucedió a Ciudadanos o, más recientemente, a Sumar con el PSOE− y es previsible que los de Hierro mantengan su contundencia, sobre todo en inmigración, a la hora de negociar las cuentas.
Con todo, la formación también tendrá que poner, al igual que los socialistas, en una balanza los riesgos y las oportunidades ya que Mañueco podría hacer valer una excesiva cerrazón de Vox a la hora de negociar para denunciar su irresponsabilidad y su supuesta "pinza" con el PSOE. Un argumento que podría ser efectivo a nivel electoral en una comunidad conservadora y poco dada a las tensiones.
Los partidos afrontan la negociación presupuestaria, pues, con la vista puesta en las elecciones autonómicas que tendrán lugar dentro de cinco meses y Mañueco vuelve a recuperar su posición de fuerza después de un duro verano mientras PSOE y Vox calculan milimétricamente su posición y el límite de sus exigencias, conscientes de que pueden ser determinantes para su resultado electoral en marzo y su influencia en el futuro Gobierno de la Junta.
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