El actor y director residente en Valladolid, Jon Viar, durante un acto de El Jacobino.

El actor y director residente en Valladolid, Jon Viar, durante un acto de El Jacobino.

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El Jacobino, el proyecto de izquierda centralista aterriza en Castilla y León: "Un vallisoletano no puede tener menos derechos que un vasco o un catalán"

El intérprete Jon Viar, residente en Valladolid, y el portavoz de la formación, Guillermo del Valle, apuestan, en una entrevista con EL ESPAÑOL de Castilla y León, por "acabar con los privilegios" y defienden aunar "la cuestión nacional y la social"

14 octubre, 2023 07:00

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El Jacobino lleva más de tres años configurando un espacio de izquierda centralista y antinacionalista que sea alternativa a PSOE y Sumar en España. Lo que comenzó como un canal de YouTube y un think tank de análisis político, ha terminado desembocando en una iniciativa que vivirá su bautismo electoral en las elecciones europeas previstas para junio de 2024. Una cita electoral que los responsables de la nueva formación ven como una "oportunidad" ante las características de la misma, con una circunscripción única que da más oportunidades a los pequeños partidos.

El proyecto está iniciando su penetración en Castilla y León y cuenta en Valladolid con el actor y director Jon Viar (Bilbao, 1985) como uno de sus principales representantes. El intérprete, que lleva residiendo tres años en la ciudad debido a su trabajo como profesor de la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León, se dio a conocer con su documental 'Traidores' (2020), una reflexión sobre el nacionalismo vasco que cuenta como hilo conductor la historia de su padre, militante de ETA en los años 60 y que después renegó de la ideología nacionalista.

Viar y el portavoz de la formación, el abogado Guillermo del Valle (Madrid, 1989), explican a EL ESPAÑOL de Castilla y León los principales postulados del nuevo partido, sus expectativas electorales y las posibilidades de implantación en la Comunidad, en la que, según aseguran, están tejiendo una estructura política y confían en tener "un papel importante" ante una izquierda institucional que, a su juicio, no representa al votante progresista mayoritario de Castilla y León.

Pregunta.- El Jacobino es una iniciativa de izquierda centralista e ilustrada, ¿cuál es la mayor crítica que le hacen a la izquierda institucional actual?

Jon Viar.- La izquierda nos ha defraudado en el aspecto socioeconómico, porque se ha abandonado la socialdemocracia y se ha tendido hacia el socioliberalismo, y por toda la cuestión del particularismo, porque en lugar de defender lo común la izquierda ahora defiende ese narcisismo de las pequeñas diferencias. Creo que muchas veces, en el caso de España, no nos damos cuenta de que la cuestión nacional es la cuestión social también. Cuando hablamos de jacobinismo no es un fin en sí mismo, sino un medio para garantizar la igualdad.

"Hay que devolver el principio de igualdad al centro del discurso"

Guillermo del Valle.- La mayor crítica es que nosotros creemos que es perfectamente posible un proyecto social, que defienda el trabajo digno, los servicios públicos y las condiciones materiales frente a la uberización y el crecimiento de las desigualdades, y a su vez oponerse a ese abrazo al particularismo de la izquierda actual. Hay una frase muy buena de Félix Ovejero que es: "En vez de luchar por igualar las posiciones de partida de todos al inicio de la vida, parece que hay que diseñar una carrera a medida de cada cual".

Se han interpretado la diversidad y la diferencia como emancipadores y nosotros creemos que no, que hay que devolver el principio de igualdad al centro del discurso. Desde una perspectiva de izquierdas, las desigualdades sociales y económicas crecientes son una preocupación central y tenemos que combatirlas de forma efectiva. Defender un modelo territorial que las agrave es inaceptable. Un vallisoletano no puede tener menos derechos que un vasco, un madrileño o un catalán.

El actor Jon Viar, el responsable de comunicación de El Jacobino, Arturo Fernández y el portavoz, Guillermo del Valle, en un acto de la formación.

