También aquí, en la distancia neoyorquina donde me encuentro llega la triste y a la vez cercana noticia de la muerte del pintor y gran amigo César Palacios. Un artista genial en el manejo de sus pinceles en toda su extensión para plasmar el movimiento, la figura y el color del toro y el torero.

Disfruté desde hace muchos años de la amistad de César, de la mano de comunes amigos, también artistas como los hermanos Revelles, en multitud de ocasiones en las que convivimos momentos inolvidables que ahora renacen con fuerza. Como las exposiciones que realizó con gran éxito y a las que asistíamos con entusiasmo de fans.

Y es que César era, que triste hablar de él en pasado, un hombre próximo cordial y con gran sentido del humor, incluso en momentos difíciles que, también los tuvo, pero que siempre los sobrellevaba con entereza y hombría. Su fuerza de luchador incansable era contagiosa y demostraba que solo así podía seguirse adelante.

Tengo como un tesoro los cuadros que le compré y su bellísima "Tauromaquia de las extremidades", así como los dibujos y apuntes que sobre una servilleta, entrada o posavasos te hacía con su bolígrafo siempre generoso y brillante.

Recuerdo, es el momento de resucitarlos, cuando en una corrida veraniega en Las Ventas en compañía de Doroteo de Pedro y Fernando Arrabal, sentados en barrera, le presenté a este último, al entonces arenero César Palacios y como le dedicó a aquel un dibujo en el programa de ese día ante el asombro de Fernando. Tanto es así que éste le dedicó a su vez un artículo qué escribió para la revista de la empresa, en el que resaltaba, "la gracia y el donaire, con que el arenero y pintor Cesar Palacios rastrillaba la arena para suprimir la sangre del toro".

Y es que a César no se le cayeron los anillos por desempeñar tan digna labor, siendo como era un gran artista del pincel, al igual que tantos otros artistas tuvieron que pasar por trances parecidos.

La merecida placa en Las Ventas de este mismo año así atestigua su calidad humana y artística, al igual que nuestra Asociación Taurina Parlamentaria también se lo reconoció premiándolo, precisamente también en dicha plaza, que era la suya, en el año 2016.

Con la sentida condolencia para su viuda y demás seres queridos, su ejemplo de sencillez y hombría de bien, siempre permanecerá en nuestra memoria.