El país vecino tiene un número de muertes 32 veces menor que España, proporcionalmente hablando. Yel 82% de las empresas trabajan con normalidad.

“La Raya” (como dicen en Salamanca y Zamora), o sea los más de 1.200 kilómetros de frontera entre Portugal y España, están sirviendo de “cortavirus” porque el país luso fue uno de los últimos en registrar casos del Covid19, y por ello tuvo mucho tiempo para actuar, aunque sus dirigentes, cautos, no hablan de triunfos.

“España, con una población de 47 millones de habitantes, había reportado hasta este 17 de abril más de 188.068 contagiados y 19.478 muertos, según cifras de la Universidad Johns Hopkins de EE.UU. Es decir, 389 muertos por cada millón de habitantes.

En Portugal, con algo más de 10 millones de habitantes, se registraba el mismo día poco más de 19.022 casos confirmados y 657 muertos (66 muertos por cada millón de habitantes).

¿Cómo se explica esta enorme diferencia entre dos países vecinos y con una importante relación transfronteriza?” (Mar Pichel BBC News Mundo,15 abril/20)

Del corresponsal de ABC en Lisboa, actualizado al 12 de abril pasado, extraemos lo siguiente:

 “Se trata, sobre todo, de dos factores clave: que las medidas drásticas de contención se aplicaron con anterioridad, incluso con una baja incidencia de la pandemia, y que el Gobierno (igualmente socialista, pero en solitario) no ha cometido las negligencias que caracterizan día tras día la gestión de Pedro Sánchez, sin olvidar que la cohabitación entre el primer ministro, Antonio Costa, y el presidente conservador Marcelo Rebelo de Sousa funciona con envidiable sintonía”.

Nosotros añadimos el último rifirrafe, en un titular de El País del pasado jueves 16, dónde el intolerante Iglesias la vuelve a liar con el ministro Escrivá en plena crisis de la pandemia.

“El Gobierno luso -prosigue el corresponsal- se lo tomó muy en serio desde el primer instante y no cayó en el error de alentar la asistencia masiva a las manifestaciones feministas del 8-M, exactamente seis días después de registrarse el primer caso de la nueva enfermedad en Lisboa, a causa de alguien que había regresado de un viaje a Italia”.

Para el profesor Alexandre Abrantes, subdirector de la Escuela Nacional de Salud Pública de Portugal, hay varios factores que lo explican: “Para empezar, en esta crisis Portugal tuvo la gran ventaja del tiempo. Como ocurrió también en Grecia, el coronavirus llegó al país luso más tarde que a España e Italia”. (BBC Mundo)

El primer caso se confirmó el 2 de marzo. Para entonces, en España se había reportado unos 150 casos e Italia tenía un recuento oficial de más de 2.000 contagiados y 52 muertos. "Portugal tuvo tiempo de ver lo que sucedía en España y en Italia para actuar", le dice Abrantes a BBC Mundo.

El mismísimo «The New York Times», el periódico más influyente del mundo, arremetía esta semana contra el Ejecutivo comandado por el PSOE y las irrupciones de Pablo Iglesias, al tiempo que comparaba su manifiesta incapacidad con el acierto del primer ministro portugués, Antonio Costa.

“Así las cosas, -termina el corresponsal de ABC en Lisboa- Portugal solo ha tenido que tomar nota de las equivocaciones de Italia, España y Francia. Y lo ha hecho con gran atención, de una manera precisa y cabal, sin reacciones contradictorias”.

Respecto a la unidad política, BBC Mundo publicaba lo siguiente: “Y si los ciudadanos portugueses se están mostrando respetuosos, la clase política lusa no se está quedando atrás. Mientras en España el debate político sobre el coronavirus es bronco y han aflorado las divisiones entre oficialismo y oposición, en Portugal esto también ha dado muestras de singularidad”.

Y en el panorama económico, Portugal también es ejemplo a seguir. Por algo al ministro de Finanzas portugués, Mario Centeno, le llaman "el Cristiano Ronaldo" de la burocracia económica europea. Y no es para menos. La milagrosa recuperación económica de Portugal en los últimos años, es un caso tan raro como esperanzador.

Portugal, que en 1494 junto a Castilla y Aragón, se “repartieron” el Mundo mediante el Tratado de Tordesillas. Que en 1668 se firmaba el Tratado de Lisboa y se reconocía la independencia de Portugal concedida por Carlos II; el país vecino vivió intensamente la etapa de la restauración, absolutismo y liberalismo. Y ya en el siglo XX la república, el Estado Nuevo (dictadura) y la democracia. Sin olvidar la popular manifestación de “La Revolución de los Claveles”.

Ahora, este Portugal renovado, a cuyos vecinos históricamente los hemos tratado de forma despectiva, nos dan lecciones en humildad y saber hacer cuando las cosas vienen mal dadas.

Es la Península Ibérica: cuna de reyes, de poder, de batallas, rencores, traiciones, fracasos y victorias. En cualquier caso, estamos obligados a entendernos por tantos y tantos motivos históricos.



¡Tierra, tierra! Aunque mejor diría: ¡Cielo, cielo!, porque, sin duda, estamos en el paraje de la famosa Lisboa... (Cervantes)