La Junta lo deja todo en manos de los ciudadanos. Casi dos años después del inicio de la pandemia, el vicepresidente, consejero de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior, y portavoz de la Junta, Francisco Igea, cree que es el momento de “apelar a la responsabilidad de los ciudadanos y los sectores para exigir mayor seguridad”.

Por este motivo ha anunciado la puesta en marcha de una “campaña en positivo” para concienciar y para la “su diseño” se convocará a todos los sectores de la sociedad para lanzar una campaña de información sobre los protocolos COVID, que se podría resumir en los ya conocidos del uso obligatorio de mascarilla en interiores, mantener la distancia de seguridad y evitar aglomeraciones.

La intención “es promocionar entornos seguros en la Comunidad”, hablar con los ayuntamientos para que eviten la organización de eventos con saturación de personas o situaciones de riesgo. “Si no te sientes seguro, no estés ahí”, ha recomendado el portavoz durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno. “Eso lo va a entender todo el mundo”, ha apuntado.

Adultos

“Hay que pensar si somos capaces de dirigirnos a nuestros ciudadanos como adultos. Todos sabemos cuáles son las conductas de riesgo. Es el momento de pedir a todos que seamos responsables y no dejarlo todo a la norma, que a veces no funciona porque no se cumple y genera falsa sensación de seguridad”, ha asegurado.

Igea ha manifestado que “tenemos que mantener la seguridad y la actividad al mismo tiempo; con responsabilidad individual y colectiva”. “Va siendo hora de que asumamos que en esta vida no todo te lo tienen que solucionar cuando llevamos dos años viendo qué pasa”, ha reprochado el vicepresidente.

El portavoz ha insistido en el sentido común a la hora de la organización de eventos durante las próximas Navidades. "tenemos que promover eventos con seguridad, con distancia y mascarilla. Si decido organizar una fiesta con 200.000 personas, ¿qué probabilidad hay de que se cumplan las normas?”. Por último, ha negado negó presiones del sector hostelero para evitar implantar el pasaporte COVID.

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