Aviso importante: señoras y señores, damas y caballeros debido a que la industria del cine de Hollywood y Disney, entre otros muchos, han idealizado el amor en las comedias románticas y en los cuentos, nunca encontraremos nuestra media naranja. Es un hecho. Asúmanlo.

Pero ¿existe ese concepto? Es decir, ¿hay alguien dentro del planeta tierra, entre los casi 8.000 millones de habitantes que te complemente de tal modo que puedas decir, por fin encontré el amor verdadero?

¿O por el contrario las posibilidades son varias, y dentro de esos millones de personas, hay varias que podrían cumplir con esas expectativas?

Hay varias corrientes de pensamiento al respecto.

Una de ellas considera que esa persona es única e irrepetible. Y que, si tienes mucha suerte, en los periplos de tu existencia la encontrarás y seréis felices toda la vida comiendo perdices. De esta corriente son seguidores acérrimos los guionistas del Diario de Noa, Titanic o Dirty Dancing.

Por otro lado, otras voces dicen que la media naranja no existe, que hay personas con las que encajas mejor que con otras, además de sentir una gran atracción por ellas y que en cualquiera de esos casos podrías tener una vida fructífera y relativamente feliz. De esta opinión son asiduos followers los productores de Élite, Al salir de clase o Compañeros.

Entonces ¿con cuál de las dos opciones nos quedamos? En realidad, todos o casi todos queremos o anhelamos la primera opción y finalmente tenemos que aceptar la segunda. Y todo esto si hay suerte, porque en muchos casos ni siquiera se llega a alcanzar. Manteniendo finalmente una relación con otra persona por el mero hecho de no estar solo.

La realidad ¿cuál es?, la desconozco. Supongo que hay tantas realidades como personas en el planeta. Pero sí puedo aportar algunos datos que desde mi punto de vista pueden ayudar a esclarecer varias incógnitas.

El amor verdadero, el que te rompe esquemas, el que te remueve por dentro, el que hace que no quieras comer, con el que te emocionas con cualquier cosa y vives como si fueras caminando entre nubes de algodón, sí existe. Pero no siempre llega. Se suele sentir más fuerte en la adolescencia, donde todos estos aspectos anteriores se multiplican por mil. Posiblemente por culpa de las hormonas, que están por el medio, haciendo de las suyas y acrecentando esos sentimientos. Pero que no quepa duda de que son reales.

¿Esto mismo puede pasarte en la edad adulta? La respuesta es sí, pero es menos probable. En cambio, si te llega, sentirás las mismas sensaciones, aunque algo más serenas y reposadas.

¿Qué si ese amor tan fuerte puede durar toda la vida?, no le cabe duda a nadie. Envejeceréis juntos y todo será como un bonito cuento de hadas.

Pero ¿qué pasa si ese amor tan grande no llega? La respuesta es sencilla, sobrevivirás. Si eres inteligente compartirás tu vida con alguien compatible contigo a quien quieras y ames, aunque no con la intensidad que nos deslumbra en el cine. Pero estarás a gusto y serás feliz.

Y si ese segundo caso tampoco llega, sé listo. No te agarres a un clavo ardiendo solo por intentar ser feliz, escucha al refranero español cuando dice que se está mejor solo que mal acompañado. No te metas en una relación absurda solo por estar con alguien. Porque créeme, te acabará pasando factura, serás un desgraciado que pondrá los fines de semana en su televisión las grandes comedias románticas armado de bata, clínex, chocolate y palomitas.