En los últimos años, los medios de comunicación se hacen eco de noticias y estudios que muestran una desvinculación entre las familias y la educación que reciben sus hijos en las escuelas. A pesar de esta imagen negativa, proliferan las iniciativas y proyectos que persiguen la participación de los padres en la educación, sin olvidar que existe un porcentaje de familias que sí se implican en las actividades escolares y se preocupan por formar parte del proceso educativo en su totalidad, no sólo del académico

Algunas de estas iniciativas son las Escuelas de padres y madres: cursos, talleres, charlas y coloquios que buscan fomentar la participación de los padres y profesorado, ofrecer conocimientos aplicados, poner en común las dudas y cuestiones y favorecer la interacción entre todos los agentes implicados en la formación de los niños y adolescentes.

Las Escuelas de Padres y Madres empezaron a funcionar en España gracias a la acción de Asociaciones de Padres y Madres, centros educativos, instituciones educativas, organismos públicos, etc. Originariamente, su finalidad era propiciar un espacio de intercambio para que las familias pudieran compartir sus experiencias.

La APFS, Asociación de Padres de Familia Separados, se ha querido sumar a estas iniciativas para poder educar en igualdad a los padres y madres, que por razones de las separaciones cambiaron la forma de visualizar la familia, teniendo que dar un vuelco importante en sus vidas, y lógicamente aprendiendo nuevas formas y técnicas de relaciones paterno filiares.

Actualmente, el objetivo general de las escuelas de padres y madres es facilitar información y apoyo psicosocial y pedagógico para que las familias mejoren sus recursos relacionados con la educación de sus hijos. Pero no sólo eso, también son un punto de encuentro de personas con las mismas problemáticas, junto con profesionales de la educación, que pueden poner en común sus estrategias para garantizar el bienestar de niños y adolescentes.

Por eso, los temas tratados en las escuelas de padres y madres son diversos y obedecen a las necesidades más inmediatas de las familias, los centros educativos y las instituciones organizadoras. Además, el perfil de usuario también ha evolucionado; hoy en día acuden a los talleres psicólogos, pedagogos, gestores educativos, expertos y personas en general interesadas en la educación de niños y adolescentes.

Los expertos destacan que la necesidad de estas Escuelas recae en el hecho que las familias son los primeros responsables de la educación de los hijos y los conocimientos educativos no son innatos. Existen muchas formas de adquirir estos conocimientos (conferencias, libros y revistas, videos y películas, etc.), pero las Escuelas de Padres y Madres ofrecen la posibilidad de compartir la propia experiencia con otras familias y participar en actividades dirigidas exclusivamente a la franja de edad de los hijos.

Otra finalidad muy importante de las Escuelas de Padres y Madres es fomentar y reforzar la relación entre las familias y los centros educativos. Los expertos se encuentran a menudo con una descoordinación entre la acción pedagógica familiar y la escolar.

¿QUÉ BUSCA LA ESCUELA DE PADRES?

Entre los objetivos que la escuela de padres busca lograr tenemos:

Propiciar momentos de reflexión en torno a situaciones de la vida cotidiana y dinámicas de funcionamiento del grupo familiar.

Identificar y analizar las diferentes etapas que cumple una familia en su ciclo vital.

Promover la comunicación entre los integrantes del núcleo familiar y con el entorno de la comunidad a fin de fortalecer los vínculos sociales.

Estimular en padres y madres de familia el desarrollo de habilidades y actitudes que contribuyan al crecimiento integral de los hijos y del grupo familiar.

Identificar oportunamente las situaciones problemáticas que se suscitan al interior del grupo familiar o en alguno de sus miembros.

Promover entre los miembros del grupo familiar el cumplimiento de sus distintos roles para contribuir al sentido de unidad entre todos.

¿CÓMO TRABAJAR CON PADRES SEPARADOS?

La separación de los padres es siempre para los niños una experiencia dolorosa, cuando no traumática. Salvo contadas excepciones, a la separación se llega después de decepciones, discusiones y mucha tensión en la vida familiar de la que el niño o la niña es testigo.

La separación también implica un cambio significativo para la vida de los niños y depende de sus padres que su vida después de la separación, en lugar de ser traumática y que dé lugar a diferentes problemas, sea asimilada y de alguna forma, se minimicen los daños.

Es importante tener presente que los padres, después de la separación se ven a sí mismos como ex parejas, pero continúan siendo el padre y la madre del niño. En numerosos casos quedan vivos sentimientos de rencor y se ven mutuamente como “enemigos”.

De ahí que las escuelas de padres sean el punto de inflexión en la pareja después de la ruptura, los hijos tendrán que pasar el duelo de la ruptura, pero los padres deberíamos de pensar más seriamente en las consecuencias que provocaremos a los menores sin una educación a la nueva situación.

Desgraciadamente es más frecuente de lo que pensamos que en las disputas durante y después de la separación, los hijos sean campo de batalla y moneda de cambio, normalmente por deseos de venganza y sentimientos de rencor y odio. En estos casos, los niños son simplemente las víctimas inocentes y los daños que se le suelen infringir, como el síndrome de alienación parental, tienen consecuencias muy negativas para el bienestar y equilibrio psicológico de los hijos.

Las escuelas de padres minimizan muchísimo todos estos aspectos que tiene la decisión de separarse con hijos, y ayudan a seguir siendo padre y madre, sin afectar al buen funcionamiento de la vida, tanto familiar como escolar y de desarrollo en general del menor.