Publicada

Castilla y León se ha despedido ya del veranillo de San Miguel, un episodio meteorológico que ha dejado varios días de sol y calor en pleno mes de octubre en una buena parte de la región.

Si bien, tal y como ha anunciado la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en los próximos días las lluvias, parte de una climatología más propia del otoño, podrían regresar a la comunidad afectando a varias provincias.

Según las previsiones de la Aemet, tras un puente de la Hispanidad marcado por los cielos despejados y las temperaturas por encima de los 20 grados durante las horas centrales del día en gran parte de Castilla y León, a lo largo de esta semana las precipitaciones, aunque débiles y dispersas, podrían empezar a hacerse notar.

Tanto es así, que para este mismo martes, 14 de octubre, pese a que se esperan cielos generalmente despejados, la Aemet sí ha alertado de la posibilidad de lluvias y tormentas, fundamentalmente, en el extremo este de la Comunidad. Si bien, por el momento no se ha activado ningún aviso.

Los datos de Meteored también registran precipitaciones en la provincia de Ávila a partir del viernes, en las de León y Burgos a partir del próximo sábado; y en Valladolid, Palencia, Segovia, Salamanca y Zamora desde el domingo.

De este modo, las previsiones apuntan a que las lluvias serán protagonistas en la región durante toda la semana que viene, al menos hasta el viernes.

Además, estas precipitaciones también llegarán acompañadas de un ligero descenso de las temperaturas mínimas.

Se prevé que las máximas continúen por encima de los 20 grados en gran parte de la región. Sin embargo, las mínimas descenderán hasta los 5 grados en provincias como la de Soria este mismo miércoles.

No obstante, todo hace indicar que la próxima semana las mínimas volverán a subir en toda la comunidad, oscilando entre los 7 y los 10 grados, hasta el último fin de semana de octubre, cuando está previsto un importante descenso térmico generalizado, tanto de máximas como de mínimas, que se hará notar en todo Castilla y León.

Una situación que podría traducirse en un adiós definitivo a un verano que se ha alargado mucho más de lo esperado y a unas semanas marcadas por unas condiciones meteorológicas absolutamente impropias de esta época del año.

Así, tras varios días de calma, ahora parece que Castilla y León se prepara para dar la bienvenida de nuevo a la inestabilidad.