El actor Jon Viar, el responsable de comunicación de El Jacobino, Arturo Fernández y el portavoz, Guillermo del Valle, en un acto de la formación.

P.- ¿Y cuál es su mayor crítica a la derecha liberal actual?

J.V.- Desde los años 80 esos partidos han virado cada vez más a pedir menos Estado y ahora estamos viendo algunos discursos anarcocapitalistas que hablan del Estado como si fuera el enemigo. Nosotros pensamos que el Estado es lo único que nos puede defender en un capitalismo desregularizado.

Los populismos surgen porque los estados de Derecho democráticos ya no nos garantizan la paz social, es decir, unas condiciones de trabajo dignas. Los monstruos tienen su origen en esta depauperación de la clase media.

"Una democracia no se sostiene con desequilibrios sociales brutales"

G.D.V.- La derecha neoliberal una idea de patria con un impulso muy esencialista pero a su vez defienden un fundamentalismo de mercado. Las relaciones laborales no son las relaciones mercantiles, y esto es de primero de Derecho no de primero de comunismo, y decir, como ha dicho Ayuso, que "no hay trabajos basura", en ciudades donde hay gente que trabaja todo el día y todos los días y no tiene sus condiciones materiales cubiertas para nada, yo creo que ahí existe una contradicción fuerte. 

Hay una falta de reparto, una falta de distribución y de garantía de las condiciones materiales, y eso es un problema no solo para la igualdad, sino también para la libertad y la democracia. Una democracia no se sostiene con desequilibrios sociales brutales.

P.- ¿Cuál es su modelo territorial? ¿Abogan por la desaparición de las autonomías o tan solo por la recentralización de algunas competencias?

G.D.V.- La organización territorial del Estado no es un fin en sí mismo. Nosotros creemos que la evolución del Estado de las autonomías ha tenido unas dinámicas hecho diferenciales que nada tienen que ver con el bien común, con la igualdad, con la distribución e incluso con la eficacia y la eficiencia. Tenemos un mercado laboral cooptado en el que las lenguas cooficiales se utilizan como barrera para privatizar parte del mercado de trabajo, eso no ayuda en nada a una clase trabajadora depauperada.

"Ayuso defiende una supuesta unidad de España pero con competencia fiscal salvaje"

O las cuestiones fiscales. Hoy mismo he escuchado a Ayuso decir que nada de armonización fiscal, que Madrid tiene que competir con ciudades globales. Es decir, defiende una supuesta unidad de España pero con competencia fiscal salvaje. El Estado de las autonomías hay que revisarlo profundamente y con los derechos históricos de territorios forales, lógicamente, no puedo estar de acuerdo. Y parece razonable que competencias esenciales como educación, sanidad, seguridad o política fiscal vuelvan al Estado central para que no haya desigualdades neofeudales. Queremos que desaparezcan los privilegios y es bueno que exista una voz desde la izquierda que diga esto. 

J.V.- Si aspiramos a una Europa federal, que sea una unión política, ¿cómo nos van a tomar en serio si en nuestro propio país defendemos asimetrías? Que la derecha defienda asimetrías y el PP defienda el cupo vasco me parece lógico, no lo veo una aberración, pero que lo haga un partido como Sumar pues me parece una incoherencia total.

P.- La reforma del sistema electoral sería condición sine qua non para que los partidos nacionalistas no condicionasen los Gobiernos, ¿cuál sería su modelo?

G.D.V.- Hay que ir hacia un sistema verdaderamente proporcional. La clave son las circunscripciones, hay que hacer una reforma electoral verdaderamente proporcional, que combine la circunscripción única con la autonómica o provincial, y que no haga depender la gobernabilidad de España en partidos que tienen concentrados sus votos en determinadas comunidades y que quieren romper el orden constitucional y la unidad política de España. Incluso se podría contemplar una prima para el partido ganador.

