La bronca ha vuelto este miércoles a las Cortes de Castilla y León después de semanas de inusual tranquilidad. El presidente de la Cámara, Carlos Pollán, se ha visto obligado a llamar al orden en varias ocasiones después de un cruce de acusaciones entre los representantes de Unidas Podemos y Ciudadanos, Pablo Fernández y Francisco Igea, y la bancada de Vox.

Fernández ha acusado a Vox de haberle llamado "hijo de puta" durante la sesión plenaria de este martes y les ha tildado de "gallinas" por no contar con "armas" para debatir con él. Pollán ha negado que el insulto se hubiera producido y, ante la petición de Vox de que se retirara del diario de sesiones por "falsedad", el presidente de las Cortes ha argumentado que no figuraba al no haberse producido.

Por otro lado, el portavoz de Vox, Carlos Menéndez, ha acusado a los procuradores de Unidas Podemos y Ciudadanos de llevar a cabo un "señalamiento y provocación" contra su partido, y ha asegurado que ese tipo de actuaciones llevan a situaciones como la agresión esta misma semana a la candidata de la formación en el municipio catalán de Lloret de Mar. Unas afirmaciones derivadas de los calificativos de Fernández e Igea a su iniciativa sobre los okupas, asegurando que recurría "al miedo".

El representante de Ciudadanos, Francisco Igea, ha calificado de "absolutamente intolerable" esa acusación y ha exigido a Pollán que retirase la aseveración del diario de sesiones, algo que el presidente de la Cámara no ha hecho. Ante este hecho, el procurador liberal ha denunciado el "desamparo" que, a su juicio, sufren algunos representantes de la oposición en la Cámara.

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