El número de castellanos y leoneses residentes en Estados Unidos, a fecha de 1 de enero de 2023, asciende a 8.487, esto sitúa al país norteamericano como el quinto del mundo que más ciudadanos originarios de nuestra Comunidad acoge, por detrás de Cuba, Alemania, Francia y, en primer lugar, Argentina. Con estos números es lógico que, y con tantos kilómetros de distancia, el sentimiento de unión se haga mayor. Esa morriña de la que hablan los gallegos se acentúa. Así es como ha nacido 'Amigos de Castilla y León en USA', que tras su inscripción en el Registro de Comunidades Castellanas y Leonesas en el Exterior, ha pasado a ser la primera Casa Regional de Castilla y León en Estados Unidos, con sede en Florida (Miami)

“Por supuesto que lo primero es unirnos y estar juntos, pero la asociación va más allá y pretende ofrecer asesoría y capacitación en exportación, educación, repatriación, así como organizar eventos para la preservación de nuestro legado castellano leonés y nuestras tradiciones centenarias”, explica la secretaria de la asociación, Rut Vilar, salmantina, a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León.

La historia comenzó cuando la presidenta Carmen Jiménez Navarro, abulense, comprobó que en este continente había muchas casas regionales y muchos grupos de WhatsApp, pero ninguna de Castilla y León como tal. Así, este grupo de castellanos y leoneses, como la salmantina Ruth Vilar (ex Google), el decano vallisoletano Pablo Martínez Diente, o los economistas y expertos en inversión Francisco García Nieto (Ávila), Tasio Suárez (León), o Eva Marina Ovejero (Burgos), se unieron en la aplicación de mensajes “con ganas de extender lazos de hermandad y cooperación, viendo que otras comunidades tenían presencia en Estados Unidos a través de sus casas regionales”. Hasta ahora, todas las comunidades castellanas y leonesas situadas fuera de España se encontraban en territorio centro y sudamericano, por lo que esta nueva inscripción representa un hito histórico en el ámbito de la Acción Exterior de la Junta de Castilla y León. Además de la revitalización económica a través de la exportación o el intercambio de talento, la asociación tiene otros pilares estratégicos como fomentar el turismo de la región.

Ahora bien, el castellano y leonés que llega ahora al país del tío Sam ya no es el mismo que en el siglo pasado. Aquí son llamados a filas por empresas punteras como Google, decanos, investigadores, ingenieros y empresarios que deciden cruzar el charco. “Por el carácter humilde, parece que nos cuesta presumir de nuestros logros, aun cuando podrían inspirar a otros. Parte de la razón de existencia de esta asociación, es celebrar nuestro legado en el exterior, y aportar nuestro granito de arena al crecimiento económico de la región que nos crío, explica la salmantina.

En este momento, la asociación se encuentra inmersa en el diseño de un plan de actividades que abarcará varios ámbitos recogidos en sus estatutos. Esta nueva Casa Regional se compromete con la organización de eventos culturales, conferencias, exposiciones y actividades recreativas relacionadas con Castilla y León, además de con el fomento del intercambio cultural, educativo y empresarial entre Castilla y León y Estados Unidos. A corto plazo, “la idea es la de darnos a conocer, ser más gente y posteriormente poner actividades en marcha”, apunta Villar, que en 2019, unos meses antes de la pandemia se trasladó a Estados Unidos junto a su marido y su hijo.

Una de las actividades que tienen más inmediata, además de la de visitar diferentes congresos de Casas regionales, es la de con motivo de la feria de arte, Arteba, en diciembre en Miami, preparan el primero de una serie de pódcast en Spotify sobre un reconocido pintor segoviano. A partir de 2024, y tras la reunión con la Junta, será el momento de preparar un calendario con más eventos.

La salmantina tiene claro que trasladarte a Estados Unidos no es “perder talento” para Castilla y León, al contrario, lo ve como una manera de inversión. “Somos embajadores de la Comunidad. La mano de obra cualificada de este país procede en su mayoría de otros lugares”, afirma, y pone de ejemplo a Javier Olivan, el aragonés director de operaciones de Meta (Facebook, Instagram) que retornó a vivir a España y desde entonces está intentando atraer inversión en el país, en forma de un datacenter de más de 1B de euros en Toledo. “Por el carácter castellano no presumimos lo que deberíamos”, afirma la salmantina. 

Pablo Martínez: "Ya no hay esa sensación de aislamiento"

Pablo Martínez Diente es vallisoletano y como asegura, “ya ha pasado casi más años en Estados Unidos que en España”. Es el vicepresidente de la asociación y desde que visitó este país con el instituto, parece que el hilo rojo les unió para siempre. Aquí ha estudiado la mayor parte de su formación y ahora se dedica a la docencia, por la que ha estado en muchos y diferentes lugares, como Indiana, Kansas y desde 2020, Miami. Él es el encargado de hacer brillar el legado cultural de Castilla y León en USA.

En su opinión, esta Casa Regional llega con el objetivo de “establecer puentes y tener una comunicación mucho más fluida” y recuerda que “ya no hay esa sensación de aislamiento cuando te ibas a otro país”. En caso decidió salir en su día de Valladolid, “pero siento a Castilla y León muy dentro y es de justicia devolver ese cariño”.

El vallisoletano Pablo Martínez Diente

Martínez tiene claro que por nuestro carácter, de ese que hablaba siempre Miguel Delibes o Antonio Machado, “somos tímidos y tenemos que darnos a conocer”, por eso cree que esta asociación es “un desafió”. “Queremos ser la voz de Castilla y León aquí. Unirnos y crecer, cuantos más seamos mejor”.

Este vallisoletano anima a las empresas de Castilla y León a invertir en Estados Unidos, ya que existen menos trabas burocráticas que en España y saca pecho por los paisanos que forman esta asociación. “Tenemos gente de banca, educación, cultura…se ha hecho una muy buena ensalada”, además destaca que se tratan de primera generación, ya que en otras casas regionales de este continente eran sus abuelos o bisabuelos. “Somos primera generación, en su mayoría con títulos universitarios y ofrecemos otra mentalidad más abierta y preparada”, explica.

El educador tiene claro que la imagen que tienen los estadounidenses de nuestra comunidad es la de una tierra con “mucha historia”, de “gente seria, trabajadora y de fiar”. Eso sí, como su compañera Rut, cree que no presumimos tanto como otras comunidades: “Nos falta sonoridad y vistosidad para venderlo, pero tenemos unos valores de fiar y un legado enorme”.

Lo que echan de menos

Eso sí, el estar a tantos miles de kilómetros provoca que siempre se eche algo de menos. En el caso de Rut, es la “pertenencia a una comunidad, la forma de vida. El juntarnos a comer no se da mucho”, apunta. Mientras que para Pablo es “la familia y poder pasear”. Recuerda que en Indiana no había aceras para hacerlo, Y por supuesto la gastronomía, “aunque llegan muchas cosas, aquí no sabe igual”. Además, es futbolero, “y no es lo mismo ver al Pucela en Zorrilla que verlo en internet”, aclara. Eso sí, siempre con su camiseta blanquivioleta mítica con la publicidad de la firma Helios.

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