"Competencias como educación, sanidad, seguridad o política fiscal deberían volver al Estado central"

El portavoz de El Jacobino, Guillermo del Valle, en un acto de la formación.

El portavoz de El Jacobino, Guillermo del Valle, en un acto de la formación.

P.- Mucha gente en España identifica automáticamente esta concepción centralista de lo territorial con un programa económico escorado a la derecha pero su programa económico pone mucho el énfasis en lo social, ¿cuáles serían sus principales ejes?

G.D.V.- Existe un error de concepto brutal. La descomposición territorial de los estados y el confederalismo a lo que beneficia es al neoliberalismo, todos los teóricos neoliberales estaban a favor de la secesión y de los pequeños estados. Centralismo y neoliberalismo casan muy mal. Nuestro programa se basa en revertir la centrifugación territorial pero no para pasear las banderas de España sino para tener un Estado social.

Nuestra prioridad es el trabajo, no podemos ser una izquierda solo de las ayudas y las transferencias, ha habido una depauperización del trabajo, con empleo a tiempo parcial y precariedad lacerante, llegándose al fraude laboral. Desde finales de los 80 se está compitiendo a la baja y esto es letal y macroeconómicamente poco inteligente porque no podemos competir en salarios con la India, Brasil o Marruecos en una economía abierta. Yo creo que hay que dar una batalla europea por una Europa más social y más equilibrada, hay otras maneras de competir y no se puede competir a la baja en precariedad y neoesclavitud.

"La descomposición territorial de los estados y el confederalismo beneficia al neoliberalismo"

Hay otro eje de producción y redistribución. Pagan más impuestos las rentas del trabajo que las del capital y eso no es casual, tiene que ver con un diseño hecho para beneficiar a unos determinados intereses, y a eso hay que darle la vuelta.

P.- ¿Qué opinión tienen acerca del feminismo hegemónico en la actualidad? ¿Y de la cuestión trans?

G.D.V.- El Jacobino aboga por el ideal ilustrado del concepto de ciudadanía y el feminismo de la igualdad buscaba incluir a la mitad de la población que estuvo excluida. Eso es una aspiración justa y razonable que hay que completar. Pero luego están las derivaciones de las nuevas olas del feminismo, de la diferencia, y cuando perdemos el vector universalista y buscamos el gueto identitario llega la penetración de ideas irracionalistas o incluso supersticiosas.

El plano emocional e identitario no pueden traducirse automáticamente en leyes, que además son una chapuza, que reconozcan que cada querencia identitaria se convierta en un derecho, porque eso tiene consecuencias muy perjudiciales. Nuestra posición es universalista e igualitaria, no identitaria.

"El plano emocional e identitario no pueden traducirse automáticamente en leyes, que además son una chapuza"

P.- En lo relativo a la política exterior, ¿cuál es su postura sobre la Unión Europea?

G.D.V.- Europa, frente a las alternativas reaccionarias del regreso a la tribu, puede ser una posibilidad. Eso no significa hacer un fetiche de cualquier Europa, nosotros defendemos una Europa social y democrática, nosotros queremos debatir sobre Europa. Europa es algo más que Maastricht. 

Jon Viar y Guillermo del Valle en un acto del Jacobino.

Jon Viar y Guillermo del Valle en un acto del Jacobino.

J.V.- La idea de la Unión Europea vino de gente socialista y luego eso se pervirtió en los años 80 y hay una crítica muy comprensible en sectores de la izquierda contra la UE. Pero a veces hay discursos que pecan de una cierta ingenuidad cuando dicen que hay que salir de Europa. Pero la finalidad debe ser que sea una unión política que permita una redistribución y no una unión monetaria que fomente asimetrías. Pero si queremos defender eso, insisto, habrá que defender lo mismo de nuestro propio país.

G.D.V.- Es que hay gente que se dice europeísta pero que con sus políticas de austeridad indiscriminada lo que ha fomentado es la aparición de bolsas de pobreza y la generación de extremos antipolíticos que beben de los perdedores de la globalización. Ni eso ni el regreso tribal e identitario.

