En la rueda de prensa posterior al consejo de ministros del pasado martes, comparecieron nada menos que tres ministras: la ministra portavoz, la vicepresidenta primera, ministra de economía y la ministra de hacienda para presentar de forma coral como les gusta decir a los cursis, el anteproyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2023, que se estuvieron negociando hasta la madrugada anterior a la reunión del Gobierno entre sus dos facciones, aunque vistas las declaraciones de los ministros podemitas, 'Su Sanchidad' se limitó a negociar con la vicepresidenta segunda ignorando al resto de los ministros podemitas, quienes en paralelo a la comparecencia del triunvirato gubernativo presentando los presupuestos aprobados, afirmaban que aún quedaban muchos flecos por aprobar.

Y es que una vez más, el trilero inquilino de la Moncloa se los ha llevado al huerto en la seguridad de que habrá "mucho ruido y pocas nueces" porque los miembros podemitas del gobierno, por mucho que protesten, no tienen donde ir, y son muchos miles de millones los que manejan desde los ministerios y muchos centenares de correligionarios colocados cobrando una nómina oficial que ni en el mejor de sus sueños hubieran imaginado. Llegan a acusar de deslealtad la subida de un 25% en el presupuesto de defensa, y tiene que salir la titular de defensa a aclarar que esa subida sí se había aprobado en el Consejo de Ministros y en el que se aprobaron los presupuestos no había faltado ninguno. Parece evidente que 'SuperSanchez' una vez más decidió resolver los temas más conflictivos con la Vicepresidenta Díaz, sin prestar la más mínima atención a las peticiones del resto de los podemitas.

Y no hay más que echar un vistazo a los comentarios publicados en todos los medios independientes para coincidir con ellos en que son unos presupuestos de un derroche inimaginable en los que, a pesar de la situación económica que estamos viviendo en España, se puede tirar la casa por la ventana con el único objetivo de ganar las próximas elecciones y así, los titulares de los periódicos los califican de: "presupuestos electorales", "presupuestos inadecuados",  "para los tiempos que vienen, más gasto en año electoral, un clásico", "el gobierno ignora el frenazo y dispara el gasto un 10%", "Moncloa presenta unas cuentas de cartel electoral", "un presupuesto para un año electoral que ignora la crisis", "Sánchez quiere seguir", "las cuentas más electoralistas", "presupuestos insolidarios", "los presupuestos de los pensionistas", etc.

Tan sólo El País afirma que "el presupuesto refuerza el escudo social ante el menor crecimiento". ¿Qué raro, verdad?

La única verdad es que son expansivos con un volumen de gastos como nunca hasta hoy, para lo cual han cuadrado a capón los ingresos, aparentando una reforma fiscal lo que es pura y llanamente una subida de impuestos, en la que una vez más la clase media y trabajadora queda abandonada, aunque pretendan maquillarla con una mínima rebaja a las rentas inferiores a los 21.000 euros, y el célebre 'impuesto a los ricos', pero por supuesto sin hacer el más mínimo esfuerzo en el recorte del gasto. Por si esto no fuera suficiente, antesdeayer el Banco de España y ayer el servicio de estudios del BBVA, han advertido que el crecimiento económico anunciado por el Gobierno se verá reducido a la mitad y que una vez más, finalizado el año 2023 seguiremos siendo los únicos europeos sin alcanzar el nivel económico previo a la pandemia, y que la inversión no crecerá un 9,4 como dice el Gobierno sino un 1,7.

Presumían las ministras en la rueda de prensa que estábamos ante los prepuestos más sociales de la historia, y aquí no mentían, si tenemos en cuenta que una buena parte de lo recaudado habrá que dedicarlo a subir las pensiones, (un 8,5%), el sueldo de los funcionarios, (un 3.5%), los parados,(22.000 millones), los jóvenes que cumplen 18 años y van a votar por primera vez (400 euros), el importe de las becas, los 100 euros por cada recién nacido, y los montones de pagas, paguitas y subvenciones, destinadas a comprar el voto. Sin olvidar la subida de sueldo de los Diputados, (un 3,5%), y ayer mismo nos enteramos de que el Gobierno se había subido el sueldo un 4%. Pues está claro, o seguimos subiendo los impuestos o seguimos incrementando la deuda hasta cifras no asumibles, pero que hipotecará el futuro de nuestros hijos y nietos. De momento tú y yo le iremos pagando su campaña electoral, porque de recortar el gasto público, "ná de ná". Y mientras tanto, los intereses de la deuda pública, (31.000 millones) siguen subiendo.

Y todavía nos queda por conocer los 'peajes' que el PNV, ERC, Compromis, Teruel existe, Bildu y el resto de compañeros de viaje exigirán para dar su voto favorable a los presupuestos.

'SuperSanchez' se ha empeñado en hacer dos Españas, una que paga y otra que cobra, se ha empeñado en gastar lo que no tiene, lo que en palabras de Carlos Herrera hace de él un "individuo sin escrúpulos y sin ningún tipo de vergüenza".

En fin, seguiremos de cerca el recorrido de los presupuestos por el Congreso, que a buen seguro sacará adelante a golpe de talonario.

Hasta el viernes que viene.

P.D. … y en Valladolid los ciclistas siguen por las aceras