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Vox era un polvorín y en la mañana del lunes 3 de febrero, San Blas, todo ha saltado por los aires. Pocos podían pensar que la crisis provocada por dos procuradores de las Cortes era solo la punta del iceberg, que sumergiéndote más dentro se encontraba el capitán del barco, Juan García-Gallardo, con la maleta preparada para saltar.

Ahora, Vox se ha convertido en un Titanic que se ha hundido en Castilla y León. Pero, ¿qué hay detrás de la dimisión total del político burgalés? Él dice que su comunicado es claro, pero no lo es tanto. Entre otras cosas porque todo apunta a que su renuncia se debe a la expulsión de Ana Rosa Hernando y Javier Teira, pero él dice que es por motivos "independientes y personales”.

“Mi decisión es independiente a la adoptada por quienes han desafiado públicamente a la dirección del partido con exhibiciones de rebelión en Salamanca o constituyendo plataformas de afiliados para cuestionar decisiones relevantes de la dirección en política internacional", afirmó en algo que siembra muchas dudas.

El portavoz nacional de Vox, José Antonio Fuster, no dice lo mismo. Desde Madrid la versión es que se ha negado a expulsar a los dos diputados autonómicos que habían criticado decisiones de la dirección nacional. "Ha permitido una operación para socovar el partido", afirmó. Es cierto que viendo los comentarios que lo dos protagonistas han realizado, quizás los tiros vayan por allí, pero Gallardo quizás ha mirado más al pasado y al futuro.

La revuelta llegada desde Burgos y Salamanca había cuestionado públicamente el paso de Vox del grupo europeo de Giorgia Meloni al de Viktor Orbán, Patriotas, y es algo que está creando muchas dudas en otras provincias, en lo que ya anuncian que será solo el comienzo de más rebeliones. Hernando, ya expulsada, había puesto en marcha una plataforma para recoger firmas y solicitar el cambio de Patriotas a ECR en la próxima asamblea general.

 “El honor consiste en saber lo que hay que hacer, y hacerlo. Juan García Gallardo: gran Vicepresidente, gran Portavoz, y hombre de honor. ¡Gracias por estos años caminando juntos! ¡Ojalá volvamos a encontrarnos pronto!”, afirmó Javier Teira a los pocos minutos de la bomba de la mañana.

Por su parte, Sonia Lalanda, portavoz en el Ayuntamiento de Palencia de Vox, y muy crítica con la cúpula nacional también entendía la situación. “Sabiendo de tu familia y tus valores me costaba entender demasiadas actitudes y variopintas compañías. Intuyo que no te han dejado ser tú mismo desde el principio. Hoy por fin has tomado las riendas. Un abrazo y todo mi respeto y afecto”.

Es decir, que Gallardo intenta dar una versión diferente a lo que todo hace indicar que ha sido un paso atrás por no estar de acuerdo en esta decisión. La gota que ha colmado el vaso hasta el punto de que el vicepresidente de VOX, Ignacio Garriga, tuvo que intervenir porque el que fuera vicepresidente de la Junta se negaba a firmar la expulsión de sus dos compañeros, con los que mantiene buena relación.

 Gallardo ha reconocido que por lo que él llegó a política "ha cambiado" y que la dirección del partido "ha ido ocupando cada vez más espacios en detrimento de los demás". Y es aquí cuando también deja entrever lo que muchas voces críticas, como en su día fueron Macarena Olona. Sánchez del Real o Espinosa de los Monteros, han denunciado en sus marchas una falta de libertad y una cúpula endógamica.

Hay que recordar que otra de las críticas de los salientes es que detrás de la formación de Vox hay otros nombres que mandan más incluso que el propio Abascal, pero que no figuran en ningún organigrama ni papeleta electoral.  La propia Olona fue directa en su última entrevista en laSexta antes de abandonar el partido cargó contra él asegurando que a pesar de que se la llame "loca" , seguiría preguntado acerca de "once millones de dinero público desviado".

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