"El Norte de Europa tiene que entender que hay que buscar una unión más equilibrada"

Una Europa social y democrática, pero para eso hay que hacer una transformación importante y el Norte de Europa tiene que entender que hay que buscar una unión más equilibrada porque el Sur no puede ser una especialización en servicios y trabajos basura, porque eso es una debilidad muy importante. No es serio que haya un impuesto de sociedades del 4% en Irlanda, socavando a los países del Sur, y que nosotros tengamos una deuda pública del 130%, eso es el camino más directo al precipicio y allana el camino para que las clases populares voten a la extrema derecha.

P.- Una de las críticas que se le suele hacer a la izquierda postmoderna es su excesiva complacencia con religiones como el islam y sus políticas de inmigración, ¿qué posición tienen a este respecto?

J.V.- Con el tema de la inmigración hay mucha demagogia. Muchas veces lo más fácil es convertir al inmigrante en el chivo expiatorio y en ese sentido conocemos bien como son los nacionalistas en el País Vasco o en Cataluña, que son lo mismo, y creo que es nefasto. Pero con respecto al islam, estamos viendo que en países occidentales hay una parte de la izquierda que defiende que las mujeres lleven el burka como si fuera una conquista cuando a muchas mujeres las están matando por no llevar el burka en otros lugares.

La izquierda ha renunciado a la igualdad, defiende las identidades y esta es otra identidad más. Es inexplicable. Ahora estamos viendo también a gente que defiende a Hamás, que no quiere un Estado palestino, lo que quiere es una república islámica. Esta degradación de la izquierda postmoderna lo que provoca es una reacción y que la gente vote a la extrema derecha. Yo tengo amigos gays y amigas en Francia que votan a Marine Le Pen y Éric Zemmour precisamente por estos temas, si la izquierda renuncia al laicismo y a los valores de la Ilustración para defender el particularismo, sucede lo que está sucediendo. 

"Una parte de la izquierda defiende que las mujeres lleven el burka como si fuera una conquista"

G.D.V.- Acabamos de estar en Francia en unas jornadas de la Izquierda Republicana y Socialista y allí ha habido una ruptura con Mélenchon porque ha asumido ese islamogauchisme. De la misma manera que queremos una escuela pública y laica con todas las religiones fuera, no como dice Esquerra Republicana que quiere el catolicismo fuera y el islam dentro, también predicamos un laicismo identitario. Ese principio es fundamental y permite afrontar el tema de la inmigración. Ni fronteras abiertas neoliberales para maltratar a la clase obrera ni los reaccionarios que quieren bloquear de la ciudadanía a los extranjeros que vienen a España buscándola y cumpliendo las leyes.

P.- Han mostrado su intención de presentarse a las elecciones europeas previstas para junio de 2024, ¿cómo llevan el proceso? ¿estarían abiertos a pactos?

G.D.V.- Las elecciones europeas de 2024 son el momento, llevamos trabajando tres años y es nuestra oportunidad, con circunscripción única, ilusión y trabajo. Creo que tenemos una oportunidad real y hay una necesidad real. Estamos abiertos a pactar con mucha gente que viene del PSOE, de Izquierda Unida, que los tenemos ya incorporados en nuestras filas. Sectarismo no, pero los pactos tienen que ser en torno a ideas y programa. 

P.- En los últimos años han surgido distintas iniciativas que reclaman una izquierda con un programa social en lo económico pero alejado de la izquierda postmoderna, ¿qué opinan de grupos como el Frente Obrero o ese grupo que parece estarse configurando en torno a exmiembros de Ciudadanos, La Tercera España? ¿se plantearían candidaturas conjuntas?

J.V.- Sobre esta historia de La Tercera España, con todo el respeto porque algunos de ellos son amigos nuestros, querría hacer una reflexión. Zapatero provocó escisiones en el PSOE como UPyD y Ciudadanos que perdieron la oportunidad de conformar una fuerza socialdemócrata que criticara todos los desmanes de Zapatero. Su error fue que solo criticaron su degradación en un sentido territorial pero no las cuestiones socioeconómicas. Zapatero fue un neoliberal de libro en su Gobierno, fue lo más alejado a un dirigente socialdemócrata, y criticarle solo por la cuestión territorial fue un error, y es muy difícil formar una candidatura con gente con un programa liberal.

"En las europeas tenemos una oportunidad y hay una necesidad real"

Con respecto al Frente Obrero, creo que es un fenómeno populista e inquietante que no respeta el Estado de derecho y que representa todo lo contrario a los valores de la ilustración y del laicismo que representa El Jacobino. 

G.D.V.- Yo hago un llamamiento a todos aquellos que compartan estas preocupaciones y aúnen la cuestión social y nacional, que son la misma cuestión, porque la cuestión nacional es la condición de posibilidad de la redistribución, y les invito a que participen con nosotros y que hagamos una opción política amplia e inequívocamente en la izquierda. No vamos a hacer nada transversal ni en el centro centrado porque es un error y no nos representa.

P.- ¿Qué creen que podría aportar un proyecto como El Jacobino a Castilla y León? ¿consideran que puede tener encaje social en la Comunidad?

J.V.- Estoy un poco sorprendido por los discursos de Vox en la Comunidad, es un conservadurismo que no es la derecha liberal, es una derecha tradicionalista tendente a generar redes clientelares. Es algo reaccionario, en el sentido de volver a una sociedad más conservadora y casi feudal, y me inquieta el papel que pueda jugar Vox en la cuestión de la cultura. Nosotros hemos denunciado cuando ha habido censura woke por parte de la izquierda progre pero también está habiendo censura reaccionaria y conservadora en ciertos aspectos que también es inquietante.

"Hemos denunciado la censura woke pero también está habiendo censura reaccionaria"

G.D.V.- El Jacobino tiene gente muy válida en Castilla y León, como por ejemplo Pedro García Crespo, y estamos tejiendo una estructura con un foco importante en Valladolid. Creo que podemos tener un papel porque en la Comunidad hay un Gobierno muy reaccionario y Vox en Castilla y León está muy centrado en las batallas culturales. No podemos estar a favor de la libertad de expresión frente a la cancelación woke y a la vez defender una cancelación nacionalcatólica. 

P.- ¿Cómo ven la situación de la política de la Comunidad y de la izquierda en particular?

G.D.V.- El Jacobino mira con atención lo que pueda ocurrir en la izquierda, porque no se puede comparar un discurso de Luis Tudanca, que está totalmente desdibujado, con el que podía tener una persona que fue importante en el PSOE de Valladolid como Soraya Rodríguez, que ha sido siempre muy clara. Soraya sigue defendiendo ideas socialdemócratas y es muy crítica con la amnistía y los privilegios fiscales e identitarios y parece congruente que una socialdemócrata diga eso. No me creo que el votante mayoritario del PSOE en Castilla y León esté con la amnistía, y Tudanca y Óscar Puente se limitan a decir lo que dice Pedro Sánchez.

"No me creo que el votante mayoritario del PSOE en Castilla y León esté con la amnistía"

Es curioso, porque parece que Francisco Igea en el Grupo Mixto se erige como la oposición al Gobierno de derechas con más contundencia que el PSOE. Yo ahí veo un boquete y yo creo que nuestra formación puede dirigirse al electorado del PSOE y de la vieja Izquierda Unida en Castilla y León y El Jacobino va a estar atento a lo que se mueva en la Comunidad. Si uno está en posiciones socialdemócratas y está en contra de los pactos con los nacionalistas no tiene porque irse al centro, puede seguir siendo socialista. Hay que echar a la derecha pero también a las malas políticas de la falsa izquierda.